Hernando Calvo Ospina
Por primera vez en la historia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, nacidas en los campos colombianos a comienzos de los años sesenta, cae abatido uno de sus máximos dirigentes : Luis Edgar Devia Silva, más conocido como Raúl Reyes, miembro del Secretariado, máxima instancia de esa organización político-militar.
Reyes, había sido el principal negociador de la organización guerrillera durante los diálogos de paz con el Gobierno, entre 1998 y 2002, que terminaron frustrados por el presidente Andrés Pastrana.
En esos años el comandante viajó por varios países de América Latina y Europa, junto a otros cuadros guerrilleros para explicar la estrategia y anhelos de su organización. Fue recibido por presidentes, primeros ministros, empresarios, intelectuales y un gran número de políticos. Ya en 1997, en Costa Rica, había participado en el único encuentro que han tenido autoridades de Estados Unidos con las FARC.
Por la presión de Washington y la gran oligarquía colombiana, el presidente Pastrana terminó con beneplácito los diálogos, dando inicio a una guerra abierta, la que continúo con saña el presidente actual Álvaro Uribe Vélez, apoyándose en las fuerzas narco-paramilitares creadas por las Fuerzas Armadas del Estado.
Como reacción a los atentados del 11 de septiembre 2001, Estados Unidos declaró a las FARC organización terrorista, sumándoles el mote de narcotraficante. Casi todos los gobiernos del mundo hicieron lo mismo, así no estuvieran muy convencidos.
Dice el gobierno colombiano, y repiten todos los grandes medios de información mundiales, que esta es una gran victoria militar. Se equivocan. Y bastante. Reyes era un cuadro político, no tenía mando sobre las fuerzas militares de las FARC.
Es un tremendo error, que obstruye enormemente el camino hacia cualquier diálogo y liberación de los retenidos. Reyes era el puente. El vocero de la organización.
Pero existe un detalle muy delicado en este suceso. Reyes murió en territorio ecuatoriano, a escasos dos kilómetros de la frontera. El propio Reyes, en entrevista con el autor de esta nota, dijo que las FARC respetan las fronteras de los países vecinos y no se inmiscuyen en sus asuntos internos. Pero es muy posible que ante el acoso militar hayan pasado a Ecuador para salvaguardarse.
Raúl Reyes cayó bajo el fuego de bombardeos, dicen las autoridades colombianas. El ministro de Defensa precisó con un infantilismo irreal: las bombas salían desde Colombia, cuidándose de no violar el espacio aéreo ecuatoriano (sic!).
Las tropas oficiales violaron el territorio del vecino país. Y la violación, fue doble: los militares ingresaron a él para recuperar el cuerpo del dirigente y el de otros guerrilleros.
Pero, ¿fue una violación territorial, o el gobierno de Colombia contaba con la autorización de Quito? Es difícil de creerlo, teniendo en cuenta que el presidente ecuatoriano Rafael Correa siempre ha declarado su neutralidad ante el conflicto colombiano.
La realidad es que esta en una nueva prueba de que el gobierno colombiano y Washington siguen apostando por la guerra.
Hernando Calvo Ospina es escritor y periodista residente en Francia. Colaborador de Le Monde Diplomatique. Autor del libro de próxima aparición: “Colombia: Historia del terrorismo de Estado”.
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