Cuando las cosas no van bien, como parece ser el mandato del señor Calderón, cuyo arriba a la Presidencia de la República es precisamente la causa que originó la división que existe entre los mexicanos; difícil es que se compongan si no se enmienda el camino.
La diferencia entre la perseverancia, que es una virtud y la necedad, que vendría siendo todo lo contrario, es decir, un defecto, es el éxito, o el fracaso.
Y en el renglón de la Seguridad es evidente que la derrota (llamarlo “goliza” sería demasiado frívolo tratándose de sangre derramada) no ha corrido por parte de la delincuencia organizada a la que Don Felipe les declaró la guerra.
Prueba de ello es que los narcotraficantes, que en el colmo de lo irreal que siempre sucede en nuestro México, cansados de que los equiparen con los vulgares secuestradores, y que hasta de los EEUU los llamen terroristas, se ofrecen a investigar los deplorables hechos sucedidos en Morelia.
Cabiendo suponer lo que sucedería si “La Familia Michoacana” (el cártel de Michoacán) aclara, detiene y entrega a los autores materiales e intelectuales del atentado (si los elimina no habría validez ni lógicamente credibilidad).
Pues muchos de los mexicanos que ya no confían en las Autoridades y por consiguiente no denuncian los delitos que los afrentan, acudirían a los Jefes de los Cárteles para que se hiciera Justicia.
Sin desde luego poder soslayar, que ante la falta de confianza hacia los encargados de hacer Justicia, no tardarán mucho en aparecer, si las cosas no se componen, no solo las temidas guardias blancas, pequeños ejércitos de particulares que se encargan no solo de defender a sus patrones, sino de eliminar a sus respectivos enemigos, sino vengadores solitarios y anónimos que ejercerán la Justicia por mano propia.
Siendo pertinente recordar, solo a manera de referencia, que el General Videla, el ensangrentado dictador de Argentina, comulgaba todos los días; y todos los días mandaba matar gente.
Y que el terrorismo, los atentados (bombazos y cosas por el estilo) que ya imperaban en la hermana República, hoy bajo el régimen monárquico de los Kirchner, cesaron “automáticamente” cuando Carlos Saúl Menem le entregó el petróleo a la Repsol.
¿Habrá coincidencias con lo que sucede en nuestro México?
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