Virtual empate entre el PSOE y el PP; partidos pequeños, decisivos para formar gobierno
Armando G. Tejeda (Corresponsal)
Madrid, 8 de marzo. La jornada de reflexión previa a las elecciones generales de este domingo se convirtió en día de luto y pesar. Igual que en los comicios del 14 de marzo del 2004, tres días después de la peor masacre perpetrada por Al Qaeda en Europa, la indignación y la rabia invadió a los 35 millones de españoles que elegirán a su próximo presidente del gobierno, en esta ocasión por el asesinato del ex edil socialista Isaías Carrasco Miguel, acribillado de cinco disparos a bocajarro por un presunto comando de ETA.
La muerte del militante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) provocó un alud de muestras de solidaridad con su familia –su mujer y tres hijos– y de repulsa a ETA, que con este asesinato suma cinco víctimas mortales en los últimos cuatro años.
La jornada de reflexión se convirtió en un día de luto y dolor, sobre todo en el casco histórico de Mondragón, donde miles de personas dieron el último adiós al ex concejal, entre ellos representantes del gobierno español y de todos los partidos vascos y españoles, con excepción de la abertzale Acción Nacionalista Vasca.
Después de la homilía y antes de que su familia se trasladara al tanatorio para incinerar el cuerpo del ex edil, la hija mayor de la víctima, Sandra Carrasco, leyó un comunicado en que llamó a acudir masivamente a las urnas para expresar su dolor y solidaridad. Esta joven, de 19 años, vivió ayer una jornada trágica, ya que acudió en auxilio de su padre unos instantes después de ser baleado.
Carrasco señaló: “Quiero agradecer de corazón el apoyo del pueblo de Arrasate; el cariño, apoyo y calor que está mostrando la gente anónima con mi madre y mis hermanos. Quiero agradecer el apoyo de los socialistas. Mi padre murió por defender la libertad, la democracia y las ideas socialistas. Era un hombre valiente que ha dado la cara y los que lo han matado son unos cobardes. Unos cobardes sin cojones. Pero sobre todo pido un cosa: que el asesinato de mi padre no sea manipulado por nadie. Eso no lo vamos a tolerar. Yo, mi madre, todos iremos a votar. Los que quieran solidarizarse con nuestro dolor, que acudan masivamente a votar el domingo. Para decir a los terroristas que no vamos a dar ni un solo paso atrás. Son unos hijos de puta.”
Después del estremecedor comunicado de la hija del ex edil asesinado, las personas congregadas en la plaza guardaron 15 minutos de silencio, con las manos entrelazadas y gesto serio. Concentraciones similares se realizaron en otras ciudades vascas, como Bilbao y San Sebastián.
Mientras, el Ministerio del Interior español informó de algunos detalles del atentado y sus presuntos autores, entre ellos que el victimario usó un arma de fuego de 9 milímetros parabellum, munición que utiliza habitualmente ETA, además de que los expertos consideran que el autor de los disparos “era un buen tirador, un experto, puesto que son tiros certeros, muy juntos y sin diseminarse”.
Cabe recordar que Carrasco, que trabajaba como cobrador en una caseta de carretera, recibió cinco impactos de bala: uno en el cuello, otro en la cabeza, dos en el abdomen y el último en el brazo.
A pesar del llamado a la unidad de la familia y del presidente del gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, el derechista Partido Popular (PP) volvió a desmarcarse del resto e intentó utilizar en su favor el atentado.
El partido de Mariano Rajoy hizo estas maniobras en tres frentes: primero en el Congreso de los Diputados, donde intentaron introducir en la declaración conjunta de condena dos argumentos que han esgrimido en los últimos cuatro de oposición crispada; el otro escenario fue la Plaza de Colón de Madrid, donde se manifestaron altos funcionarios de la Comunidad de Madrid –gobernada por el PP– de la mano del Foro de Ermua, para repudiar el asesinato y responsabilizar a Rodríguez Zapatero por su fallido intento de paz en el histórico conflicto vasco.
Por último, en Valencia, los ayuntamientos gobernados por el PP decidieron convocar a sendas manifestaciones este mediodía, a pesar de que todos los partidos habían acordado celebrar las concentraciones hasta el próximo lunes, con el objetivo de que no interfirieran en la jornada de reflexión.
Pero más allá del duelo y el pesar provocado por el atentado de ETA, están convocados a las urnas más de 35 millones de españoles para elegir a los 350 diputados que formarán parte de la legislatura 2008-2012.
Las últimas encuestas publicadas apuntan una ligerísima ventaja de Rodríguez Zapatero, que aspira a su primera relección, si bien ningún estudio demoscópico valoró la incidencia del atentado en el resultado final, que según los analistas es prácticamente imposible de prever.
En todo caso, los españoles elegirán entre dos proyectos diferentes: el representado por Rodríguez Zapatero, que centró su campaña en defender los avances sociales logrados durante su gestión, entre ellos los 3 millones de empleos, la reducción de la tasa de criminalidad y las leyes aprobadas en pos de la igualdad entre hombres y mujeres, entre otras.
El otro proyecto es el representado por el conservador Rajoy, quien fuera nombrado a dedo por el ex presidente José María Aznar para sucederlo, que ha defendido como ejes de su campaña una mejor gestión económica, mano dura contra los migrantes y rechazar cualquier tipo de diálogo con ETA.
Si los resultados son muy ajustados –como se estima–, las fuerzas minoritarias serán cruciales para que alguno de los estos partidos logre formar gobierno.
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