Israel Rodríguez
La llamada reforma energética aprobada deja ventanas que el gobierno de Felipe Calderón y su partido, el PAN, junto con diputados y senadores del PRI, pretenden convertir en ventanales para una eventual privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex), advirtieron los especialistas Arturo Alcalde, Mario Di Costanzo, Antonio Gershenson y Javier Jiménez Espriú.
Durante la presentación del libro: El petróleo mexicano. Estado,organismo público y trabajadores, editado por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y la Fundación Heberto Castillo, Mario Di Costanzo, secretario de la Hacienda Pública del gabinete alterno de Andrés Manuel López Obrador, alertó que el peligro no ha pasado, la lucha no ha concluido.
Los problemas fundamentales de Pemex, agregó, son la excesiva carga fiscal y la corrupción, que sigue reinando en la empresa, además de la mala política energética. La reforma aprobada no corrige estos problemas.
Contra la sensatez
Desafortunadamente esta reforma que se aprobó en contra de la sensatez resuelve difícilmente la problemática de Pemex y deja abiertas las puertas para una eventual privatización. Estas reformas se dan en el seno de un gobierno cuyo dna es privatizador y sigue respondiendo a salvaguardar los intereses de esos grupos que llevaron al poder a Calderón.
Considerado libro básico de referencia, en él se compilan textos de Andrés Manuel López Obrador, David Ibarra, Rogelio Ramírez de la O, Enrique Semo, Jaime Cárdenas, Luis Javier Garrido, Ifigenia Martínez, Jorge Mancilla, Alfredo Jalife, Bernardo Bátiz y Miguel Concha, entre otros.
Javier Jiménez Espriú, ex integrante del consejo directivo del Instituto Mexicano del Petróleo, entre otros cargos, afirmó que aun cuando en las iniciativas los heraldos del gobierno decían que no se aceptarían los contratos de riesgo, la realidad es otra. Ahora preparan un nuevo modelo de contratos incentivados.
Las interpretaciones acomodadas, las definiciones o disposiciones en materia reglamentaria secundarias que todavía faltan pueden ir en contra del espíritu de la Constitución . Que no haya equívocos, cualquier interpretación al filo de la navaja es altamente peligrosa y se puede caer fácilmente en el pantano de la inconstitucionalidad y que quien intente matar la vaca o agarrarle la pata en éste o en cualquier renglón de la industria petrolera tendrá responsabilidades de alto riesgo, sentenció.
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