martes, mayo 27, 2008

Contrabando de europeas
Piel cotizada

El cónsul de Hungría en México, Sándor Galambos, afirma que en Europa el mercado de la prostitución está tan saturado, que actualmente muchas jóvenes de los países del Este de ese continente son traídas a México por “agencias” de empleo que operan ilegalmente y a cuyos jefes –involucrados a veces con el narcotráfico– la policía no ha podido detectar.Comenta el diplomático: “En Europa, el mercado de la prostitución ya está saturado, principalmente en España, Gran Bretaña, Italia y Francia. Los periódicos de esos países publican un montón de ofertas. De manera que a las jovencitas húngaras, rumanas o checas se les comenzó a enviar a nuevos lugares.“Al principio, Alemania fue una salida. Después, los países del norte europeo. Pero ahí las jóvenes no fueron bien aceptadas. A ellas tampoco les gustó el clima helado de esos países, donde por meses no se ve ni el sol.”
–¿Y cómo empezaron a llegar a México?
–Como turistas, húngaros y húngaras primero llegaron a Cuba, principalmente a las playas de Varadero. Les gustó la calidez del clima. Pero el gobierno cubano tomó medidas muy severas que les afectaron, por lo que luego se pasaron a Cancún. Ahí llegaban en vuelos charter, directos desde Hungría. Fue entonces cuando los empresarios vieron que con ellas, por su color de piel y su cabello rubio, se podía hacer un buen negocio. Así empezó todo. En sus oficinas de la embajada, Galambos señala: “Según nuestros informes, habrá unas 150 jóvenes húngaras trabajando en bares, hoteles, moteles, table dances y restaurantes, principalmente en la Ciudad de México, Cancún y Acapulco. Trabajan sólo en lugares cerrados. Nunca se les ve en la calle.“Generalmente, tienen entre 22 y 27 años de edad. Por desgracia, allá en Hungría es muy mala su situación económica y tienen un bajo nivel de estudios. Caen fácilmente en este mercado de la globalización, pensando que con su cuerpo tendrán un mejor nivel en México.”
–¿Cómo se les contrata en Hungría?
–A través de agencias que les ofrecen un buen salario, alojamiento y pasajes de avión.
Firman un contrato de trabajo que, en ocasiones y en letras pequeñitas, sólo dice que trabajarán en un bar o en un hotel, como meseras o camareras. Las jovencitas aceptan por necesidad. Su inexperiencia también les hace ver un futuro romántico colmado de aventuras.
“Generalmente esos contratos son por tres meses, al cabo de los cuales ellas se dan cuenta que el salario no era tan bueno. Entonces se les dice que tendrán que hacer otras cosas si quieren ganar más, como trabajar cubiertas sólo con una tanga o prestarse a ciertos requerimientos sexuales.
“Quienes aceptan quedarse en México empiezan a ser víctimas de chantajes y amenazas, debido a que sus pasaportes y papeles migratorios se quedan en poder de sus empleadores. No pueden moverse libremente. Muchas veces sólo pueden ir al lugar donde trabajan y a donde viven, vigiladas siempre por guardias. Una moderna forma de esclavitud”.
“Falta cooperación”
El cónsul Sándor Galambos indica que en Hungría y otros países del este de Europa la policía busca infructuosamente a quienes manejan esas agencias empleadoras, que operan “ilegalmente” porque no están registradas ni pagan impuestos.“Esas agencias rentan locales por corto tiempo y publican sus ofertas de trabajo en los periódicos. Desaparecen cuando la policía está a punto de detectarlas. No dejan huella. Se instalan después en otro lugar. En Hungría, operan principalmente en las ciudades de Budapest, Miskolc, Debrecen y Eger. Se sabe que sus directivos se la pasan viajando por toda Europa del Este”.
–Se dice que la Mafia Rusa está detrás de esas agencias…
–Mire, la Mafia Rusa es enorme y muy potente, y sigue operando en Europa; envía mujeres principalmente a Alemania y al área del estrecho de Gibraltar. Pero el actual gobierno húngaro logró sacarla casi totalmente del país, le cerró las fronteras. Así que actualmente son sobre todo empresarios que operan desde África del Norte y de Medio Oriente quienes manejan esas agencias en Hungría. Tienen un montón de plata. Mueven sus capitales de un lado a otro. Pero es prácticamente imposible dar con ellos.
–¿Por qué no se logra capturarlos?
–Porque todavía no hay suficiente cooperación policiaca entre los países europeos para resolver este problema. Hay inmediata cooperación cuando se trata de narcotráfico. Ahora, por fortuna, ya se está descubriendo que el tráfico de mujeres está muy ligado al de la droga.Pese a que México es visto hoy como un “paraíso” donde la “vida es fantástica” y “abunda el dinero” para esas mujeres, Sándor Galambos prevé una caída de la demanda:“El mercado mexicano tiene también un límite. Ya lo empezamos a ver. Pongo como ejemplo la actual lucha entre las mujeres argentinas y las húngaras. Unas con otras se disputan los espacios y las mejores ganancias, se delatan mutuamente ante las autoridades migratorias.“En los últimos tres meses, las argentinas lograron sacar de México a 10 húngaras que fueron capturadas en el Distrito Federal, Veracruz, Acapulco y Cancún. En la embajada tuvimos que intervenir. En otras ocasiones nuestras jovencitas acuden a la embajada en busca de protección.”
–¿A cuántas ha atendido usted?
–Yo llevo en México casi año y medio. En ese tiempo he atendido a 25 mujeres y 10 hombres. Vienen aquí en un último momento, después de mucho pensarlo, pues sienten vergüenza de que se sepa a qué se dedican.
–¿Hay alguna que haya desaparecido? ¿Alguna asesinada?
–No. Gracias a Dios ninguna. Y tratamos de hacerles entender que ese oficio no tiene futuro y es además muy corto. Dura los pocos años de su juventud.
Este peligroso tráfico da una mala imagen de nuestro país y de la respetable comunidad húngara en México. Pero lamentablemente existe, ¡ahí está! l

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