Stella Calloni
Buenos Aires, 25 de mayo. El principal testigo sobre el intento de magnicidio contra Evo Morales en Bolivia, desbaratado el pasado 16 de abril por la policía de ese país, acusó al ex militar carapintada argentino Jorge Mones Ruiz de ser cómplice y dio detalles sobre los encuentros de éste con el mercenario boliviano-croata-húngaro, Eduardo Rózsa Flores, para quien trabajó de chofer.
La justicia boliviana pidió a Argentina la extradición de otro ex militar argentino, Luis Enrique Baraldini, prófugo aquí por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura (1976-1983).
Las pesquisas en Bolivia han destapado redes de criminales en América Latina y el testigo Ignacio Villas Vargas, ex dirigente de las fascistas y separatistas Juventudes Cruceñistas, grupo de choque de la provincia de Santa Cruz, confirmó lo que había surgido de las investigaciones a cargo del fiscal Marcelo Sosa, pero en este caso con detalles que permitieron avances importantes.
Testificó sobre las reuniones de Mones Ruiz con Rózsa Flores –quien murió el 16 de abril en el enfrentamiento con la policía en Bolivia–, en las que también participaron otros ex militares argentinos. Mones Ruiz y sus compañeros viajaron a Bolivia entre el 25 y el 30 de marzo pasado como delegados a una reunión de la nueva Fundación Unoamérica, ligada con similares, todas ellas dependientes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), como figura en la propia historia de su fundación en Bogotá, en diciembre de 2008.
La red une a ex militares y ex policías de las pasadas dictaduras y también a militares en ejercicio y paramilitares colombianos, incluidos grupos cubano-estadunidenses de Miami.
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