martes, marzo 24, 2009

Guarderías del ISSSTE: menores en riesgo.


El ISSSTE favorece a nueve empresas de fumigación con contratos por 9.2 millones de pesos. Sin justificación aparente, guarderías a cargo de la institución que encabeza Miguel Ángel Yunes son sometidas al efecto de plaguicidas hasta dos veces por mes.La CNDH y el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria constatan el riesgo toxicológico en que viven más de 25 mil niños en 133 guarderías.
Juan tiene casi cinco años de edad y desde sus primeros meses de vida ha estado expuesto a los “riesgos toxicológicos” que emiten los plaguicidas rociados en las instalaciones de la Estancia de Bienestar y Desarrollo Infantil (EBDI) 97, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Su madre, Josefina Hernández Cervantes, jefa del Departamento de Neurofisiología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE, se percató, desde mediados de 2004, que en el lugar se llevaban a cabo fumigaciones en periodos de tiempo muy cortos en las salas donde comen, duermen y juegan los pequeños.
El cambio de estancia no fue opción, pues en las más de 130 guarderías institucionales se siguen los mismos procedimientos de “prevención de fauna nociva”, dice.
A los padres de familia se les pedía los viernes de cada 15 días, en promedio, que los niños acudieran al siguiente lunes “ya desayunados”. El primer alimento que se acostumbra a dar en la estancia no sería suministrado como consecuencia de la fumigación llevada a cabo durante el fin de semana.
Esta situación llamó la atención de la doctora Hernández Cervantes, quien también observó que Juan (nombre ficticio) enfermaba con mayor frecuencia de diarrea, infecciones en las vías respiratorias y alergias en la piel.
Solicitó a las autoridades del plantel, entonces a cargo de María Eugenia Robles Peña, que suspendieran las desinfecciones con plaguicidas, “pues la exposición continua a estos químicos afecta la salud de los menores, y pueden tener efectos mutagénicos, teratogénicos y cancinogénicos, así como el retraso en el desarrollo de algunos de sus sistemas nervioso, inmune y endócrino”. No recibió ninguna respuesta favorable. Acudió entonces ante distintos funcionarios de la institución –encabezada por Benjamín González Roaro en el foxismo y por Miguel Ángel Yunes Linares desde que Calderón asumió la Presidencia de la República– y tampoco hubo respuesta.
El 28 de abril de 2008, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió la recomendación 014/2008, en la que acredita violaciones a los derechos de “protección de la salud, imputables a servidores públicos del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, en agravio de los alumnos de estancias de bienestar y desarrollo infantil de ese instituto”. Sin embargo, las fumigaciones continúan.
El llamamiento está dirigido a Yunes Linares y al secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos. Al primero se le recomienda que “se adopten medidas sanitarias de carácter preventivo, tendentes a evitar la presencia y propagación de fauna nociva en las estancias de bienestar y desarrollo infantil de ese instituto, dejando el procedimiento de fumigación como última opción”.
A Córdova Villalobos se le sugiere que sean giradas las instrucciones “necesarias para que el personal de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) verifique que las fumigaciones que se realicen en las estancias se encuentren justificadas, que se tomen medidas preventivas y acciones de higiene necesarias para erradicar cualquier tipo de fauna nociva, antes de proceder a la utilización de sustancias tóxicas”.
El Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, que acompaña la queja de los investigadores, indica que, además del daño a los pequeños, se están violentando nor mas y leyes mexicanas, como la NOM 045-SSA1-1993 que indica: “No deben exponerse a este producto las mujeres embarazadas, en lactación y personas menores de 18 años”.
La queja
El 7 de junio de 2006, la doctora Josefina Hernández Cervantes acudió a la CNDH, cuyo titular es José Luis Soberanes Fernández, acompañada por el doctor Jorge Arturo de León Rodríguez, investigador del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Este último interpuso una queja en contra de las autoridades del ISSSTE por la serie de fumigaciones que se llevan a cabo en las guarderías del instituto.
En el expediente 2006/2843/1/Q, abierto por el organismo encargado de velar por los derechos humanos de los mexicanos, quedó asentado que los productos químicos utilizados por el ISSSTE, empleados en todos los EBDI de la república mexicana, son “tóxicos”.
De acuerdo con el informe estadístico Estancias para el bienestar y desarrollo infantil, capacidad instalada y niños atendidos por entidad federativa 2006, el ISSSTE tiene bajo su control 133 guarderías para atender a 25 mil 626 niños menores de seis años. De éstas, 55 se encuentran en el Distrito Federal y tienen capacidad para 10 mil 346 infantes, las otras 78 se distribuyen en el resto del país con servicio para 15 mil 280 niños.
En entrevista con Contralínea, el catedrático de la UNAM asegura que, aunque los plaguicidas están en la última categoría de toxicidad, la exposición continua se vuelve crónica y causa efectos en la salud de los niños. “Normalmente los cuadros agudos de enfermedades pasan desapercibidos y se confunden con cualquier manifestación de malestar como la gripe, diarrea o alergias”.
También tienden a “deprimir el sistema inmune. La combinación de todos los elementos químicos de los plaguicidas son invisibles, incluso para los pediatras, que no saben siquiera a qué están expuestos los niños”, explica.
Alejandro Domínguez, integrante de la asociación civil Centro de Diagnóstico y Alternativas para Afectados por Tóxicos (Cedaat), coincide con De León Rodríguez. Agrega que los efectos de los plaguicidas pueden manifestarse varios años después, incluso en generaciones.
El investigador del Cedaat refiere que actualmente “nos estamos encontrando niñas de 11 o 12 años que ya maduran sexualmente. Los estrógenos de su madurez son influidos por estos agentes externos, lo que provoca su primera menstruación antes de tiempo. En el caso de los hombres, puede causar infertilidad. Éste es el sentido de la gravedad".

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