Pedro Mellado
El director para América Latina de la organización Human Right Watch, José Miguel Vivanco, y el subdirector, Daniel Wilkinson, abandonaron Venezuela este jueves por la noche, luego de que fueran expulsados tras la presentación este jueves en Caracas del informe "Una década de Chávez. Intolerancia política y oportunidades perdidas para el progreso de los derechos humanos en Venezuela", en el que se afirma que los "importantes logros" de la Consititución de 1999 se convirtieron en una "oportunidad perdida".
Antes de hablar de qué es la organización Human Right Watch, da lugar a refrescar en la memoria colectiva qué es una ONG. No debemos olvidar que una ONG es una organización privada, con unos fines y objetivos claramente definidos, y que estos son elegidos en función de los intereses de sus integrantes. Esos intereses serán altruistas o egoístas, dependiendo de la gente que la componga. Dicho esto, el hecho de que no pertenezca a un organismo gubernamental no significa que no tengan intenciones ideológicas.
Una vez aclarado esto, cabe preguntarse qué intereses tienen los dirigentes de Human Right Watch, o los intereses de quién defienden, ya sean particulares o grupos. Dentro de esta reflexión debemos tener en cuenta quién financia a este grupo, de entre los que cabe destacar una organización jesuita norteamericana (Church World Service) o las multinacionales, también norteamericanas, Winston y Ford. [1]
La agresión de la que se han hecho eco los medios de comunicación burgueses, motivo de la expulsión de José Miguel Vivanco, no es la primera que sufre la democracia venezolana, y no aparece ahora por casualidad. Si nos remontamos a 2004, en julio, un mes antes del referéndum presidencial, Human Rigth Watch inició una campaña [2] contra el gobierno a cuenta de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo, acusando a Venezuela de falta de independencia en el poder judicial.
No deja de ser sorprendente que este asunto sea de vital trascendencia, o que esta acusación, en caso de ser cierta, fuera símbolo de falta de democracia; cuando en España los partidos políticos son los que nombran al Consejo General del Poder Judicial [3] , la cabeza de la magistratura politizada al máximo. Pero con anterioridad a esto, Human Right Watch también formó parte del circo mediático internacional a tenor del supuesto cierre de una televisión que sigue emitiendo llamada RCTV, donde además se afirmaba que era un movimiento para hacerse Chávez con el control de los medios de comunicación, cuando en Venezuela el 80% de los medios son privados, y por tanto, también opositores. Eso por no hablar de los contenidos de dudoso respeto democrático de dicha cadena. [4]
En 2005, salieron de nuevo a escena para defender a los cuatro enjuiciados por financiación ilegal de su organización política. [5] Recordemos que estos individuos pagaron su campaña con dinero del Fondo Nacional para la Democracia. Este fondo, creado por el tolerante Ronald Reagan, está financiado por el Congreso de los Estados Unidos, dedicada a promover la única visión de la democracia que los poderosos norteamericanos quieren que conozcamos. Entre los miembros honoríficos de esta asociación están, por ejemplo, el senador de Arizona y hoy candidato a la presidencia de EEUU John McCain. [6]
La segunda vez que aparecen oportunamente es en octubre de 2007, dos meses antes del Referendo Constitucional de diciembre del mismo año. [7] En este caso la intención es clara, para ellos una constitución socialista es una ataque a sus intereses he hicieron de esto su bandera. La excusa, los poderes excepcionales que tomara el presidente en un caso de emergencia ¿acaso no existe eso en las constituciones de países europeos? [8]
Esta ultima intervención tiene, evidentemente, también su intención. Y es que su objetivo no es otra cosa que las elecciones municipales que tendrán lugar en noviembre de este año. Sin duda, acercar a la oligarquía venezolana al poder, en este caso municipal, es para estos defensores de los derechos humanos mucho más necesario que, por ejemplo, investigar la masacre llevada a cabo por la oligarquía boliviana en Pando, de la cual en su página web todavia no han sido capaz de publicar si quiera una mínima condena.
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