domingo, octubre 19, 2008

Presos políticos que triunfan y honran a su patria

Por Fernando Acosta Riveros

Publicado en el Diario La Jornada de Jalisco (México) el 18/10/08
www.lajornadajalisco.com.mx/2008/10/18/index.php?section=politica&article=008o1pol

Un preso político cubano fue conducido el día sábado 16 de octubre de 1953 hasta una sala de la Escuela de Enfermeras del Hospital Civil en Santiago de Cuba. El detenido era abogado, conocía cada artículo de la Constitución de 1940, así como las diferentes etapas de la historia de su patria. Estaba acusado de organizar asaltos a cuarteles militares el 26 de julio de 1953. Un mes y medio después de la acción revolucionaria, el 21 de septiembre, ante la pregunta del fiscal en relación con ¿quién era el autor intelectual del ataque a la fortaleza militar del Moncada?, el prisionero contestó: "el autor intelectual fue José Martí".

Los cubanos recordaban la vida y obra de José Martí ese año (1953), cuando celebraban los 100 años de su natalicio. Fidel Alejandro Castro Ruz, el preso político, había preparado un alegato que estaba impregnado de conceptos martianos. Sus compañeros de presidio, y quienes continuaban la lucha clandestina contra la dictadura de Fulgencio Batista, eran hombres y mujeres sensibles de arraigadas convicciones martianas y socialistas.

"El derecho de resistencia que establece el artículo 40 de esa Constitución (la de 1940) está plenamente vigente. ¿Se aprobó para que funcionara mientras la República marchaba normalmente? No, porque era para la Constitución lo que un bote salvavidas es para una nave en alta mar, que no se lanza al agua sino cuando la nave ha sido torpedeada por enemigos emboscados en su ruta. Traicionada la Constitución de la República y arrebatadas al pueblo todas sus prerrogativas, sólo le quedaba ese derecho, que ninguna fuerza le puede quitar, el derecho de resistir a la opresión y a la injusticia", precisaba Fidel durante su alegato conocido como La historia me absolverá.

Las autoridades intentaron opacar el suceso ocurrido aquel sábado 16 de octubre. Los prisioneros deberían acudir a la continuación del juicio hasta el tribunal ubicado en el edificio de Palacio de Justicia en Santiago de Cuba. Cuando el régimen de Batista conoció y analizó las primeras respuestas de Fidel en la audiencia del 21 de septiembre, decidió que su juicio continuara en una salita del Hospital Civil donde solamente estuvieron como testigos seis periodistas, de medios que estaban controlados por la tiranía batistiana.

Después de pronunciar el alegato, donde Fidel, en nombre de los jóvenes moncadistas de la Generación del Centenario martiano acusó al régimen espurio y criminal, fue enviado al Presidio Modelo ubicado en Isla de Pinos, que ahora se conoce como Isla de la Juventud. Desde esa prisión, Fidel y los moncadistas enviaron el texto de La historia me absolverá, que fue distribuido clandestinamente entre la población e incluso logró imprimirse internacionalmente en las ciudades de Nueva York, EE.UU., y Santiago de Chile, en la patria de Gabriela Mistral, desde 1954.

En el documento martiano se encuentra el programa de la Revolución Cubana, que es prácticamente la continuación del proyecto que defendieron José Martí y Antonio Maceo en su lucha de resistencia contra el colonialismo español y las luchas por la soberanía que en el siglo XX libraron Julio Antonio Mella, Carlos Baliño, Antonio Guiteras, los moncadistas, entre quienes sobresalió Abel Santamaría, José Antonio Echeverría, del Directorio Revolucionario, y después los insurgentes del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra. El programa de La historia me absolverá comenzó a aplicarse el mes de enero del año 1959.

Cuarenta y cinco años después del testimonio patriótico realizado por los presos políticos ante la tiranía de Fulgencio Batista, en 1998, otros cinco presos políticos combaten desde cárceles ubicadas en territorio estadounidense. Defienden la justicia y el socialismo. Se oponen al terrorismo imperialista que ha enlutado en diferentes ocasiones al pueblo de Cuba, particularmente desde 1959, cuando la patria de Celia Sánchez Manduley decidió caminar libre y soberana.

Los cinco presos políticos cubanos que ahora triunfan en el terreno ideológico y honran a su patria son: Fernando González Llort, René González Sehwerert, Antonio Guerrero Rodríguez, Gerardo Hernández Nordelo y Ramón Labañino Salazar. Están acusados de espionaje y continúan presos desde hace 10 años (12 septiembre de 1998). Arriesgaron sus vidas al infiltrarse en organizaciones de la mafia cubano-americana para evitar nuevos atentados violentos donde perdieran la vida civiles inocentes de Cuba y de Estados Unidos.

Amplios sectores de la comunidad internacional trabajan por liberar a los Cinco Cubanos presos en tierras del imperio. En el proceso que se les realizó en Miami, un lugar notorio por su odio a la Revolución Cubana, a Fidel y a todo lo relacionado con las aspiraciones culturales, espirituales y sociales del pueblo cubano, se cometieron injusticias y se notó franca parcialidad. Así como Batista intentó ocultar el proceso que siguió a los moncadistas en 1953, también el imperio estadounidense, con Bill Clinton y George W. Bush, ocultó la realidad acerca de estos patriotas, quienes desde la prisión continúan honrando a su país.

La distancia geográfica y el tiempo transcurrido desde su encarcelamiento han acercado a cada uno de los Cinco Héroes con sus familiares, su pueblo, su patria y el mundo. Antonio, Fernando, Gerardo, Ramón y René son un ejemplo de compromiso con las mejores causas de la humanidad. La injusticia que con ellos y sus familias se comete, nos recuerda la permanente violación de los derechos humanos a presos políticos, hombres y mujeres, en casi todos los países dominados por el capitalismo salvaje, donde manifestarse a favor de la justicia social es motivo para ser considerado peligroso, subversivo y terrorista.

Antonio Guerrero Rodríguez, uno de nuestros cinco hermanos cubanos, quien cumplió 50 años recientemente (jueves 16 de octubre de 2008), escribió hace unos años a su hijo: "No sé cuándo tu mamá te dará a leer esta carta; ella sabrá escoger el mejor momento. Existe un motivo por el cual yo no he podido ir a verte en tantos años. Espero me disculpes y entiendas por qué antes no te lo había dicho: tú eras muy pequeño para hablarlo contigo. Mi anhelo es que tú crezcas como un buen hombre, útil a la sociedad, fiel a una causa valedera y digna. Por ello debes siempre estudiar". Así son los Cinco Cubanos presos en Estados Unidos. Heredaron de los moncadistas su amor por Cuba y la humanidad. Merecen su libertad inmediata.

¡Venceremos!

Paz y bendiciones.



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