El consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés, al igual que el resto de los integrantes del Consejo General, niega que intereses partidistas determinen la sospechosa tolerancia del organismo hacia el incumplimiento del Cofipe por parte de Televisa y TV Azteca. Sin embargo, sus antecedentes profesionales y políticos, así como su actuación, son congruentes: “En la práctica salen del IFE, por unanimidad o por un gran consenso, propuestas que son claramente partidarias”, dice un exfuncionario electoral.En apogeo las críticas por el perdón del Instituto Federal Electoral (IFE) a las televisoras por violaciones a la ley, el viernes 13, y cuando se desahogaba el proceso por otros incumplimientos legales, el vicepresidente de Televisa, Bernardo Gómez, y el senador priista Jorge Mendoza, representante de Televisión Azteca, se reunieron sigilosamente con Leonardo Valdés, presidente del organismo.
En los encuentros en la oficina de Valdés, celebrados por separado la tarde del miércoles 18 y la mañana del jueves 19, ambos reiteraron los alegatos de inocencia que habían expuesto sus respectivos equipos de abogados en la audiencia del segundo proceso sancionador iniciado por el IFE por omisiones de ambos consorcios en la transmisión de promocionales que ordena la ley.Pero para entonces las multas por 4.2 millones de pesos ya estaban en marcha –materializadas, por unanimidad de los consejeros, en la sesión del viernes 20–, y en las reuniones sólo se formalizó el compromiso de establecer un canal de diálogo de las dos televisoras con el presidente del Comité de Radio y Televisión, Virgilio Andrade, y el secretario ejecutivo, Jacobo Molina.“Fueron reuniones cordiales, en las que intercambiamos diversas opiniones, pero fundamentalmente tuvieron como objetivo estandarizar esta relación”, asegura Valdés al confirmar a Proceso las reuniones, y añade que, “si bien las televisoras pueden tener diálogo con la y los consejeros de manera permanente”, el IFE requiere conductos sobre todo para resolver cuestiones de carácter técnico.
–¿Hay un compromiso para iniciar una etapa de colaboración?
–Yo creo que sí. Ambos concesionarios han comprendido que es muy importante la corresponsabilidad en esta materia y me han expresado a mí personalmente su decisión. Yo espero que esa expresión se concrete en la solución de los problemas específicos que se vayan planteando y sobre todo el acatamiento de la ley y en el reconocimiento de la autoridad que el IFE tiene en esta materia.Pero aclara: “Si a pesar de este diálogo, de este esfuerzo de la autoridad para que podamos salir adelante en la aplicación de esta reforma, algún concesionario o permisionario incumple con la ley o con la normatividad, el IFE volverá a iniciar procedimientos sancionadores y, si es el caso, volverá a imponer sanciones. ¡De eso no me cabe la menor duda!
–¿Dice usted que el IFE no será rehén de intereses privados?
–¡Nunca!En entrevista al finalizar la sesión del viernes 20, en la que se aprobaron por unanimidad los dos proyectos de sanción a Televisa y Televisión Azteca –cuya violación a la ley sienta un precedente en el caso de la primera empresa y en la segunda se acreditó reincidencia–, Valdés niega que la autoridad del IFE se haya menguado con el perdón del viernes 13.“La fortaleza o la debilidad del IFE no se juega en una decisión, se juega en una cadena de decisiones en distintas materias”, sentencia, y dice ignorar si los consejeros electorales que ese día se pronunciaron, por mayoría, por sobreseer el proceso sancionador contra las dos empresas recibieron presiones del gobierno de Felipe Calderón, inclusive con argumentos de que por seguridad nacional debía perdonárseles, porque podrían dinamitar la elección.“Yo no tengo conocimiento de este tipo de cuestiones, no me lo ha comentado ningún consejero electoral, no me han acreditado o dicho que hubiera habido alguna presión de alguna persona del gobierno federal.” El IFE –añade– tiene una comunicación con instancias del gobierno federal y él mismo se comunica con Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, “pero en ningún momento yo podría decir que ninguno de los consejeros me haya compartido que haya sido presionado por ninguna gente externa al IFE”.
