A temblar América Latina…

María Teresa Jardí

Dado el malestar desatado en la sociedad por la violencia que el usurpador ha ido imponiendo como regla, a lo largo y ancho de la república, y por lo mucho que se sabe y escribe —-en el mundo incluso—- sobre las alianzas panistas con “El Chapo”, como el capo de ese instituto político que usurpa el poder Ejecutivo en México, vía Calderón, pareciera cuestión de inteligencia que busca la entrega de “El Chapo”. No vivo, por supuesto, sino ejecutado como Leyva. Y tanto le deben, que mancillado su cadáver, cuando ocurra, destinado está a ser convertido en otra regla. A fin de cuentas asesinan a los que saben que les mantienen la vida de emperadores, lo que, con su escasa inteligencia, no hubieran logrado tener ni aunque sus efímeras —como las del resto— vidas fueran eternas. De hecho así las sueñan, descerebrada que está la clase política mexicana.
De gravedad extrema es la información que se va recopilando vía las investigaciones que la prensa no lleva adelante a modo. Esas, sí, que no las de las procuradurías, encubridoras a modo, de los poderes fácticos. La de reporte índigo, dada a conocer ayer en nuestro diario, donde queda clara la narco-novela protagonizada por Televisa: antes, durante y después de los acontecimientos, irrelevantes, un pleito de borrachos por faldas o por droga, lo más probable, entre un sicario y un jugador de fútbol de un club propiedad de ese consorcio televisivo. Pero consorcio convertido en el Poder, por encima del Poder político, en el México fascista, que se va imponiendo como modelo para que en Latinoamérica sigan los países condenados a ir bajando del tercer mundo al quinto. Honduras, el primero, Haití invadido, México el narcoestado por excelencia, donde Televisa, como poder fáctico, por encima de todos los partidos, se alza como la hacedora y destructora de candidatos y gobernantes, que todo le deben y de rodillas, ante ese poder fáctico, obligados se encuentran a seguir sus dictados, vinculados, queda claro, al crimen organizado.
De gravedad extrema es lo que se va sabiendo, merced a la investigación realizada por Reporte Indigo en el caso del jugador de fútbol baleado del club América en un bar capitalino. De gravedad extrema, desde el primer momento, cuando se supo que la policía “calladita y bien portadita”, como si de un grupo de infantes de jardín de niños se tratara, había permanecido a las afueras del “lugar de los hechos” mientras limpiaban la sangre de la victima y desaparecían las pruebas dejadas por el criminal.
El destape del narco-estado, decidido por los poderes fácticos y acatado por la clase política que de Juárez a Yucatán, pasando por el Distrito Federal, se encuentra de rodillas ante Televisa.
Sí, estamos concientes de que la televisión mexicana es el poder fáctico que, por encima del poder político, manda y si no lo estamos es lo mismo, porque el no estarlo, como el desconocer la ley, no exime su cumplimiento, no exime esa certeza. Estando aquí la cosa pública manejada por la telebasura que, como poder fáctico por encima del poder político, se encuentra como hacedora de carreras políticas y golpeadora de las mismas. El caso del baleado jugador del club América de fútbol destapa no sólo el narcoshow en el bar protagonizado. Ojalá y así fuera. Pero no. Deja al descubierto el verdadero móvil de la violencia inaudita que en México tantas vidas en su haber ya lleva tiradas a la basura. Parcialmente, debido al abandono del poder por parte del usurpador, que de perlas le viene al imperio gringo, llenado por el poder fáctico, deseducativo, que al imperio le conviene. Pero es más grave el hecho. Se impone en México el modelo del narco-estado que interesa al imperio gringo se vaya construyendo en toda América latina para mantenerla: “calladita y bien portadita” ante sus puertas cerradas con los muros de la ignominia.
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