Como la crónica anunciada que era el fecalismo ya apesta y eso que escasamente rebasa Calderón el año de su inaceptable usurpación del gobierno de la república.
La usurpación, como la corrupción, que es parte integrante de la usurpación, no tendría la menor importancia si no descompusiera la vida de los gobernados al tornar la vida pública en hedionda.
Calderón pudo elegir el recuento de votos y, en el peor de los casos, el PAN solamente habría tenido que esperar seis años para alcanzar la Presidencia de manera legítima.
Seguramente muchos panistas, como otros que nos damos cuenta de qué tan bajo dentro de las cañerías del drenaje más profundo ha caído el sistema mexicano, se sienten horrorizados cuando leen las notas que se acumulan cada día sobre la corrupción que acompaña al que despacha como secretario de Gobernación del usurpador. Pero eso no impide que el PAN genere repugnancia. Más repulsión --y vaya que la que generaba el PRI de su última etapa era mucha-- que la que causaba el PRI cuando la ciudadanía, harta de PRI, salimos a votar por Fox.
Claro que hoy, desafortunadamente, no sólo el PAN va produciendo la pestilencia.
El PRIAN que desde el Congreso grita loas al usurpador que México sufre como inicio del que pinta para ser el siglo de la regresión a la época de la Colonia, sin ninguna de las bondades que haya podido tener esa época. Escasean incluso los frailes que entonces, al menos, se condolían de la suerte de los indios y sobran los oportunistas usados también para desprestigiar al que, quizá, puede todavía cambiar la putrefacta historia que se escribe en México desde la toma del poder por la derecha tecnócrata y entreguista.
Y, sí, ciertamente el movimiento ciudadano crece. Pero sin un partido opositor que lo aglutine es incierto el futuro de la nación mexicana.
“Los Chuchos” están empeñados en enterrar al PRD. Ahora hasta la suspensión de la elección interna piden a gritos y los fétidos medios paleros de la usurpación les abren las puertas, a la par que continúan con la campaña de desprestigio contra AMLO.
La usurpación fecalista apesta y su hedor ya es nauseabundo y lo que nos falta. No se puede reconocer a un usurpador bajo ninguna circunstancia. Es falso que AMLO esté perdiendo porque no se suma a las alianzas de la “buena izquierda”. No hay ni buena ni mala izquierda. Hay izquierda y hay derecha y “los Chuchos, Amalia García y los Cárdenas” hoy se ubican del lado de la derecha.
Los “buenos” perredistas son repulsivos y sería asqueroso que AMLO escuchará a sujetos como Enrique Calderón Alzati, a quien hasta La Jornada le publica una carta, que va distribuyendo por el mundo con el pretexto de haber asesorado en el pasado a AMLO, en la que predice el futuro perdedor de AMLO si no negocia con el usurpador y sus compinches, es de suponer que pederastas y delincuentes de la talla de Mouriño y Elba Ester Gordillo, incluidos.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario