Para tratar de mantenerme objetiva y no condenar todo lo que hace el pelele, a principios de año estaba buscando en mi memoria qué actos de gobierno había realizado Fecal desde que usurpó el poder fuera de su criminal y fallido combate a la delincuencia organizada; entonces recordé sus anuncios sobre las estancias infantiles y miren nada más la espantosa tragedia en la que desembocó este "acto de gobierno" dizque en favor de las madres trabajadoras. Y claro, cuando lo que está en la mente de este mequetrefe es sostenerse en el poder y el negocio de sus allegados y la mafia política, cuando lo que importa es el dinero y no los seres humanos, cualquier cosa que se le ocurra va a tener esa consecuencia porque de principio no se está pensando en el bienestar de la gente sino en la voracidad neoliberal. Ahí están sus guarderías.
Angélica Enciso L.
Las 8 mil 315 estancias infantiles de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), en las que diariamente se cuida 221 mil 277 niños, operan en condiciones precarias, según establecen las propias reglas de operación: el costo por la atención de un menor es alrededor de la cuarta parte de lo que se ejerce en las guarderías subrogadas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), las instalaciones –casas con algunas adecuaciones– tienen apenas lo básico para el cuidado de los pequeños y las condiciones de seguridad y atención son mínimas.
Promocionadas por el Partido Acción Nacional (PAN) en su campaña electoral, las estancias muestran falta de coordinación con el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) para garantizar la seguridad y una calidad adecuada en los servicios de cuidado infantil, lo cual es clave para el éxito del programa, advirtió en 2008 el Consejo Nacional de Evaluación, en el análisis de consistencia y resultados.
El accidente en la guardería subrogada del IMSS en Hermosillo, Sonora, pone en evidencia que en la operación existen huecos, espacios discrecionales propicios para actos corruptos e irresponsables y genera más dudas sobre estrategias similares como las estancias infantiles de la Sedeso, donde la normatividad y la forma en que se montó el programa presentan condiciones indudablemente más precarias y riesgosas que las del IMSS, indica el Observatorio de Política Social y Derechos Humanos.
De acuerdo con las reglas de operación del Programa de Guarderías y Estancias Infantiles de la Sedeso, que puso en marcha este gobierno, los niños tendrán supervisión y cuidado, instalaciones adecuadas y seguras –sin definir en qué consisten–, un extintor, las responsables una escolaridad mínima de secundaria, y un espacio de dos metros por cada menor.
Mientras, las subrogadas deben contar con diferentes espacios para cada actividad, áreas comunes, exteriores y la atención debe estar sustentada en principios científicos, éticos y sociales; los niños deben tener actividades educativas y recreativas que promuevan el desarrollo de las esferas cognoscitiva, afectiva y sicomotora; debe haber vigilancia, protección y seguridad, así como fomento y cuidado de la salud, según establece la norma oficial Nom-167-SSA1-1997.
Cuando el presidente Felipe Calderón puso en marcha en Chalco el programa de la Sedeso, el 11 de enero de 2007, dijo que “hay muchas señoras que no tienen trabajo y que no tienen ingresos suficientes, y lo que hemos pensado es que (…) podrán ir adaptando su casa, ponerle baños propios para los niños, tener la seguridad de que no se vayan a quemar con la estufa de la casa, tener para los menores un área separada del resto de la familia”.
Es así que a los interesados en establecer una estancia se les otorgan 35 mil pesos para las adecuaciones y equipamiento de las casas, y a los padres que ingresan al programa se les dan 700 pesos, que van directamente a la estancia para el cuidado del niño. Fue operado desde su creación, en 2007, hasta hace unos meses por Lía Limón, quien ocupaba la Dirección de Políticas Sociales y dejó el cargo para ser candidata a diputada por el PAN en el distrito 14 de la delegación Miguel Hidalgo.
De acuerdo con la especialista Nashieli Ramírez, directora de Ririki intervención social, el costo por niño en una guardería subrogada del IMSS –alrededor de 2 mil 500 pesos– es cuatro veces más que en una estancia de Sedeso. No es posible chatarrizar un servicio en que se debe proteger a los niños; se debe hacer un replanteamiento y poner un alto en el camino. En las guarderías de Sedeso se piden requisitos mínimos. “El servicio se hace en casas, con lo mínimo para atender a los niños. En general, junto a las áreas donde se cuida a los menores está la cocina y la incidencia de accidentes por fuego es la principal en estos lugares.
Lourdes Almada, de la Mesa de Infancia en Ciudad Juárez, parte de la red de diez organizaciones que trabajan en este rubro, recordó que se criticó que la primera publicidad del programa fue la oferta económica de los 35 mil pesos para invitar a las personas a establecer una estancia, pero sin sensibilizar sobre los riesgos del cuidado infantil y tampoco se preveía una alimentación adecuada. Agregó que hay omisión y negligencia en el tema de cuidado infantil. Se ha invertido poco en los espacios y en generar condiciones mínimas de seguridad.
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