lunes, julio 14, 2008

Welcome to Mexico: gasolina barata
Creciente demanda

Todos los días, miles de automovilistas estadunidenses cruzan la frontera para surtirse de gasolina y diesel en gasolineras mexicanas, donde en teoría obtienen los mismos productos pero mucho más baratos que en su país. Sin embargo, a falta de supervisión y de reglas claras para comercializar y transportar los combustibles, proliferan las tomas clandestinas de los ductos y la adulteración de gasolinas y diesel con otros hidrocarburos que también surte Pemex, además del contrabando y el comercio informal, a través de los puentes internacionales.
REYNOSA, TAMPS.- Cargar en México combustible refinado en Estados Unidos es la novedad que desterró la vieja costumbre de los mexicanos residentes en las ciudades fronterizas, quienes hace apenas unos meses preferían comprarlo en el lado estadunidense por ser más barato y de mejor calidad.Las gasolinas Magna y Premium, así como el diesel que se expende en la frontera tamaulipeca tienen mala fama desde 1996, cuando se desató el escándalo por la adulteración de combustible con queroseno. Ahora se supone que también es adulterada con condensado de campo, un líquido que se obtiene durante la extracción del gas natural. Y sin embargo, miles de texanos dedican hasta tres horas a cruzar la frontera para aprovechar el subsidio de 40% que se aplica en México.El 19 de junio, el director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Jesús Reyes Heroles, advirtió –en entrevista con reporteros durante el Décimo Congreso Anual de la Asociación Mexicana para la Economía Energética– que, por tratarse de un subsidio generalizado en el país, “lamentablemente” los estadunidenses que vengan y carguen (combustible) en México se benefician de esa diferencia, que le cuesta al país.Ocurre lo insólito. Según un reportaje de The New York Times, publicado el 25 de junio pasado, las oficinas de turismo de Ciudad Juárez utilizan la gasolina barata mexicana para promover en Estados Unidos la visita a la ciudad fronteriza. En todo caso, el alto costo de los combustibles en el país vecino provoca que desde Matamoros hasta Tijuana miles de estadunidenses hagan filas para regresar a sus lugares de origen después de comprar gasolina y diesel. Algunos los transportan en vehículos particulares para revenderlo. La diferencia de precio es grande: mientras en Estados Unidos se consigue el galón de combustible en casi cinco dólares, en las gasolineras mexicanas se obtiene por poco más de dos dólares. Una camioneta pick up de ocho cilindros como las que abundan en el sur de Texas se ahorra un promedio de 100 dólares al llenar su tanque de diesel al sur de la frontera.A lo largo de ésta, las franquicias de Pemex gozan de un auge impensable hasta hace poco. En Baja California, ante la posibilidad de que la excesiva demanda provoque desabasto de diesel, la paraestatal ha tenido que realizar importaciones extraordinarias.Mientras en las ciudades del sur de Estados Unidos lucen desiertas las estaciones de servicio de Exxon, Mobil, Aziz y Valero, entre otras, en sus contrapartes mexicanas se forman filas de vehículos con placas texanas. Y desde 100 kilómetros antes de la frontera, en carreteras y brechas, los expendedores de diesel barato llaman la atención de los automovilistas con un pañuelo rojo en el día, y con una lámpara por la noche. En esos establecimientos informales se anuncia: “Hay diesel, se da factura”.Esta situación, así como las inciertas reglas de transporte y comercialización en ambos países, favorecen el incremento del contrabando de combustible mexicano a Estados Unidos.Por ejemplo, en Piedras Negras el oficial responsable de la caseta 65 de Caminos y Puentes Federales, Manuel Hernán Padilla, afirma que esa dependencia no realiza ningún operativo ni regula el transporte de combustibles, puesto que tal labor corresponde a Protección Civil, por los riesgos que implica. Y en el distrito Reynosa de Pemex, el director de Comunicación Social, Genaro Elizondo Rosales, asegura que esos traslados de combustible son ilegales en los dos lados de la frontera.La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Transporte (DOT) establecieron recientemente normas para el traslado de combustible, pero no son aplicadas por los oficiales de seguridad que supervisan los puentes fronterizos. Esos guardias, consultados por el corresponsal, explican que sólo pueden multar a los compradores en aquellos casos en que no se declara la importación y ésta se realiza con fines comerciales, no cuando se trata de compras para consumo particular.El pasado 25 de junio, la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) en Hidalgo, Texas, informó que decomisó 100 galones de diesel mexicano a un ciudadano estadunidense que intentaba cruzar la frontera en una pick-up con la caja acondicionada como tanque.Félix Garza, el portavoz de CBP en ese cruce internacional, informó que el conductor de 22 años declaró que llevaba diesel para venderlo en el condado texano de Edinbug, donde reside. Se le aplicó una multa por no declarar la importación. Este reportero comprobó que en los puentes internacionales de Brownsville, Phar, Laredo, Eagle Pass y Del Río, Texas, transitan decenas de camionetas que en sus cajas llevan tanques improvisados con pistolas despachadoras como las que tienen las bombas de las gasolineras. Para introducir su carga a Estados Unidos, no enfrentan otro contratiempo que la lentitud característica del tránsito en los puentes, ya que en ocasiones ni siquiera son objeto de la mínima revisión por parte de los agentes de CBP.Con todo, las cifras oficiales de Pemex registran que en la mayor parte de la frontera tamaulipeca (todos los cruces internacionales, excepto Nuevo Laredo) existe sólo un ligero incremento en la venta de diesel y gasolinas Magna y Premium, que