Democracia trigarante
En la entrevista, la tarde del viernes 20, Valdés niega también que los consejeros que votaron el viernes 13 por sobreseer las violaciones a la ley de las televisoras hayan obedecido a los intereses de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionarios Institucional (PRI), con los que se les identifica por haberlos impulsado al cargo.“Esa interpretación está muy lejos de lo que está sucediendo en el IFE. Después de este año de trabajo con la mayoría de los consejeros electorales y en los últimos meses con los consejeros y la consejera que se incorporaron en el mes de agosto del año pasado, puedo acreditar que cada uno de mis compañeros toma las decisiones con lealtad a su interpretación jurídica y por supuesto no son, ni remotamente, defensores de intereses diversos a los de la institución.”Y añade: “Me parece que son versiones y análisis a los que tienen derecho los formadores de opinión. Pero yo, en la vida cotidiana en esta institución, no podría acompañar ese tipo de razonamientos.”Sin embargo, y tal como ocurrió desde que fueron electos en la Cámara de Diputados desde el 2003, los más antiguos, y desde agosto, los más recientes, los actuales consejeros –incluyendo el propio Valdés– han sido identificados con los tres principales partidos políticos.“Ese es el principal problema del IFE”, asegura Lorenzo Córdova Vianello, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y experto en materia electoral, quien advierte que los consejeros, ante el desafío de las televisoras, actuaron como representantes de intereses políticos, como lo han venido haciendo desde la integración de 2003.En el Consejo General presidido por José Woldenberg, entre 1996 y 2003, también se dio una integración con propuestas de los tres principales partidos, porque así lo establece la Constitución, “pero ninguno de esos consejeros durante su desempeño se asumió como representante de intereses partidistas”, afirma.“Lo que sucede en el Consejo encabezado por Luis Carlos Ugalde y en el actual que preside Leonardo Valdés –y lo que pasó el viernes 13 así lo demuestra–, es que una cosa es que los consejeros sean propuestos por los partidos y otra que los propios consejeros asuman que su papel es el de representar determinados intereses políticos, es decir, que su papel es fungir como correas de transmisión.”A su vez, el expresidente del IFE en Jalisco, Esteban Garaiz, quien presentó a Ugalde su renuncia a 14 años de trabajo en la institución por considerar que las elecciones de 2006 no fueron “limpias ni equitativas”, afirma que el origen del problema del Consejo General son las cuotas partidarias. “Este problema está en la raíz y no sólo en 2003, sino en la raíz de la reforma o por lo menos la aplicación de la reforma: En la práctica salen, por unanimidad o por un gran consenso, propuestas que son claramente partidarias, y esa es una práctica perversa e insana para la democracia mexicana.”Organizador de las elecciones federales de 1994 en la zona de conflicto zapatista en Chiapas, y en el 2000 en todo ese estado, Garaiz Izarra afirma que esto ha implicado un retroceso político que denomina la democracia trigarante: “La independencia trigarante fue la más completa y absoluta traición a los ideales de los insurgentes, y me temo que también tenemos una democracia trigarante, que ha traicionado la esencia de los ideales de una democracia auténtica, con un órgano realmente autónomo de Estado.”
Militancia pasiva
Y es que el actual Consejo General está integrado por consejeros que asumieron el cargo tras la controvertida elección de noviembre de 2003, sólo con los votos de PRI y PAN: Marco Antonio Gómez Alcántar, Arturo Sánchez Gutiérrez y Virgilio Andrade Martínez, quienes concluyen sus encargos el próximo año.El primero fue propuesto por el Partido Verde Ecologista de México, presidido por Jorge Emilio González, de quien fue asesor legal, y sus posiciones son a menudo coincidentes con las de ese partido que, en la sesión del viernes 13, actuó como defensor de los concesionarios a través del senador Arturo Escobar. Inclusive, en la sesión del viernes 20, aun cuando votó a favor de la sanciones a Televisa y Televisión Azteca, Gómez Alcántar cuestionó el sustento jurídico para acusar a Televisión Azteca de reincidencia y asumió como suyos los argumentos de Televisa que pusieron en entredicho la personalidad jurídica de un abogado del IFE, Ángel Cabrera, en el procedimiento sancionador.Miembro, como Gómez, del Comité de Radio y Televisión, que tiene la interlocución con los concesionarios, Sánchez Gutiérrez fue propuesto como consejero por el PAN y tiene estrecha relación con Calderón y el también exconsejero Juan Molinar Horcasitas, director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), su compadre.Andrade Martínez, por su parte, es un priista confeso: Fue representante suplente del PRI ante el Consejo General, en 1994, y así lo exhibe en su currículum público, aunque asegura que las decisiones que él y sus compañeros toman en el IFE no están subordinadas a su filiación partidista.“No existe eso. Lo que hemos visto en cada votación es un conjunto de posturas que pueden ser divergentes, pero que en todo caso han manifestado la genuina razón del voto. En el caso de las televisoras, los consejeros que hicieron mayoría pusieron en la mesa la genuina razón de no entrar al fondo.”
