Edgar González Ruiz
Recientemente, el mandatario de Jalisco, Emilio González Márquez, anunció que su gobierno donaría 90 millones de pesos para la construcción del llamado “Santuario de los Mártires”, ubicado en el Cerro del Tesoro, en Guadalajara, con un terreno de 16 hectáreas, donado a la Arquidiócesis por la familia Aguilar Valencia.
En lugar de destinar esos recursos a la solución de problemas sociales, González Márquez, a quien algunos vinculan al grupo ultraderechista del Yunque, los desvía para promover el culto a los sanguinarios cristeros, que en los años 20 lucharon para imponer en México una tiranía católica, pues el santuario está dedicado a los “mártires mexicanos”, y la mayoría de los que por esa razón han sido llevados a los altares, lucharon en esa cruzada contra el estado laico.
Dicha decisión no sólo constituye un nuevo agravio de gobernantes panistas contra el estado laico, sino que está en continuidad con la política de González Márquez de destinar los recursos públicos a sectores económicamente poderosos, como es la Iglesia o los consorcios mediáticos.
Cabe recordar que el año pasado Emilio donó 67 millones al evento Espacio 2007, organizado por Televisa, a lo que deben sumarse 30 millones para el Teletón, y 12 millones para la telenovela Las tontas no van al cielo, de Televisa, así como 3.5 millones de pesos al Juguetón de TV Azteca.
Desde luego, dar dinero a las televisoras es buena inversión para los gobiernos panistas y para el de Jalisco en particular, pues llegan al poder y se mantienen en él con el apoyo de la publicidad de los grandes medios.
Además de los 90 millones destinados al Santuario Cristero, González Márquez ya comprometió otros 90 millones para mejorar la ruta que transitan peregrinos católicos hacia el municipio de Talpa, cuyo presupuesto anual asciende a 60 millones de pesos, y se espera que pronto anunciará otras erogaciones para la ruta de los Altos de Jalisco, hacia San Juan de los Lagos, como parte de un proyecto turístico estatal para honrar la memoria de los cristeros.
Asimismo, el 30 de mayo de 2007, Emilio González anunció la entrega de 15 millones de pesos para la creación de cinco bancos diocesanos de alimentos en las cinco regiones en las que está estructurado Jalisco.
Es decir, tan sólo los principales apoyos financieros que se conocen del gobierno de Jalisco a sus aliados del clero y de las televisoras suman más de 350 millones de pesos.
En todos los casos, el gobernador ha actuado discrecionalmente, lo que ha motivado fuertes críticas de sectores sociales y de legisladores, incluyendo al coordinador de la bancada panista estatal, Jorge Salinas Osornio, quien dijo que el gobernador no tiene justificación alguna para apoyar la construcción de un templo católico, y que en todo caso, si quería apoyar el turismo religioso podía haber invertido en infraestructura anexa al santuario, como vialidades o equipamiento.
Por su parte, el PRD de Jalisco ha puntualizado que el gobierno del Estado no puede funcionar como si fuera la “caja chica” del Arzobispado y anunció que solicitará a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que revise los manejos financieros del Mandatario Emilio González Márquez.
La decisión de González ha motivado críticas también de denominaciones religiosas como La Luz del Mundo, que tiene su sede en Guadalajara. Armando Maya Castro, vocero de la región occidental de esa iglesia ha señalado que:“No se pueden tomar recursos del erario, porque estamos hablando del pueblo, del dinero que aporta el pueblo, y el pueblo no es uniformemente católico, estamos hablando de un un país donde hay diversidad religiosa y todos los habitantes, independientemente de su credo aportan o pagan sus impuestos y ese dinero no se puede estar tomando para favorecer en exclusiva a una iglesia”.
Ante ello, González Márquez alega, como lo ha hecho para invertir en Telenovelas y eventos publicitarios, que el Santuario atraerá el turismo religioso, con lo cual habrá una “gran derrama económica” en beneficio de la entidad.
De manera oportunista algunos empresarios conservadores, entre ellos el hotelero Miguel Angel Fong han defendido la decisión del gobernador, alegando que en ello no los mueve el fanatismo sino la conveniencia económica, pero hay que recordar que en 1991, el mismo sector reaccionó con cerril intolerancia cuando se intentó organizar en Guadalajara el Congreso Mundial Lésbico Gay.
En esa ocasión, Benito Fong y otros hoteleros como Francisco Martínez Martínez, desdeñando cualquier beneficio económico, aseguraron a la prensa: “expulsaremos de la agrupación a todo aquel miembro de la Asociación (de Hoteles y Moteles de Jalisco) que dé hospedaje a quienes vienen a la reunión”.
