Ricardo Andrade Jardí
Las cifras de la “Democracia Corporation S.A.”, promovidas una vez más por las golpistas televisiones, dan el triunfo al “estatuto de autonomía” en el referéndum que han impulsado los sectores minoritarios, conservadores y oligarcas de Bolivia, apoyados y fundamentalmente financiados por el imperio y la derecha popular española, con cuentas que nada tienen que ver con la realidad andina, es decir los medios telecráticos dan el triunfo al “Sí” con el 84% pero ese 84% es tomado del 35 ó 45% de los votos emitidos, es decir más del 60% de quienes podían votar decidió anular su voto o simplemente no se tomó ni la molestia de caer en el juego golpista de la oligarquía criminal de Bolivia, de esa misma forma, la trasnacional corporación de la democracia valida gobiernos de facto y dictaduras, siempre disfrazadas de democracia, donde los fraudes se califican de inconsistencia y donde la “palabra” (en realidad “intereses”) de las concesiones de la caja idiota pone en jaque el futuro de millones y millones de ciudadanos en el mundo y muy particularmente en Latinoamérica.
El gobierno democráticamente electo de Evo Morales se pone en riesgo, pues los ricos explotadores de Bolivia han decidido cerrar sus filas para seguir sirviendo a los intereses del imperio a cambio de unos cuantos dólares, con los que de todas maneras no dejarán de ser más que unos “bolivianos de mierda” ante los ojos de sus gringos aliados, o mexicanos de mierda, pues muchos de los intereses empresariales que financian la caída de Evo Morales creen que Bolivia es tan sólo una provincia de México.
No nos equivoquemos, el referéndum en Bolivia anuncia sólo la derrota electoral de la derecha (mundial), aunque lo intenten maquillar de triunfo, pues el supuesto 84% por el “Sí” autonómico, es el 84% del 40% es decir que ni siquiera entre quienes promueven el estatuto autonómico pudieron alcanzar un 100%, mientras poco más del 60% (del total) de la población, donde ese supuesto 84% representa menos del 40% del total de ciudadanos en posibilidad de votar el “estatuto” financiado por Bush; una mayoría, real, ha decidido con su abstencionismo y sus votos nulos apoyar el futuro de su democracia, el futuro de una nación donde las decisiones se tomen por la voluntad popular y no por la voluntad maldita del dinero, esas son las cuentas reales, las de una nación que mayoritariamente votó al Movimiento al Socialismo y mayoritariamente lo sigue defendiendo, junto a su Presidente Evo Morales, aunque los medios de control masivo (televisiones comerciales) del mundo quieran hacer parecer que los ricos de Bolivia han impuesto nuevamente el rumbo de una nación, en su mayoría indígena, que hace unos años decidió poner un hasta aquí a los privilegios perversos de las oligarquías latinoamericanas, tan mediocres y tan estériles para el progreso social, en Bolivia, como los son en México, Ecuador, Argentina o cualquier rincón del continente.
El fenómeno Bolivia tendría que abrir las interrogantes de América Latina y preguntarnos: ¿Qué democracia queremos construir? ¿La democracia de telenovela impulsada por la telecracia global o la democracia participativa donde el rumbo de una nación determinada (bueno o malo) lo decida la gente y no los intereses y porcentajes de las bolsas de valores? ¿Cuántos Pinochet tendremos que ver en América antes de que paremos la barbarie que se anuncia contra el gobierno democráticamente electo de Bolivia?
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario