Año 8, número 3129
Miércoles 10, junio del año 2009
La enorme cantidad de quejas que ante los Derechos Humanos se han presentado en contra de los militares que hoy ejercen anticonstitucionales funciones policíacas, ciertas o falsas (porque también hay que reconocer que hay campañas en contra de los uniformados)
Hacen ver que ha llegado el momento de que se respeten las Leyes y que las Fuerzas Armadas de la Patria regresen a sus cuarteles, pues es injusto que sean ellas quienes carguen con la responsabilidad que le corresponde afrontar al Ejecutivo, que es quien dio las ordenes.
Ya en el 68 el Ejército tuvo que cargar con el injusto desprestigio que costó un gran esfuerzo revertir para que la población volviera a aceptara sus soldados; toda vez que los militares son entrenados para obedecer las órdenes que se les dan, no para cuestionarlas o ejercer su propio criterio.
Lo malo del asunto es que deberán regresar a sus cuarteles con una dolorosa derrota a cuestas que, infortunadamente, se les cargará a ellos, no a Felipe Calderón, quien, sin poner el pecho por delante, de manera tan irresponsable declaró una guerra que no tenía ni la más remota posibilidad de ganar.
El fracaso ha sido estrepitoso, porque a pesar de todo lo que se ha hecho (y se reconoce, detenciones de armas, drogas y personas como nunca se había visto) no ha sido suficiente. La droga siga en las calles.
Echando por tierra toda la campaña electoral panista de que hay que votar por el Presidente para que la droga no llegue a nuestros hijos; pues las drogas, como arriba se menciona, siguen en las calles y al alcance de cualquiera.
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