se importan para esta zona a través de un ducto que ingresa por Matamoros.Con base en el comparativo anual de ventas a titulares de franquicias, Genaro Elizondo Rosales, vocero de Pemex en Reynosa, demuestra que las ventas de la paraestatal apenas superan lo programado y asegura que no hay compras de pánico ni riesgo de desabasto en la región.En el escenario nacional, la situación es distinta. De acuerdo con el Informe de resultados operativos de Pemex de enero a mayo pasados se reporta que las importaciones de petrolíferos aumentaron 15.4%, al pasar de 438 mil 200 barriles a 505 mil 500 barriles diarios. Principalmente se compró más gasolina: en los primeros cinco meses de 2007, se importaron 281 mil 100 barriles por día, mientras que en el mismo período del presente año este volumen ascendió a 323 mil 300 barriles.Además, en el país las ventas de gasolinas para autos pasaron, en el período mencionado, de 744 mil 600 barriles al día a 785 mil 700 barriles –incluyendo las ventas en la franja fronteriza–, lo que implica un incremento de 5.5% respecto del mismo lapso de 2007. De por sí, antes del incremento de combustibles en Estados Unidos, México ya registraba una tendencia alcista en los últimos años, pues el promedio diario de ventas de gasolinas en 2004 fue de 635 mil 900 barriles, en 2005 de 671 mil 300, en 2006 de 718 mil 100, y en 2007 de 760 mil 200 barriles diarios, hasta llegar a los casi 785 mil barriles diarios este año.
Narco y Pemex, en el negocio
El martes 1, el subgerente de la Coordinación de Estrategias de la Gerencia de Control Técnico y Operativo de Manejo de Combustible de Pemex, Fernando Morales Navarro, dijo que tan sólo en Nuevo León se han detectado al menos 20 tomas clandestinas, y otras tantas en la llamada Cuenca de Burgos, en Tamaulipas.Durante la firma de un convenio de colaboración con el gobierno estatal para combatir el robo a los ductos de Pemex, Morales Navarro dijo que se ha reportado que esos robos son obra de narcotraficantes, pero la paraestatal no tiene datos duros.En lo que va de este año, se han detectado 178 tomas ilegales en todo el país, 105 de ellas en oleoductos, por lo que en los últimos 12 meses Pemex perdió 800 mil barriles, equivalentes a 885 millones de pesos.Desde hace años el político tamaulipeco Juan Antonio Guajardo Anzaldúa denunció en varias ocasiones el tráfico de condensado de campo que presuntamente llevan a cabo miembros del cártel del Golfo.A raíz de una de sus denuncias, que presentó a principios de noviembre de 2007, se recuperaron más de 30 pipas de condensado en Río Bravo, Tamaulipas. Una semana después, Guajardo fue ejecutado por un comando en la misma ciudad.Sin embargo, no sólo la delincuencia organizada participa en la “ordeña” a los ductos de Pemex. El condensado de campo, el queroseno y otros hidrocarburos que se decomisan en esta zona son en su mayor parte robados, pero con frecuencia Pemex también utiliza de manera ilegal esos combustibles, según le confían al reportero algunos gasolineros.Tres franquiciatarios de Pemex consultados por separado en la Frontera Chica, Reynosa y Piedras Negras afirman que la paraestatal siempre ha vendido a los gasolineros los hidrocarburos que se utilizan para adulterar gasolina y diesel. Aceptaron hablar con el corresponsal a condición de que no se revelaran sus nombres, ya que de otra forma Pemex puede dejarles de surtir gasolina y, lo más peligroso: el contrabando de combustible “lo maneja La Maña” (un grupo de mafiosos).En la frontera tamaulipeca se vende el mismo combustible que en Estados Unidos. Si bien México importa 40%, todo el que se distribuye en esta región se importa a través de un poliducto que conecta Brownsville, Texas, con Matamoros, Tamaulipas. No obstante, aquí suele ser de menor calidad debido a que se mezcla con otras sustancias, como el mencionado condensado de campo, cuyo rendimiento como combustible es de aproximadamente 50% del que tiene la gasolina, y al mezclarse ambos el rendimiento resultante es de alrededor de 70% comparado con el de la gasolina, lo cual genera un margen de ganancia para los funcionarios de Pemex y los gasolineros.Las quejas de clientes que compran grandes cantidades de gasolina llevaron a uno de estos franquiciatarios a exigir combustible refinado puro, pero días después, cuando tuvo que surtir sus tanques, Pemex no le dio servicio y tuvo que cerrar su estación varios días. Ahora está obligado a vender la gasolina y diesel adulterados que le surten.En Reynosa se pueden ver varias gasolineras cerradas, pero la vocería de distrito de Pemex no tiene una explicación acerca de esto.Hasta hace seis meses era común que los franquiciatarios de esta zona traficaran combustible de Estados Unidos, pues era más barato y rendía más. Ahora son ellos los que llenan tanques adicionales a los extranjeros, inclusive del combustible rebajado que les proporciona la paraestatal.“También de Pemex salen pipas hacia Estados Unidos. Nada más fíjate en el puente Reynosa-Phar (que tiene una pendiente pronunciada) y de inmediato te vas a dar cuenta, por el ruido de las pipas, que van cargadas y no llevan ningún señalamiento sobre la sustancia que transportan”, dice uno de los testigos.El 19 de junio Jesús Reyes Heroles declaró a la prensa que no hay desabasto en la frontera, aunque destacó que en Tijuana se vendieron 5 mil 280 barriles diarios de diesel en enero de 2007, mientras que en lo que iba de junio de 2008 se habían vendido 8 mil 270 barriles diariosNo obstante, al día siguiente Pemex informó que, para normalizar los inventarios de las estaciones de servicio y distribuidores en Baja California, importó 300 mil barriles de combustible. Además advirtió que habría otras medidas para enfrentar la demanda inusual de gasolina y diesel en la frontera.

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