Francisco Luna Kan
En el Senado de la República continúan las comparecencias de personalidades expertas en disciplinas científicas, técnicas y administrativas relacionadas con las cinco iniciativas enviadas por el presidente Calderón que, aunque se conocen como Reforma Energética, en realidad se concretan al tema, muy extenso por cierto, del petróleo, que es del mayor interés para nuestro país. Por su importancia en el ámbito mundial México ocupó durante muchos años el 5º lugar entre los productores y, con gran pena, ahora ocupa el lugar 11 entre las naciones que explotan este hidrocarburo de origen fósil.
Como el producto pertenece a los de carácter no renovable, estamos frente a la gran responsabilidad de hacer una explotación más racional. Aunque su elevado precio en el mercado mundial constituya un fuerte estímulo para obtener las divisas que el país requiere para su desarrollo, obliga a que se planifique nacionalmente la extracción de los yacimientos petroleros en el subsuelo terrestre y marino en nuestro país. Así lo determina el marco constitucional vigente.
Como resultado de las exposiciones que los martes y jueves se hacen en el patio del Senado de las cuales, hasta la fecha, se han realizado en número de 9, de un total de 23 programadas, en el lapso del 13 de mayo al 22 de julio que por cierto se transmiten “en vivo” a través del Canal del Congreso; ciertamente de poca audiencia y merecen algún comentario en la TV gratuita. A pesar de ello, surgió una corriente de pensamiento avalada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) para hacer una consulta popular sobre el tema específico, a fin de conocer el parecer de los ciudadanos interesados en opinar sobre la procedencia de los recursos económicos a utilizar: si exclusivamente deben ser propios del país, como lo señala la Constitución General de la República o aceptar la asociación con capitales extranjeros.
La comparecencia de cuatro gobernadores y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal dio un nuevo sesgo a estas exposiciones en vista de que el Lic. Marcelo Ebrard informó que en el área territorial de su gobierno se llevaría a cabo una consulta pública y que, para tal efecto, se pondrá en contacto con el Instituto Electoral del D.F. (IEDF) para utilizar su información y experiencia, que servirá de base facilitando la tarea, entre la población del D.F.
La determinación del Lic. Ebrard desató una gran controversia. Unos legisladores, funcionarios y líderes panistas y priístas, no la aceptan y se dedican a combatirla, argumentando que se trata de una táctica dilatoria y que es, además, inconstitucional. Por otro lado, existen líderes sociales, catedráticos universitarios de Derecho que piensan como el ex ministro de la Suprema Corte de Justicia, Dr. Juventino Castro, los cuales indican que el procedimiento es de carácter legal y se encuentra señalado en la Constitución General de la República.
A mayor abundamiento, algunos gobernadores se inclinan por apoyar la Consulta Popular al igual que varios alcaldes de ciudades importantes. Como era de esperarse, un problema de esta trascendencia tenía que levantar el deber de participación en la cosa pública por parte de varios sectores de la población. Cada persona buscará la manera de hacerse oír en su opinión, a través de las asociaciones cívicas constituidas con motivos diversos o por medios de comunicación establecidos.
Los observadores del acontecer diario extrañaban que los jóvenes, principalmente el sector estudiantil, no hubieran hecho expresiones de aprobación o rechazo sobre este tema de los energéticos, concretamente sobre el petróleo. “La Jornada” del 4-VI-08, en la parte relativa al tema trae una nota titulada: “Marchan Politécnicos a favor del referendo”, en la que señala que “Más de 400 académicos, estudiantes y trabajadores del Instituto Politécnico Nacional marcharon ayer del casco de Santo Tomás a la Cámara de Senadores para exigir al gobierno federal una consulta nacional sobre la reforma petrolera”. En la puerta del recinto legislativo el Profr. de la Escuela Superior de Economía (ESE del IPN), Salvador Rodríguez Pérez, afirmó, entre otras cosas, que el Politécnico, fundado en 1936, comenzó la preparación de cuadros profesionales y técnicos para la industrialización del país y “que la reforma energética propuesta atenta contra los objetivos que se perseguían cuando se fundó nuestra institución”.
En el mismo diario del D.F., de esa fecha, se señala que el Dr. José Narro Robles, Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recordó que “una de las principales fortalezas de la institución es su pluralidad de voces. La reforma del sector energético no puede quedar sólo en temas ingenieriles. El petróleo es mucho más que la estructura física; no sólo representa ingresos, sino buena parte de la identidad nacional”.
Es reconfortante que las dos más grandes instituciones educativas del país no permanezcan ajenas a la discusión de uno de los principales temas nacionales. Su participación a través de sus egresados se ha dado en el terreno práctico de la industria petrolera; pero es también importante su intervención como parte de los centros donde se forman profesionales y técnicos que tienen no sólo participación en su eficiente práctica, sino como formadores de cuadros humanos con alto espíritu patriótico.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario