Con la configuración del Mapa del Genoma de los Mexicanos, el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) –que fue creado con la oposición del panismo durante el gobierno de Fox y que en la administración de Calderón aún no tiene instalaciones propias–, la ciencia mexicana asesta un claro revés a la extrema derecha que confundía la investigación del genoma humano con la manipulación de células madre y la clonación. Al hacer el anuncio en Los Pinos, el presidente Calderón, acompañado de uno de los máximos opositores a la creación del instituto –el secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos–, no tuvo sino elogios para la labor de los investigadores que atrajo los reflectores del mundo en plena crisis de salud…
En tan sólo 15 días –entre el 27 de abril y el 11 de mayo–, la postura de la extrema derecha en contra de la investigación del genoma humano dejó de acechar desde Los Pinos. En ese lapso, el presidente Felipe Calderón se percató de que esta rama de la medicina, lejos de pretender la clonación de seres humanos –como se lo habían hecho creer–, será fundamental para enfrentar las enfermedades que aquejan a los mexicanos y, sobre todo, epidemias como la del virus A/H1N1.El cambio en el mandatario se dio en los momentos más álgidos de la presión internacional, cuando se acusó a México de reaccionar tardíamente ante el nuevo tipo de influenza y luego de reunirse en dos ocasiones –el 29 de abril y el 7 de mayo– con los exsecretarios de Salud del régimen priista: Jesús Kumate Rodríguez, José Antonio González Fernández, Juan Ramón de la Fuente Ramírez y Guillermo Soberón Acevedo.Una de las figuras de esa extrema derecha panista –vinculada a El Yunque– es justamente el actual secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, quien, como diputado de la anterior legislatura, estuvo siempre en contra de las políticas oficiales que promovieron el uso del condón y a favor de condicionar la creación del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) a que se prohibiera por ley a los investigadores experimentar con “células madre”.Los panistas abrazaron esa causa hasta el final, aun cuando esa no era materia de estudio en la nueva institución, de acuerdo con los legisladores de oposición. Finalmente, en abril de 2004 se creó oficialmente el Inmegen, sin los condicionamientos del panismo, con el voto en contra de la bancada albiazul en el Senado, a la sazón encabezada por Diego Fernández de Cevallos.Pero cinco años después, el pasado mes de mayo, un puñado de 16 investigadores mexicanos pertenecientes al Inmegen sacudieron a la comunidad científica internacional al difundirse en la revista oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos los resultados del Mapa del Genoma de los Mexicanos. Se trata del primer estudio de este tipo que se ha logrado en América Latina, y es en el mundo la primera ocasión en que se aborda de esta forma la genética de una población mestiza. Estos investigadores, encabezados por el director del Inmegen, Gerardo Jiménez Sánchez, han trabajado durante cuatro años dentro de dos pisos alquilados en Torre Zafiro, al sur de la Ciudad de México, entre oficinas de trasnacionales y despachos corporativos, pues aunque en septiembre de 2005 el presidente Fox y el secretario de Salud Julio Frenk colocaron la primera piedra de lo que deberían ser sus instalaciones, en un predio próximo al Instituto Federal Electoral (IFE), tres años después la obra no ha concluido.Durante un recorrido hecho por Proceso en esa zona, un vigilante trató de impedir que se tomaran fotografías aun desde fuera. Dentro del lote no había máquinas, grúas o camiones de volteo con materiales para la construcción. Tampoco se escuchaban ruidos de taladros. Nada. Apenas se veía a un trío de vigilantes acomodados dentro de un improvisado tejabán de plástico.Aun con la resistencia ofrecida por su partido para condicionar la creación del Inmegen, el segundo de los presidentes panistas, Felipe Calderón, expresó lo siguiente el pasado 11 de mayo en Los Pinos:“Celebro que este trabajo (el Mapa del Genoma de los Mexicanos) haya sido realizado por el Inmegen, de reciente creación, creado por el Congreso de la Unión en la legislatura pasada, y, desde luego, felicito a sus integrantes y a los investigadores que participaron en este proceso.”Y agregó: “Sé, todos lo sabemos, creo yo, que estos días, que en el siglo XXI México enfrenta retos sanitarios que no se pueden ignorar, y para enfrentarlos y superarlos necesitamos investigación científica y una medicina acorde a las necesidades específicas de cada persona y de cada grupo social, una medicina preventiva y más preventiva; esa es, precisamente, la ventaja que ofrece, entre otras cosas, la medicina genómica”.A un lado de Calderón, durante esa ceremonia organizada en la explanada del monumento a Francisco I. Madero, estuvo el secretario de Salud, José Córdova, quien cinco años antes –el 1 de mayo de 2004– se sumó como diputado a los legisladores panistas