–¿Sigue usted militando en el PRI?
–Aquí ya no podemos estar militando. Los consejeros del IFE perdemos militancia simple y sencillamente por la condición de ser consejeros. Así de simple.
–¿Pero formalmente renunció a su militancia?
–No es relevante renunciar. Lo relevante es ejercer la condición de consejero y demostrar con las votaciones que se es imparcial.
–Terminando su encargo, ¿retomará su militancia?
–Terminando el encargo tendría que ver cuál es mi futuro profesional. Eso es lo que tendría que ver.
Pura especulación
En febrero de 2008, y como parte de la renovación escalonada del Consejo General, fue electo como presidente Leonardo Valdés y los dos únicos consejeros que durarán en el cargo hasta 2016: Benito Nacif Hernández y Marco Antonio Baños Martínez.Nacif, amigo íntimo de Ugalde y detractor de la reforma electoral de 2007 que ahora le corresponde aplicar, fue propuesto por el PAN, de algunos de cuyos gobiernos ha sido asesor, como el de Naucalpan, Estado de México. Baños, quien ha trabajado en el IFE durante casi 15 años, está identificado con el senador Manlio Fabio Beltrones, uno de cuyos principales asesores es el exdiputado Felipe Solís Acero, transitorio secretario ejecutivo del IFE con Woldenberg.Esta relación, aclara Baños, nada influye en las posiciones que asume, como en la propuesta que formuló, en la sesión del viernes 13, para sobreseer el proyecto de sanciones del secretario ejecutivo:“Quiero ser muy claro: Yo no recibí ninguna llamada de ningún personaje importante de la vida pública de nuestro país, ni tampoco recibí ninguna llamada ni tuve ninguna entrevista con representantes de las televisoras, y por tanto mi decisión corresponde única y exclusivamente al análisis que yo formulé sobre el caso concreto y sobre el expediente que integró el secretario ejecutivo.”Baños afirma que no tiene patrocinios ni padrinos políticos: “No tengo ningún otro patrocinio que no sea sujetar mi comportamiento a lo que dice la ley y a lo que estoy obligado como consejero electoral”.Recuerda que él fue electo por la Cámara de Diputados en un proceso de selección –que “ha sido el más transparente que yo recuerde”–, y ahora sólo actúa conforme a sus convicciones. “Los votos que he emitido como consejero electoral siempre han estado en el marco de lo que establece la legislación”.Añade: “Yo no diré jamás una mentira respecto de mi pasado profesional. Sí trabajé en algún momento en la Secretaría de Gobernación, en la que el senador Beltrones fue subsecretario, como también trabajé con el senador Arturo Núñez, el señor Felipe Solís, con José Woldenberg y con otros muchos personajes.”Con tres lustros en el IFE, se asume como un servidor público de carrera en el mundo electoral: “En ese sentido decir que uno vota nada más porque tiene amistades o cercanías con una persona, es estar simplemente en el mundo de la especulación. Porque, si somos justos, no he visto ninguna prueba que demuestre que yo he estado respondiendo a los intereses de un determinado partido político, de una empresa o de un personaje político importante del país.”
–Deja abierta la sospecha su conducta el viernes 13.
–Pero esa apertura está en el mundo de la especulación y nadie la puede mostrar, porque no hay pruebas de algo que no se hizo.
En agosto del año pasado concluyó la integración del actual Consejo General: La única mujer consejera es María Macarita Elizondo Gasperín, propuesta por el PAN y con una larga trayectoria en el Poder Judicial, quien en el caso de la sesión del viernes 13 no apoyó la propuesta de sancionar a las televisoras, pero tampoco el sobreseimiento del consejero Baños, sino declarar infundados los procedimientos sancionadores.Otro de los consejeros que ingresaron al Consejo General fue Alfredo Figueroa Fernández, propuesto por el PRD, quien se desempeñó como consejero del IFE en Puebla desde 1999, y quien hizo una dura crítica al poder de las televisoras por lo que el senador Escobar lo tildó de “enemigo de los concesionarios”. El consejero Francisco Javier Guerrero Aguirre es militante priista allegado a Emilio Gamboa Patrón, coordinador del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, quien lo impulsó al cargo. l
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