ECUADOR: CORREA Y LA NUEVA CONSTITUCION
Quito." Con el referéndum para aprobar una nueva Constitución que se realiza este domingo 28 de septiembre, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, parece asegurar el cuarto triunfo político de su mandato. Sería además la victoria más ideológica de la historia de este país, pues en este referéndum se han enfrentado las corrientes más extremas del espectro político ecuatoriano, incluidas las iglesias católica y evangélica.Los datos de tres encuestadoras (Cedatos-Galup, Informe Confidencial y Santiago Pérez Consultores) dan más del 50 por ciento al SI, con lo cual el Ecuador aprobará su vigésima Constitución, considerada por el gobierno como la más participativa y democrática y la que, asegura, rompe con un pasado de sometimiento a los poderes económicos y sociales. Fernando Cordero, presidente de la Asamblea Constituyente --institución encargada de elaborar la nueva Carta Política"afirmó que "con la nueva Constitución no sólo que se deja atrás un pasado de inequidad e injusticia, sino que se generan nuevos procesos de participación y de una mayor responsabilidad estatal frente a la ciudadana, por lo que es una ventana al futuro". En todas las encuestas, el "NO" es menor al 35 por ciento de la preferencia electoral. Este es el voto que impulsaron los sectores políticos de derecha, las cúpulas de las iglesias, algunos movimientos populistas y uno que otro ecologista. Para estos grupos esta votación no sólo que rechaza el proyecto de nueva Constitución por considerarlo concentrador de poder, centralista, "extractivista" en el campo minero y que favorece el aborto y el matrimonio homosexual, sino que es un castigo a la gestión de Correa, a su autoritarismo y afanes de perpetuarse en el poder, como dijo su principal oponente, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, quien ya fue dos veces candidato a la presidencia por el derechista Partido Social Cristiano.Para los analistas y encuestadores el voto de los indecisos será el determinante: Un 20 por ciento de indecisos puede definir un crecimiento clave a favor del SI, porque la tendencia apunta que esos votos le darán un triunfo determinante a Correa. Sin embargo, tradicionalmente en Ecuador la votación de los indecisos se define, muchas veces, en el acto de votar. Por tanto, todavía es una incógnita hacia donde se incline la balanza, comentó el consultor Santiago Pérez. El encuestador Hugo Barber, de Perfiles de Opinión, la decisión electoral está dada: ganar el SI con más del 50 por ciento, en el mejor de los casos bordeando el 60 por ciento, con lo cual se asegura el triunfo de una corriente de cambio que se viene imponiendo en Ecuador desde hace diez años y particularmente con la presencia de Correa en el escenario político. O sea, después del derrocamiento de Lucio Gutiérrez en abril de 2005.Para estos analistas y encuestadores, entre ellos, el estadounidense Ralph Murphine, quien ha trabajado en Ecuador desde hace 17 años y ha sido asesor de algunos dirigentes estadunidenses, en este país sudamericano no hay una definición ideológica del electorado sino un comportamiento que responde a la gestión administrativa de los dirigentes y líderes políticos. Eso explica ahora, dice Murphine, que Correa tenga un fuerte apoyo porque empezó demostrando que lo que cumplía lo que decía y porque su gobierno ha ejecutado planes y programas de beneficio popular que hacen que su voto sea duro y decidido.Sin embargo, durante la campaña del referéndum hubo una fuerte disputa ideológica que bien puede modificar el comportamiento de pequeños grupos.De hecho, la promesa central de la campaña electoral de Correa, en octubre de 2006, fue la realización de una Asamblea Constituyente para elaborar una nueva Constitución. Y para ello realizó una consulta popular en abril de 2007, que la ganó con un 82 por ciento de los votos. En septiembre del año pasado ganó con el 75 por ciento de los votos 80 de los 130 puestos para asambleístas.Sólo en la ciudad de Guayaquil se prevé un rechazo al referéndum aprobatorio de la nueva Constitución. El alcalde de esa ciudad amenazó con no someterse a los mandatos de la Constitución, pues en la misma se incluye un artículo que garantiza el derecho a la resistencia.Si gana el SI, como indican las encuestas, el gobierno de Correa se preparará para una nueva etapa, pues la Constitución señala que se llamará a elecciones el próximo año para renovar todos los puestos de elección popular, con la diferencia que para presidente de la República ahora existe la oportunidad de ser reelecto.Asimismo, la nueva Constitución crea dos nuevas funciones del Estado: la electoral y la de participación y control social. Según los opositores, con estas funciones y todas las atribuciones se consolidará un poder total para Correa. Por su parte, los defensores de la nueva Constitución señalan que se abre un espacio para la participación ciudadana, pierden control los partidos políticos y se garantiza un ejercicio democrático de mayores responsabilidades públicas.Sin llegar a enfrentamientos violentos, esta disputa electoral ha sido una de las más complejas porque se ha debatido todo el contenido de la Constitución, pero con un fuerte acento en los temas de convicción personal, como el aborto, el matrimonio homosexual o que el nombre de Dios está por debajo de la Pacha Mama (la naturaleza, en quichua). Eso dio lugar a una presencia activa de las cúpulas de las iglesias católica y evangélica y a los grupos Pro Vida que en el mundo luchan contra el aborto y la homosexualidad.
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