Neoliberalismo a la mexicana y el TLC
Dr. Eugenio R. Balari
II
Las bondades o éxitos de cualquier decisión o política que se adopte, al final y definitivamente se miden por los resultados que se alcancen.
Los hechos y beneficios obtenidos concretamente en la práctica son los que determinan y sancionan de modo concluyente sobre la valoración, positiva o no, de cualquier concepción política puesta en marcha.
Escrutando recientemente algunas de las estadísticas existentes y que pueden servirnos de calibrador sobre este peliagudo asunto, ellas nos muestran con bastante nitidez, especialmente en el sector agropecuario, cómo la política neoliberal y la imposición de los países más poderosos del tratado, inclinaron a su favor la balanza, e impactaron negativamente sobre la economía de la nación mexicana.
Veamos sucintamente algunos de sus resultados más preocupantes y que deben de llamarnos a la reflexión de cara al presente y futuro próximo.
Ante todo hay que tomar en cuenta las grandes diferencias que existen en el sector rural entre USA, Canadá y México, las que se encuentran determinadas entre otras cuestiones por los fuertes subsidios que reciben los agricultores de esos dos países en comparación y distinción con los de México.
Salta a la vista que los productores agrícolas de México no participan en el juego en igualdad de condiciones y por tanto, el TLC los perjudica en vez de beneficiarlos.
Apoyándose en el capítulo agrícola del Tratado, una vez que se eliminen los gravámenes a las importaciones de los alimentos, ello significaría un golpe brutal más al sector agrícola del país.
Ya antes de ello por ejemplo, las importaciones de carne de cerdo realizadas a EEUU por México, fluctuaron entre un 5% al comenzar el Tratado y llegaron hasta el 50% al finalizar el año 2006.
En términos de toneladas, esas importaciones pasaron en dicha etapa, de menos de tres mil a más de 320 mil.
De acuerdo con esta situación ello trajo como consecuencia que de 14,500 productores con que el país contaba en 1994, se llegara a contar solamente con una tercera parte, unos 4,700 y en circunstancias mucho más limitadas por la competencia.
Tenemos que la importación de fructuosa de maíz, que es subsidiada en USA a sus agricultores, afectó seriamente al sector azucarero doméstico, el que como es conocido no pudo mantener las exportaciones de sus sobreproducciones.
Además cuando se logran vender a los EEUU estas sobreproducciones, deben importarse similares cantidades de edulcorantes que, como es sabido, están siendo absorbidos por la industria y el mercado de los refrescos, lo que perjudica a los productores nacionales de azúcar.
Aparece también en las informaciones estadísticas, que el café mexicano se está comercializando hacia los EEUU con precios muy por debajo a como lo venden varias naciones de Centroamérica.
Igualmente se ha visto afectada la producción forestal doméstica por la eliminación constante de los aranceles y por tanto, el incremento de las compras de estos productos en territorio de USA
Como consecuencia del aumento de las importaciones, el déficit de la balanza comercial, sólo en dicho rubro forestal, sobrepasa los 500 millones de dólares.
Es conveniente conocer que mientras los subsidios que otorga la administración norteamericana llegan a alcanzar los 20,803 dólares para cada agricultor, la de los productores agrícolas mexicanos se sitúa sólo en los 720 dólares como promedio.
Lógicamente, como resultado de la situación comparativamente favorable de los subsidios que reciben los agricultores norteamericanos, unido a sus facilidades y ventajas técnicas, todo ello les posibilitan precios más bajos y mayores rendimientos agrícolas, lo que saca del juego o sitúa en posición muy desventajosa a los productores del país.
Por ello, la apertura además a las importaciones de maíz, frijol, azúcar y leche, sería de un impacto definitivo y catastrófico contra la agricultura mexicana.
Y para concluir, mi pregunta final es ¿serán estas algunas de las “ventajas del neoliberalismo y del TLCAN” para la sociedad mexicana? Hay mucha más tela por donde cortar, pero por ahora es suficiente.
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