Sobre las nacionalizaciones de dos bancos en EEUU
Ignacio Escolar
El capitalismo liberal estadounidense funciona así: los beneficios son privados; las pérdidas se pagan a escote. Cuando me va bien, que el Estado no se meta de por medio. Cuando me va mal, que venga el Estado a salvarme. Si una familia no puede pagar la hipoteca, el banco se queda con su casa. Cuando son los bancos los que no pueden pagar su castillo de naipes con las hipotecas, otra vez son las familias las que pagan el pato. ¿No cobraban intereses porque asumían riesgos? Pues ya se ve. Una de dos: o ellos ganan o tú pierdes.
Dicen los técnicos que no quedaba otro remedio, que la solución adoptada es el mal menor, que sale más barato pagar ahora que apechugar con un descalabro más grande. Las bolsas lo celebran, y no es de extrañar. Una vez más, el Estado cede al chantaje de la mano invisible, esa que sólo se ve cuando te abofetea.
En México, ésta es práctica cotidiana.
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