Escrutinio
Como era de esperarse, los diputados del PRI y del PAN se negaron siquiera a considerar la propuesta de López Obrador de poner en marcha un programa de 18 puntos para proteger y defender la economía popular, severamente afectada por la carestía de los alimentos, el alza de precios de los combustibles, las pérdidas en los fondos de retiro, el desempleo y la crisis económica y financiera. Automáticamente la descalificaron, colgándole el acostumbrado y peyorativo sambenito de “populista”.Según Juan José Rodríguez Prats, del PAN, lo que AMLO propone “está más lejos de realizarse que un viaje a Marte” y que demagógicamente ofrece “paraísos, sin decir cómo llegar a ellos”. Por su parte, Jorge Estefan Chidiac, del PRI, aseveró que la reasignación presupuestal que pide López Obrador es imposible y que “propone milagros que él no hizo cuando fue jefe de gobierno del Distrito Federal”. Veamos cuáles son algunos de esos “milagros” irrealizables que pide AMLO: restablecer los precios de garantía a productos agrícolas y subsidios a la producción, construir tres refinerías, un programa de construcción de caminos en los 438 municipios de mayor marginación para dar empleo temporal a sus pobladores y mejorar sus condiciones de vida, iniciar un programa de obras públicas para estimular la actividad económica, y otro de construcción y mejoramiento de vivienda. Nada de eso es cosa del otro mundo. Hay dinero para ello y se ha hecho en muchas ocasiones en México y otros países. Con medidas como esas, por ejemplo, salió Estados Unidos de la Gran Depresión. Propone también AMLO extender a nivel nacional la pensión alimentaria para adultos mayores de 65 años, dar apoyo económico a madres solteras, dotar gratuitamente de útiles escolares a los alumnos de educación básica, otorgar becas a estudiantes de bachillerato público, garantizar una cobertura del 100% en la educación superior, dar atención médica y medicamentos a quienes carecen de seguridad social y ampliar el programa de leche Liconsa a zonas marginadas. Todos estos “milagros irrealizables”, como los califica despectivamente el priísta Estefan Chidiac, son una realidad desde hace años en el DF. Se pusieron en práctica precisamente durante el gobierno de López Obrador, benefician a un alto porcentaje de la población capitalina, están garantizados por ley, y se han mantenido a pesar de que tanto Fox como Calderón y los diputados del PRI, el PAN y el llamado Verde Ecologista limitan la entrega de recursos federales al gobierno del DF. Es más, demagógicamente —ellos sí— en muchos lugares los candidatos del PRI y el PAN en las últimas elecciones se la pasaron ofreciendo lo que ya era una realidad en el DF: becas, apoyos a madres solteras, atención médica y otros “milagros”. Por supuesto, todo quedó en promesas. Pide también López Obrador reducir los precios de los combustibles —algo que prometió Calderón y tampoco cumplió—, que se establezcan comedores populares en el campo y la ciudad —lo cual no costaría demasiado y evitaría el hambre y la desnutrición—, congelar los precios de una canasta básica de productos y servicios, y proteger los ahorros en las Afores, que como se sabe corren peligro de desvanecerse. Son medidas muy sensatas, que ya han dado buen resultado en otros países en situaciones similares, que reactivarían la economía, darían empleo a millones de personas y en algunos casos, como los comedores populares, podrían financiarse simplemente con lo que el gobierno federal gasta en propaganda televisiva. Pero, obviamente, como el programa de López Obrador busca proteger a los sectores más necesitados y no beneficiar a banqueros, empresarios azucareros, dueños de autopistas o grandes comerciantes, lo rechazan el PRI, el PAN y su satélite el Verde.
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