Representante católico pide al Estado mitigar daños de la crisis
Falló diagnóstico de Carstens sobre el problema, señala líder evangélico
Gabriel León Zaragoza
Representantes de iglesias evangélicas y de la arquidiócesis primada de México se sumaron por separado al llamado de Andrés Manuel López Obrador para que el gobierno federal utilice todo el poder del Estado con el fin de proteger la economía y el bienestar de la población ante la actual crisis internacional, cuyas secuelas ya padece el país.
Tras ese llamado, emitido la víspera, para suscribir un pacto en apoyo a la economía popular, el vocero de la representación católica en la ciudad de México, Hugo Valdemar, consideró que, al igual que López Obrador, “muchos otros han estado insistiendo en que el Estado debe hacer todo lo posible” por conseguir “un equilibrio entre los daños que causa una crisis como ésta y, por supuesto, la Iglesia ha dicho una y otra vez que se debe hacer un esfuerzo por ayudar a los que menos tienen.
“No se trata solamente de (...) estar controlando la macroeconomía, sino de también ser sensibles en la microeconomía; ya estamos viendo cómo empieza a haber desempleo, cómo algunas empresas comienzan a hacer recortes, y es ahí donde el gobierno debe tener inteligencia e iniciativa para ofrecer alternativas y que no se vea tan afectada la gente más necesitada, que siempre es la que más padece ese tipo de crisis, y también la clase media, que son las dos clases más afectadas”, explicó el religioso en entrevista telefónica.
A su vez, el presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas, Arturo Farela, saludó la propuesta de López Obrador, ya que consideró prioritario que el Ejecutivo federal se convenza de atender los llamados para tomar medidas económicas, pues esta crisis va a afectar “severamente” a la gran mayoría del país, particularmente a los más desprotegidos.
“Es determinante que el gobierno federal se convenza que la crisis económica no es como la diagnosticó el secretario de Hacienda, (Agustín) Cartens, que primero había dicho que era una ‘gripe’ y luego ‘gripe fuerte’.”
La debacle, aseveró en entrevista, “es global y está afectando seriamente a países industrializados y con mucha más razón a naciones en vías de desarrollo, como México”.
Por separado, ambos coincidieron en que la administración federal debe evidenciar públicamente a las empresas que “saquearon” las divisas la semana pasada porque, en su consideración, fueron desleales con el país.
El Congreso debe elaborar leyes que sancionen cualquier tipo de especulación en la economía del país, demandaron.
Todas las instancias de poder federal, concordaron también, deben aplicar medidas ejemplares de austeridad, por lo que tienen que desaparecer todo tipo de lujos y privilegios que tienen lugar en el sector público, toda clase de gastos suntuarios.
¿Este apoyo tendrá que ver el hecho de que las limosnas van a disminuir?
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