Por Ricardo Andrade Jardí
A pesar del “Entorno de polaridad” hay un gobierno fuerte (…) “Se logró construir un consenso político básico a pesar de las dificultades”, dijo Fecal, según lo que se le atribuía en un encabezado de la versión electrónica del periódico La Jornada, de la Ciudad de México del martes 11 de marzo…
A pesar del “entorno de ilegitimidad e ilegalidad”, le faltó, decir. A pesar del “entorno de odio y miedo” impuesto en su campaña electoral, misma que presuntamente fue financiada por la panza del FOBAPROA y de su empresarial clase que ha hecho de nuestro país un paraíso fiscal cobijado por la corrupción y la impunidad.
Ahí está el extranjero Mouriño, quien usurpa el cargo de secretario de Gobernación del desgobierno usurpador, haciendo de la “muestra y entrega” a la PGR (de su desgobierno) y al Legislativo (que lo defiende), las supuestas pruebas en su defensa contra todas las transas que afloran de su paso por nuestro país y en beneficio de su familia, también, como él, española.
Pruebas que por alguna oscura razón no hace públicas para que todo el país pueda cotejarlas y no tardaremos en ver a los “intelectuales” orgánicos defender el hecho de que las presuntas pruebas no se presenten de manera pública y con la posibilidad de que cualquier ciudadano pueda tener acceso a cotejarlas, consultarlas, estudiarlas y proceder en conciencia.
Quien oculta la verdad a la opinión pública es generalmente por el hecho de lo que debe Y, en el caso de Mouriño, nos debe todo, pues el sujeto en una democracia o incluso en una monarquía “parlamentaria” no habría tenido el ascenso meteórico ni como político (bastante mediocre, por cierto) ni como empresario (criminalmente ambicioso).
No, cuando menos, a costillas del pueblo español, como lo a hecho a costillas del pueblo de México.
Tan lejos de la realidad, vive el usurpador, que en cada acto “público” tiene que entrar por la puerta de atrás y rodeado de un aparato militar que sólo es superado por el de Bush en sus visitas a Medio Oriente; tan lejos de la realidad se vive tras los amurallados muros de Los Pinos que el hombrecito, usurpador, ni siquiera es capaz de comprender y menos aún de entender, más allá de lo que la telecracia diga, que más de la mitad de los mexicanos lo sabemos usurpador e ilegitimo, que no hay uno sólo de sus mediadores en cualquier conflicto social que no sea desconocido por las partes en conflicto…
“Hay un gobierno fuerte”, afirma el usurpador amigo de las moscas, cuando lo que hay es un estado militarizado, en un país de millones de carenciados en pobreza extrema, donde las cifras de ejecutados, de enfrenamientos, de secuestrados, de asesinados, supera, por semanas, las cifras violentas de países como Irak invadidos y en guerra.
En fin, nada como vivir en la Fecalandia de la impunidad corrupta, promovida por la telecracia para no enterarse de nada…
Y mientras tanto, en el México de verdad, los tiempos por llegar se anuncia difíciles… Pero la dignidad rebelde seguirá incansable hasta lograr un México donde los niños nazcan para ser felices, como lo buscó, en otros tiempos, la vieja izquierda preocupada por su compromiso social y no, como la de ahora perredista, de su compromiso institelecrático…
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