Conjeturas
Alvaro Cepeda Neri
Los calderonistas con sus panistas, asesorados por sus maestros y asesores de la Escuela Libre de Derecho (donde el falso derecho natural se pone por encima del derecho escrito, como es la Constitución Política) con su fundamentalismo, no solamente religioso, sino sobre todo economicista de tendencia neoliberal para asirse al capitalismo salvaje que exige la primacía del libre mercado sobre los intereses nacionales implantados jurídicamente (ver de Norbert Reich: Mercado y derecho) insisten en suicidarse electoralmente con su contrarreforma privatizadora y que pisotea, además del Art. 27 escoltado por los artículos 25 y 28 constitucionales, al artículo 3 en su inciso “b”.
Ese inciso, profundizando en lo que debe ser la teoría y práctica de la democracia como tal y la educación laica, postula como principio, cuya observancia, de ser interrumpida su vigencia por un gobierno contrario a los principios establecidos constitucionalmente (como ahora se propone serlo el calderonismo) “en cuanto el pueblo recobre su libertad, se restablecerá su observancia” (Art. 136). Ese principio, pues, la letra dice: los mexicanos ejercerán la democracia y se educarán atendiendo “a la comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al ASEGURAMIENTO DE NUESTRA INDEPENDENCIA ECONÓMICA (el subrayado es mío) y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura”.
Calderón y los suyos insisten en que no harán reformas a la Constitución. Entonces su propuesta de hacer cambios a la legislación reglamentaria de los artículos 3, 25, 27 y 28 no pueden ni deben sacarle la vuelta para privatizar los recursos naturales del petróleo ni su estructura empresarial. A PEMEX lo han saqueado no solamente por la sangría fiscal para financiar gasto corriente y abusos sexenales, del alemanismo al foxismo, más lo que va del calderonismo. Esto más el botín del contratismo, cuyo remate ha salido a la luz pública, desde Muñoz Leos y Ramírez Corzo en la dirección de PEMEX, la presidencia infame de Fox-Mart(h)a y la corrupción de los Bribiesca, Mouriño, Nava, cuando Calderón fue titular de la Secretaría de Energía.
Empresarial, tecnológica y financieramente PEMEX está, librado de sus ataduras fiscales, para emprender su autorrescate y ampliar su exploración para la búsqueda de posibles almacenes petroleros. Y debe hacerlo acatando, cumpliendo, los principios constitucionales establecidos en los artículos: 3, 25, 27 y 28 de nuestra Carta Magna. Los fines por ellos determinados no son para que permanezcan en el “obedézcanse, pero no se cumplan” del derecho natural que nos trajeron los gachupines de ayer y enarbolan ahora gobernantes que quieren pisotear la Constitución. La alternativa es: contra la Constitución o con ella.
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