para los cuales cualquier estudio con células troncales sería tanto como “asesinar” embriones humanos. “No se justifica apoyar un bien teórico con el sacrificio de miles de vidas humanas”, sentenció entonces José Córdova en su calidad de presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados. En la discusión, el PAN condicionaba la creación del Inmegen a que se prohibiera a los investigadores trabajar con las llamadas “células madre”. Y pese a que los representantes de PRI, PRD y PVEM argumentaban que la medicina genómica y la clonación de seres humanos son asuntos distintos, los panistas no cedieron un solo palmo de terreno cuando el coordinador de la bancada albiazul en San Lázaro era el chihuahuense Francisco Barrio, actual embajador de México en Canadá.Esa postura también fue respaldada, sin condiciones, por el entonces líder nacional del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, quien ahora se desempeña como secretario particular del presidente Calderón: Los senadores del PRI y del PRD, dijo entonces Bravo Mena, tendrán que “decidir en conciencia” entre aprobar un dictamen que ha eliminado la posibilidad de experimentar con células madre y embriones o, en su lugar, hacer suya la minuta en la cual “se protegen la vida y los derechos humanos”.Esto, porque el 22 de abril de 2004 el senador del PRD Elías Miguel Moreno Brizuela había declarado que la minuta enviada por la Cámara de Diputados había sido modificada para separar la medicina genómica y el tema de la clonación de seres humanos. “Es importante decir que la medicina genómica no guarda relación con la manipulación de células madre, con los procedimientos de reproducción asistida ni tampoco con la manipulación de embriones humanos. Es por ello que retiramos lo que hacía referencia a esa prohibición.” Ante ello, el senador panista Marco Antonio Xicoténcatl Reynoso expresó que la diferencia entre la clonación y la investigación en materia genómica era “muy, pero muy pequeña. No estamos en contra de la investigación; estamos en contra de la técnica que utiliza embriones vivos”.A su vez, la bancada del PRI, representada por Alanís Quiñónez, subrayó que la medicina genómica no tiene que ver con la clonación humana, que el Instituto Nacional de Medicina Genómica sería un instrumento para el desarrollo de la medicina, y concluyó: “Invito, respetuosamente, a la fracción parlamentaria contraria a este dictamen que, en todo caso, les permitan abstenerse y no pasen a la historia como los conservadores enemigos del progreso y de la ciencia, que tanta falta le hace a México y a los mexicanos”. Pero no había forma de convencer a los panistas. Federico Ling Altamirano cuestionó que si realmente no había nada oculto detrás del reglamento para crear el Inmegen, entonces a qué se debían “los intensos cabildeos del doctor Frenk y de sus amigos”.“¿Y por qué decir que se trata solamente, en el caso de los embriones, como dicen ellos, de un puñado de células? ¡Miren qué generosos son con los embriones! ¡Un puñado de células! ¿Por qué no un puñado de átomos o un puñado de campos electromagnéticos que me parecería mucho más real?“¡No, damas y caballeros! Ojalá fuera posible compaginar muy bien el avance de la ciencia con el de la defensa de la vida humana. No quiero que, a propósito de este tema, veamos en las calles manifestaciones numerosas a favor y en contra del Instituto de Medicina Genómica”, arengó el panista desde la tribuna.Otro de los panistas, Felipe de Jesús Vicencio Álvarez, se levantó de su escaño para hablar en contra de la iniciativa con argumentos a favor de la humanidad.“Queremos aprovechar esta oportunidad, sí, para reivindicar la vida. La vida de todas las personas. En efecto, es probable que el instituto de medicina que se pretende crear no tenga en este momento la capacidad ni el interés de desarrollar clonación a partir de embriones vivos. Sin embargo, la posibilidad está abierta puesto que se trata de una materia directamente relacionada con su propia constitución”, expresó. El panista Marco Antonio Adame –ahora gobernador de Morelos- afirmó a su vez que no debían olvidarse los holocaustos producto de una ciencia y una técnica sin valores y sin contenidos éticos. Frente a lo anterior, el perredista Elías Miguel Moreno Brizuela planteó que la posición asumida por la bancada del PAN era tramposa, ignorante y oportunista. Observó que, según los científicos, los análisis de la secuencia del genoma humano normalmente se realizan en muestras de ADN obtenidas de la sangre. “La medicina genómica no guarda relación alguna con la clonación de seres humanos (…) es un absurdo. Imagínense cómo nos catalogarían a nosotros en el mundo poniendo prohibiciones de dos cosas que no tienen nada que ver. Se va a prohibir la clonación humana en un instituto que nada tiene nada que ver con ella. Vamos a ser el hazmerreír”.Finalmente, se aprobó la creación del Inmegen con la oposición del panismo y sin los condicionamientos introducidos por la Cámara de Diputados.
