miércoles, junio 10, 2009

Columna Asimetrías. ¿Votar? ¿No Votar? Todo Depende…


Por Fausto Fernández Ponte





10 junio 2009


“Éstas elecciones son, simplemente, la densa polvareda que oculta lo que está sucediendo en el país y enceguece a sus habitantes”.

Guillermo Alneyra.

I

El dilema que tienen ante sí supondríase que no pocos ciudadanos de acudir a votar o no o aprovechar el proceso comicial para expresar sentires y pareceres acerca del poder político del Estado mexicano o la situación económica, es, sin duda, insoslayable.

Pero es, a nuestro ver, un falso dilema. Éste aserto va en respuesta a la interrogante formulada a éste escribidor por los caros leyentes Graciela Ruiz de Aguilera y su esposo Juan, quienes leénnos desde el Distrito Federal en el interdiario Razones de Ser.

En una epístola suscrita por doña Graciela pero en la que infórmanos hablar también en nombre de su cónyuge, ambos leyentes inquieren: “Usted ha analizado los aspectos positivos y negativos de votar, pero no nos ha informado si usted votará a o no”.

“¡Touché!”, como diría el esgrimista al sentir la arista del florete. Los leyentes aquí identificados tienen razón, pero en descargo del escribidor dígase que votar o no es una decisión personal rayana en íntima por tratarse del albedrío del fuero interno.

Empero, informar o no a los leyentes acerca de una decisión que deviene de un discernimiento de racionalidad del acto de votar o abstenerse de hacerlo es imperativo de ética periodística: éste escribidor no aspira ni mucho menos trata de proselitizar.

Ese imperativo de ética periodística impide (o debiere impedir) a cualesquier profesionales de la difusión a no inclinarse ni dejarse llevar por sus gustos o disgustos en materia política ni incurrir en propagandizar; ésta es por definición subjetiva.

Y engaña a aquellos que confían en la buena fe, imparcialidad objetiva y, eventualmente, en la credibilidad del comentarista al abordar las manifestaciones de la realidad y analizar mediante metodologías dadas los componentes del entorno vero.

II

Quienes ejercemos ese derecho constitucional de expresar ideas –comentar, opinar, analizar-- en público acerca de las causales y las consecuencias pasadas, corrientes o actuales y previsibles de la realidad debemos abstenernos de hacer proselitismos.

El deber ineludible de un profesional del periodismo es el de identificar los componentes de un contexto dado y sus manifestaciones y cómo actúan e interactúan y concaténanse a partir de hechos y sucedidos conocidos o sabidos , e interpretarlos.

Ese quehacer debe realizarse bajo reglas de ética que imponen asepsias morales en el tratamiento de cualesquier temas o de los vectores –agentes que traen consigo información confiable-- que concurren al proceso de análisis, metodológico o no.

En los análisis cotidianos del contexto económico, político, social y cultural que se realizan en éste espacio periodístico se utilizan metodologías propias de la filosofía, el historicismo y la sociología aprendidas tiempo há, pero actualizadas constantemente.

En ese proceso analítico con las herramientas aquí descritas el vector –o agente—ideológico y político tiene escasa (aunque no nula) intrusión en el desarrollo del análisis. Influyen, desde luego, y mucho, lo sociocultural y lo formativo personal.

Por supuesto, esos análisis del contexto de la realidad ofrecidos aquí no son ni han sido ni serán impecables, pero son descripciones exegéticas lo más aséptico que es dable obtener dado que hay conciencia clara del papel de la ignorancia del escribidor.

Pero mientras exista esa conciencia en el escribidor de su propia ignorancia y limitaciones en muchas materias, la asepsia ética prevalecerá en el análisis. La ética periodística establece que el leyente es lo más importante y respetable en nuestro oficio.

III

Por esas razones, éste escribidor se abstiene de promover votar o no, pero ello no es óbice para explicar el contexto e identificar e interpretar sus componentes de la manera más antiséptica –o desinfectada e higiénica— posible en lo ideológico y político.

No se trata de convencer, sino de orientar, explicando la naturaleza de los elementos que constituyen el contexto de la realidad y su dialéctica. Si ello contribuye a despertar conciencias, ¡qué bien! O si a educar y liberar al leyente de sus prejuicios, ¡magnífico!

Bajo esas premisas insistiríase aquí en el análisis de las estructuras y superestructuras contextuales de la realidad y los desenlaces y secuelas de su propia dialéctica, sin tocar las manifestaciones coyunturales que por definición son intrascendentes y efímeras.

La decisión de votar o no dependería, obviamente, de la convergencia de percepciones determinadas por agentes ponderables e imponderables de formación personal y sociocultural, vivencias, escolaridad, prejuicios, anhelos y esperanzas.

Y, desde luego, temores que presuntamente pudieren amenazar el statu quo societal y sus estratificaciones de arriba hacia abajo y las aspiraciones a una movilidad de abajo hacia arriba y lateral. Las clases medias bajas aspiran a ser clases medias altas.

Los elementos constituyentes de la idiosincrasia de la cultura de clase y estrato sociales y sus mitos, fobias, aprensiones, manías y convicciones pertinentes tienen influencia decisoria en actuaciones cívicas personales, como las de votar.

ffponte@gmail.com

www.faustofernandezponte.com

Glosario:

Asepsias: estadios libres de infección. Ausencia de materia séptica.

Dable: posible, realizable, viable.

Dialéctica: método de razonamiento desarrollado a partir de principios. Relación entre opuestos. Proceso de transformación en el que dos opuestos se resuelven en una forma superior.

Exegética: de exégesis. Interpretativo.

Óbice: obstáculo, embarazo, estorbo.

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