Jorge Lara Rivera
Corre el año 2002. Grupo Básico Mexicano ganó el concurso de licitación de un contrato para excavar un túnel subfluvial justo debajo del río Coatzacoalcos, megaproyecto previsto para descongestionar la transitada carretera Campeche-Veracruz, y para ello obtiene de la banca de desarrollo un crédito de hasta por 2 mil millones de pesos que financiará la obra.
Seis años después el túnel sigue en proyecto. Pero la empresa licitadora tiene derechos de peaje sobre cualquier vehículo que pase por allí. Extraño, ¿no?.
Para mejor entender quizá ayude tomar en cuenta que, por entonces, una pequeña comunidad demandó a PEMEX la entrega de una suma fabulosa en concepto de pago por impuestos atrasados al municipio.
Y que, curiosamente, para resolver el asunto las partes contrataron los servicios ¡del mismo bufete!: Abogados Internacionales SC.
Al contrario de la usual lenta marcha de los asuntos legales en nuestro país, el caso se finiquitó en lapso récord y a satisfacción de todos...
Especialmente de Emilio Baños Urquijo –accionista de la pequeña empresa que después resultaría ganadora del concurso de obra y suegro de César Nava, pues su negocio obtuvo ‘providencialmente’ el dinero necesario para poder cubrir la fianza garantía y participar en la licitación del contrato para excavar el túnel debajo del río.
Por pura coincidencia, sin duda, C. Nava se desempeñaba en esos días como abogado general de PEMEX, mientras que el hoy titular de Ejecutivo federal era el director general del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras).
La parte demandante fue el ¿honorable? Ayuntamiento de Coatzacoalcos.
Tras la resolución ‘fast track’ PEMEX pagó al Ayuntamiento de Coatzacoalcos; ambos, sus correspondientes honorarios al bufete Abogados Internacionales SC. Aparentemente, sin tener vela en el asunto, el suegro de César Nava, don Emilio Baños obtuvo, de pronto, el dinero de fianza para participar en la licitación del contrato para la megaobra; concurso que ‘afortunadamente’ ganó.
Luego, en su último acto como titular de BANOBRAS el director del banco, quien pasaba a ser Secretario de Energía, autorizó un préstamo de 2 mil millones de pesos para realizar el proyectado túnel subfluvial.
Y fue así como Baños Urquijo, suegro de César, obtuvo –además de los recursos para participar y ganar el concurso de obra– el dinero millonario para un túnel que sigue todavía en planos...
Al menos eso refiere en reciente articulo el periodista Jaime Avilés. Está todo más claro, ¿verdad?
Precisamente ahora César Nava ha sido parte del doble enroque en el tablero gubernamental del gabinete emprendido por el actual régimen.
Cercanísimo al líder, como sólo lo son los miembros del primer círculo en el equipo que se hizo del poder en julio de 2006, abandona la posición de la Secretaría Particular en Los Pinos para llenar la vacante que dejara el recientemente fallecido Santiago Vasconcelos, encargándosele negociar y lograr reformas legales fascistoides, atentatorias contra los derechos humanos, que el presente gobierno federal impulsa pretextando el combate al crimen organizado.
Esto cuando en la Cámara avanza la reforma legislativa para el combate al narcotráfico.
Parece un puesto de bajo perfil, pero encubre una maniobra hecha con gran anticipación que garantiza ponerlo en condición elegible para hacerse de una candidatura, así sea de representación proporcional para tenerla segura, y lograr una diputación federal en las próximas elecciones del 2009, la cual permitirá erigirse desde ella en Coordinador de la bancada panista en San Lázaro, asegurando al Ejecutivo poder relanzar su ‘reforma’ privatizadora del petróleo y hacer legal la explotación del uranio nacional.
Parece una misión realizable para alguien con los antecedentes de César Nava, tomando en cuenta lo enterado por el periodista J. Avilés.
El otro movimiento es el que trajo de Roma a Luis Felipe Bravo Mena quien, siguiendo los pasos de su correligionario Emilio Goicoechea Luna –prominente panista de la corriente yunquista, ligado al cártel de Sinaloa–, también Secretario Particular durante el foxiato, adquiere de pronto un relieve considerable en medio de la sospecha de infiltración de ese cártel al más alto nivel (la Secretaría de Seguridad Pública incluida, claro).
En este caso, sus credenciales políticas, académicas o culturales no son nada del otro mundo, pero son lo de menos, dado su incuestionable origen panista y su cercanía con el Yunque que lo hacen confiable y conveniente para el Ejecutivo federal. El hecho de que se le encomiende una oficina en Los Pinos habla claro de que ‘ellos’, los ultras, han vuelto.
Es, sin embargo, César Nava en quien debe detenerse la mirada. Así que, ¡cuidado!, tiene toda la capacidad para cumplir esos tan oscuros designios.
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