Sin Papeles, Con Pantalones
Jorge Mújica Murias
En Francia, sin duda alguna, se hacen algunas cosas con más pasión. Pero allá no hay pleito por el nombre que le dan a los inmigrantes sin papeles. En vez de andar peleándose por decirles "ilegales" en vez de "indocumentados", les dicen simplemente "Sans-papiers", Sin Papeles. Son como medio millón, pero de hecho son más que nosotros proporcionalmente hablando. Allá son el 8 por ciento de la población, y en cambio acá son apenas el 4 por ciento.
Igual que acá, los sans-papiers llegaron algunos con visa de turista y otros no, unos por mar y otros por tierra, cruzando España mediante módico pago de 12 mil dólares a los coyotes del viejo continente. Llegan de Mali, Ghana, Marruecos, el Congo y otros países africanos y dicen que son "ciudadanos franceses porque a final de cuentas Francia era la dueña de toda el África Negra".
Igual que acá, les pagan menos de lo legal. El salario mínimo legal en Francia es de 8 euros 71 centavos la hora, y ellos reciben 3 o menos. Con papeles ganarían mil euros (unos mil 500 dólares), pero los sans-papiers nomás llegan a 300. Igual que acá, de lo poquito que sacan pagan impuestos, seguro social y mandan sus remesas. Igual que acá, muchos se esconden porque los polimigras franceses andan agarrándolos en las estaciones del metro. Igual que acá, tienen los peores trabajos.
Pero diferentemente que acá, los sans-papiers se tomaron la lucha por la legalización en serio, no creyendo que un candidato político les iba a resolver el problema, y se pusieron en huelga. Movimiento con pasión, pues…
La huelga comenzó en febrero, el 13 pa' ser exactos, dos meses después de que Francia aprobó su propia HR4437, una ley estilo Sensenbrenner, impulsada por el presidente franchute, Nicolás Sarkozy, que aumenta las deportaciones y reduce las visas familiares pero permite la migración y la regularización de sans-papiers en industrias con escasez de personal. En enero, el gobierno pidió a los industriales y comerciantes solicitar los papeles de sus trabajadores "si los habían contratado de buena fe", pero la solicitud era solamente para inmigrantes de los países de la Unión Europea. Los africanos solo podían entrarle si eran "altamente calificados".
Cafecito mañanero
Así que Fodie Konté, de Mali, y ocho compas del restaurante Grande Armée en Paris ocuparon el changarro y se pusieron en huelga. La Confederación General de Trabajadores (CGT) de Francia los apoyó sin reservas. En una semana, Francia legalizó a siete de los nueve.
La CGT se puso las pilas, y con la organización Droits Devant (Derechos Adelante) se llevó a Fodie y sus cuates a difundir las buenas nuevas entre otros trabajadores indocumentados. Para el 15 de abril, una docena de negocios se fueron a huelga, y el Primero de Mayo miles de sans-papiers marcharon junto a los trabajadores franceses. Durante mayo, cientos de sans-papiers en sitios en construcción, lavanderías, trabajadoras domésticas, servicios de jardinería y seguridad, además de restaurantes, se fueron a huelga.
Cuando los trabajadores de Samsic, servicio de limpieza, se pusieron en huelga, el patrón Mehdi Daïri llamó a la policía, pero al entender sus razones decidió mejor pedir los papeles de sus 300 trabajadores, y llevarles café en la mañana a los huelguistas. "Sus acciones son legítimas", declaró, "Han estado aquí por años, han contribuido al sistema y pagado impuestos y estamos satisfechos con su trabajo".
Pero el que se quedó sin café mañanero fue Sarkozy, porque su restaurante predilecto, el exclusivo Café de l'Ile de la Jatte, se fue también a huelga. Sarkozy se rindió y aceptó la legalización de los sans-papiers, diciendo que al fin y al cabo la ley de noviembre lo preveía. Hasta julio, Francia regularizó a 400 huelguistas (el total previsto por la ley para todo el año), y hay 600 sans-papiers en 41 huelgas esperando su turno.
André Dauguin, presidente de la Asociación de Hoteleros pidió la legalización de "entre 50,000 y 100,000 trabajadores indocumentados", y Didier Chenet, presidente de una asociación de restauranteros demanda la legalización de otros 20 mil. La CGT demanda la legalización de todos, y pide una base general de requisitos en vez de la revisión de los casos uno por uno, como está haciendo el gobierno. Raymond Chauveau, Secretario General de la CGT en Massy, suburbio de París, dice que "esta gente está siendo reconocida como lo que son: trabajadores. Como sindicato, los ayudamos demostrando que son parte de la economía".
Como dice Issac, uno de los cientos de huelguistas, "Somos trabajadores franceses, simplemente sin derechos".
Habría que tomar la clase en serio. Del 20 de enero de 2009, cuando tome posesión el nuevo presidente en Estados Unidos, al Primero de Mayo, hay 100 días. A la mejor el día cien debe ser el día número uno de la huelga por los papeles de los sin papeles en Estados Unidos.
México del Nortemexicodelnorte@yahoo.com.mx
miércoles, julio 23, 2008
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