En realidad, la macrolimosna para el Santuario viene a sumarse a una política más general de gobiernos panistas de impulsar el llamado “turismo religioso”, como en el caso de Torreón, donde el ayuntamiento ha apoyado el funcionamiento del Santuario del Cristo de los Noas, al que quiere convertir en figura emblemática de la ciudad, en detrimento de su pasado revolucionario y de las legendarias gestas que en ella realizó Pancho Villa.
Pero la mafia en el poder combina la ideología con el interés económico, por lo que trtan de beneficiarse con una intensa comercialización del fanatismo.
En el caso de Jalisco la situación es mucho peor, pues cotidianamente los gobiernos panistas han estado apoyando al clero en su empeño de glorificar la memoria de los cristeros, sea erigiéndoles monumentos en sus poblados natales, organizando eventos en su honor, o editando libros favorables a ellos, como hizo González Márquez desde el gobierno municipal.
A esos proyectos de tipo histórico religioso hay que añadir el apoyo de diferentes dependencias estatales a la jerarquía católica. Por ejemplo, el 2 de marzo pasado, el Secretario de Cultura, el arquitecto Alejandro Cravioto Lebrija, quien ha sido director del grupo conservador Fundice, anunció que el gobierno estatal apoyaría la construcción de la Basílica de la Concepción de Yahualica, en la tierra natal del Arzobispo de Guadalajara.
Ante las críticas sociales, la mafia ultraderechista en el poder, que en la persona de Ana Teresa Aranda controla la Subsecretaría de Asuntos Religiosos de la Segob, ha reaccionado con prepotencia y complicidad ante la abusiva política de Emilio González.
Interrogada el 25 de marzo por la agencia Notimex acerca del millonario donativo para el Santuario, Aranda, quien fue militante del grupo ultraderechista Ancifem y cuya preparación de limita a la de secretaria bilingüe, respondió tratando de evadir los cuestionamientos, que el tema era “un asunto local” y alegó que las entidades tienen soberanía en el manejo de su presupuesto…”.
En realidad, en el manejo de los recursos públicos, Emilio González ha tomado decisiones unilaterales, con criterios sectarios o inclusive egoístas, pues se le ha criticado su acentuado nepotismo.
González Márquez no consultó con los legisladores ni con la sociedad si debería o no apoyar la construcción del Santuario, pero evidentemente sí lo acordó desde hace algunos meses con Juan Sandoval, pues en una nota publicada el 9 de febrero de este año por MURAL, se citaban palabras de Sandoval Iñiguez, quien aseguraba que la edificación del Santuario de los Mártires de Cristo lleva un avance del 10 al 15 por ciento y podría concluirse dentro de cuatro años, estimó el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez.
Sólo un 15 por ciento de avance se había registrado en más de siete años, pues primeros donativos para el Santuario llegaron en el 2001 y fueron gestionados por Monseñor Óscar Sánchez Barba, quien dos años después, luego de realizar varios viajes a EU y Europa para gestionar recursos, fue denunciado por 14 constructoras debido a un presunto fraude por 84 millones de pesos.
Ahora, el gobierno de Jalisco ayuda al Arzobispado a resolver esas dificultades económicas, y de paso Emilio González, guardando las proporciones, pretende convertirse en émulo de Francisco Franco, quien perpetró la infamia de construir el llamado “Valle de los Caídos”, cerca de Madrid, en honor de los combatientes fascistas y falangistas de la Guerra Civil Española.
Más allá del millonario abuso económico que representa la erogación de Emilio González, quien como panista se opone al “populismo”, es decir, a los proyectos de ayuda social, hay que considerar el matiz ideológico que conlleva,
Los cristeros lucharon contra el estado laico, cometiendo en su empresa mil desmanes: asesinaron y mutilaron a los agraristas y las maestras rurales, destruyeron escuelas y quemaron libros, prohibieron el divorcio, defendieron los intereses de los terratenientes así como de los consorcios extranjeros.
Hay que recordar que en el periodo en que ocurrió la principal guerra cristera, de 1926 a 29, el gobierno mexicano tenía grandes presiones por parte del estadounidense, que quería garantizar los intereses de sus empresarios y en especial de los petroleros, por lo que el 2 de abril de 1927, antes de embarcarse a Nueva York, el obispo Pascual Díaz Barreto exhortaba al presidente estadounidense Calvin Coolidge a no dejarse “engañar” por el gobierno mexicano, que según el prelado quería “confiscar” las propiedad “americana” al igual que había hecho con los bienes del clero.
En suma, el Santuario idealiza a los fanáticos que ayer se opusieron al laicismo, al progreso y al soberanía nacional, y que en una segunda etapa de su lucha, en la época de Lázaro Cárdenas, se identificaron plenamente con los franquistas y fascistas de la época.
Hoy la ultraderecha en el poder aprovecha circunstancias como las divisiones dentro de la izquierda para promover proyectos contrarios a la sociedad mexicana.
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