Entrevistado por Proceso, el actual director del Inmegen, Gerardo Jiménez Sánchez, confirmó que desde siempre la postura de los científicos ha sido clara en el sentido de que la medicina genómica y la clonación de seres humanos son asuntos diferentes.Cuando se empezó a discutir este tema en México, recordó, científicos ingleses lograron clonar a la famosa oveja Dolly. Eso provocó confusiones a pesar de que ese hecho científico nada tiene que ver con el estudio del genoma humano.“Clonar un organismo vivo y estudiar su composición genética son cosas distintas”, insistió este científico que desde 2004 ha conducido a un grupo de expertos dedicados, en su mayor parte, a dar con el mapa genético que permita a las autoridades sanitarias diseñar políticas públicas en materia de salud que mejoren la calidad de vida y, al mismo tiempo, aminoren los costos de las enfermedades más comunes, como la diabetes.“El mapa genómico del ser humano –explicó– tiene 3 mil 200 millones de letras. Se trata de estudiar el orden en que se presentan para finalmente descubrir el mapa de cada una de nuestras regiones o personas y revelar así a qué tipo de enfermedades pueden ser susceptibles. En el caso de Dolly, tomaron células de las ovejas, les sacaron el núcleo y luego trabajaron sobre él para crear otro ser vivo. Hablamos entonces de cosas diferentes.”Al preguntarle si este mapa ayudará a que los médicos localicen “las letras” dentro del genoma de los mexicanos que podrían hacernos más susceptibles a contagiarnos del virus de la influenza, Gerardo Jiménez soltó un enfático “sí, sin duda”. Y abundó: “En el caso de enfermedades que afectan a los mexicanos, como la diabetes, ahora podrá saberse qué nos hace más susceptibles a desarrollar ese padecimiento. A quien se le detecte esa susceptibilidad, se le darían una serie de recomendaciones, como hacer ejercicio y cuidar sus alimentos. Es decir, se trata de retrasar la aparición de la enfermedad, no de que desaparezca. Eso aumenta la calidad de vida de la gente, alarga la fuerza laboral y disminuye los costos para el gobierno”. Como ejemplo, el investigador explicó lo que sucede con los habitantes de Japón. En esta potencia económica mundial, recientemente lograron aislar el gen que los hace susceptibles de padecer hepatitis tipo B. “Ahora vendrá una etapa para que esas personas tengan desde temprana edad suficiente información sobre cómo cuidarse”.Cuestionado acerca de los retrasos y las resistencias que han tenido que sortear, como las surgidas de grupos de extrema derecha dentro y fuera del PAN, el investigador consideró que este no es el momento de tocar dichos temas y prefirió remitirse a lo estrictamente científico.Y es que el 11 de mayo, el presidente panista Felipe Calderón no tuvo más remedio que reconocer que los avances de la medicina genómica en México permitirán al gobierno desarrollar medicamentos más efectivos y seguros con base en la estructura genómica de cada grupo de población.“Es evidente –dijo en su discurso en Los Pinos– que esta investigación tiene que avanzar hacia las fases subsecuentes de la misma, a fin de que podamos registrar, con la mayor precisión posible, el mapa genómico, no sólo de los grupos de población analizados hasta ahora y en los estados de la República ya mencionados, sino en todo el país, y hacer una contribución medular, significativa, al análisis y entendimiento de la naturaleza genómica de los pueblos originarios de la América Latina.” Pero nada dijo de la oposición de su partido a la creación del Inmegen.
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