Por Fausto Fernandez Ponte
I
El caro leyente Oscar Pronto Salas, quien se identifica como (así lo escribe) "exitoso empresario ITAMista" se adhiere a su correligionario académico Guillermo Rosales Lozada (Asimetrías 13/X/08) e insiste en la viabilidad del Plan Calderón. Escribe don Oscar: "Coincido con Guillermo: usted no nos dice por qué razones el Plan del Presidente (de Facto Felipe) Calderónes inviable (...) Tampoco nos dice por qué (Andrés Manuel) López Obrador y Calderón se coinciden y se influyen mutuamente".
Bien. Éntrese en miga con la venia anuente de quienes leen éstos pergeños, pues los leyentes Pronto y Rosales traen a un primer plano de interés algo atañedero al presente y futuro inmediato de México y los mexicanos y sus expectativas reales:
El llamado Plan Calderón es inviable y será inviable, pues nació carente de viabilidad. No es argumento retórico de discusión, sino escenario prospectivo probable: el aludido plan calderonista no existe.
Es sólo una idea imprecisa cuyo objetivo es atolero, psicológico, demagógico, para apaciguar los ánimos de los verdaderos patrocinadores de don Felipe, los oligarcas mexicanos y sus consocios y patrones estadunidenses.
Vero. Es obvio que don Felipe desea tranquilizar a los mexicanos pues su temor mayor, sin duda obsesivo, es que el señor López Obrador capitalice políticamente el creciente descontento popular.
II
Pero el plan anticrisis --denominado Programa para Impulsar el Crecimiento y el Empleo-- nació, como dicen los gringos, "too little too late" (demasiado pequeño y demasiado tarde) y no está orientado a atacar las causales del fenómeno.
No. Ni alúdense ni mucho menos identifícanse esas causales, las cuales son de naturaleza antisocial --y por ende moralmente criminógena-- de la forma de organización económica y política prevaleciente. El objetivo declarado es muy limitado.
Ese objetivo declarado --por el propio Presidente de Facto-- es el de "mitigar el impacto negativo de la turbulencia financiera internacional". ¿Cómo mitigar ese impacto? Mediante la ampliación del gasto público. Y allí yace la falacia.
Así es. El señor Calderón no le ha dicho a sus conciudadanos de dónde provendrán realmente los recursos para ampliar el gasto público, pues el grueso de las reservas del Estado mexicano no se encuentra físicamente en México, sino en EU.
Además, es predecible que esas reservas en el banco central estadunidense (el Federal Reserve Bank) y bancos privados de ese país hayan sido usados par rescatar a las aseguradoras y las hipotecarias y las corredurías y operadoras de dineros allá.
Por añadidura, las otras reservas --las del Fondo de Estabilización (o contingencia) de Petróleos Mexicanos-- tampoco están físicamente en el Banco de México, sino en en el Federal Reserve Bank. Es garantía de pago a acreedores estadunidenses.
Y predeciblemente córrese el riesgo de que los recursos para ese Fondo de Estabilización jamás hayan sido ingresados: sábese que los ingresos petroleros tienen por destino fiscal/metafiscal financiar el 40 por ciento del gasto público corriente.
III
Por otro lado, los recursos destinados al Fondo (que devienen de los ingresos de la bonanza petrolera reciente no vigilados ni contabilizados) son difuminados por prácticas corruptas y laxas del Poder Ejecutivo desde Vicente Fox a don Felipe.
Así, el plan calderonista no ha sido diseñado aun. Fue un subtefugio expedito y oportuno que se sacó de la manga el señor Calderón, desnudado, por cierto, en libro próximo de Luis Carlos Ugalde, el defenestrado extitular del Intituto Federal Electoral.
Éste subtefugio tuvo varios propósitos: uno, informar a Washington de que el gobierno de México le apoya; otro, el de premiar la incontenible voracidad (demostrada otra vez horas há) del gran empresariado oligárquico mexicano; y un tercero...
Pero antes de proseguir hágase un paréntesis para abundar en la histórica y proverbial avaricia oligárquica mexicana: el calderonismo aun se niega a ver la especulación financiera-bursátil-bancaria como una vertiente del crimen organizado.
Hasta allí el paréntesis. Volvamos al tercer móvil del subtefugio anticrisis, el de la ilusión de "rebasar" a don Andrés Manuel por la izquierda y de esa guisa arrebatarle el pendón del descontento popular y sus expresiones públicas masivas.
Pero ese paso retórico --demagógico-- de don Felipe, si bien engaña a los aquì identificados corresponsales ITAMistas, no seduce al grueso raso de mexicanos de a pie. ¿Por qué? Por varias razones. Enumeremóslas como ejercicio dialéctico:
1) El plan anticrisis no contempla las causales de la crisis.
2) Hacerlo implicaría modificar las relaciones de producción y las fuerzas productivas.
3) Ello equivaldría a reducir la desigualdad y la injusticia económica y lasta la iniquidad.
4) Proponer realizar eso sería revolucionario: refundar al Estado, un nuevo orden económico y político marcadamente social.
Realizarlo exige más que pseudo reformismos. Exige la fibra colectiva, compacta, congruente, épica, del revolucionario como Hidalgo, Morelos, Juárez, Magón, Zapata, Othón Salazar, Vallejo, Campa, los de Madera, y muchos más.
ffponte@gmail.com
Glosario:
Atolero: relativo o perteneciente al atole, en el sentido de dar atole con el dedo, coloquialismo mexicano que denota una acción de decirle a un interlocutgor lo que quiere oir, mentirle o engañarlo.
Ugalde, Luis Carlos: autor del libro "Así lo ví: testiumonio de la elección presidencial de 2006, la más competida de la historia", de Editorial Grijalbo, pronto en librerías..
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