POR NIDIA DIAZ —de Granma Internacional—
ALGUN día no muy lejano los historiadores podrán definir las fechas y los caminos que condujeron a la emancipación definitiva del hombre de las fuerzas que desde los tiempos más remotos lo dividieron en ricos y pobres, en amos y esclavos.
No me cabe dudas de que para entonces, los esfuerzos y el liderazgo del presidente Hugo Chávez por construir un modelo energético solidario como base para conquistar la verdadera independencia latinoamericana, tendrá que ser tenido en cuenta —entre otros importantísimos hechos—, como imprescindible en el empujón hacia el abismo del viejo sistema cuya paternidad en la exclusión y la marginalización social y la dependencia, nadie discute.
Sobre todo, porque tiene lugar en un escenario internacional donde el Norte industrializado, hegemonizado por Washington, ha desatado guerras genocidas y sufragado no pocas fratricidas para apoderase de las fuentes de energía, soporte de su derrochador y demencial estilo consumista. En el ocaso de su existencia se ha vuelto más brutal y aberrante su necesidad de controlar los recursos naturales de otros.
En ese camino, sin embargo, se vienen tropezando con una nueva estrategia liberadora que tiene en el ALBA su camino verdadero, pero al que se llegará por innumerables veredas que pasan por el respeto a la pluralidad política e ideológica y a los ritmos que inevitablemente ésta imponga.
La recién concluida gira del presidente Chávez por Argentina, Uruguay, Ecuador y Bolivia y la III Cumbre de PetroCaribe, realizada como colofón, en Caracas, han sido paradigmáticas en ese nuevo modelo de integración que se viene construyendo, no sin dificultades, y que busca en la unidad y la energía sus más seguros soportes.
El líder bolivariano inició su periplo en Argentina donde suscribió un acuerdo con su homólogo Néstor Kirchner para la compra de 500 millones de dólares en bonos de la deuda lo cual es vital para la nación austral que desde el default del 2001 no tiene acceso a créditos de los usureros imperiales que controlan los organismos crediticios internacionales. Esta es la tercera vez que en los últimos dos años, Venezuela utiliza este mecanismo financiero, exento de condicionamientos.
De igual forma se acordó la construcción de una planta regasificadora de gas licuado venezolano, en Bahía Blanca por un monto de 400 millones de dólares, importante decisión en momentos en que Argentina sufre una seria crisis energética.
En Uruguay, segunda escala de su gira, el líder bolivariano firmó un Tratado de Seguridad Energética con su par Tabaré Vázquez que permitirá que los entes estatales ANCAP (Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Pórtland) y PDVSA trabajen de conjunto en el objetivo de duplicar la capacidad de la refinería uruguaya La Teja y logren elevar su producción a 100 000 barriles diarios.
Asimismo, sellaron la constitución de una empresa mixta mediante la cual ambas naciones extraerán crudo de la Faja del Orinoco, la mayor reserva mundial en esa materia. Con tales acuerdos el país oriental garantizará la energía a largo plazo.
La visita a ambas naciones, posibilitó a los mandatarios anfitriones, reiterar al visitante su firme decisión de apoyar el ingreso de Venezuela al MERCOSUR, trámite ya aprobado por los legislativos respectivos y que aún sigue frenado en los parlamentos de Brasil y Paraguay, donde fuerzas de la derecha política al servicio de Washington le vienen poniendo obstáculos a Caracas, sin que hasta ahora los Ejecutivos de esas naciones, hagan valer las prerrogativas inherentes a sus funciones.
Importantes resultaron las palabras de Tabaré Vásquez al evaluar los acuerdos suscritos en materia energética cuando expresó públicamente: "¿ Qué otro Gobierno del mundo ha hecho un ofrecimiento de tal magnitud y grandeza?".
En términos similares se había expresado Kirchner, en Buenos Aires: "Los argentinos deberíamos y debemos estarle reconocidos (a Chávez) porque siempre que lo hemos necesitado, ha estado".
En Ecuador y Bolivia, el mandatario venezolano recibió multitudinarias muestras de amistad y cariño.
En Quito, junto a su homólogo Rafael Correa, suscribió una inversión en el monto de los 5 mil millones de dólares para la construcción de una refinería en Manabí desde la cual se procesarán 300 000 barriles de crudo diario que la convertirá en la mayor refinería sobre la costa del Pacífico latinoamericano. Venezuela suministrará a Ecuador nuevas tecnologías en materia de tratamiento para campos de los llamados crudos maduros, lo que beneficiará a Petroecuador para mejorar la producción de crudo nacional.
Suscribieron igualmente dos memorandos de entendimiento y una Declaración Conjunta con la convicción expresa de que la alianza energética que se construye es y será la columna vertebral del proceso de integración latinoamericano. Durante la visita, fue inaugurada una oficina del Banco de desarrollo Económico y Social (BANDES).
Ecuador, lo dijo el presidente Rafael Correa, "ve con muy buenos ojos" su ingreso a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), aunque igualmente expresó su aspiración de que Venezuela regrese a la CAN a lo que el ilustre visitante respondió: "no es imposible". En un ambiente cálido y fraternal, el joven mandatario ecuatoriano resaltó que sin necesidad, sin afán de lucro y por un profundo sentimiento de solidaridad, el Gobierno Bolivariano es el abanderado en la región de los esfuerzos por impulsar la integración energética.
Bolivia, miembro pleno del ALBA, fue la última escala de su gira latinoamericana, donde en su capital, ambos mandatarios suscribieron el acuerdo para la conformación de una petrolera binacional, Petroandina, integrada por la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y PDVSA, la cual iniciará la exploración de hidrocarburos en el norte de La Paz, Tarija y Cuquisaca.
Finalmente, en la ciudad de Tarija, tuvo lugar el encuentro entre Evo Morales, Néstor Kirchner y Hugo Chávez que fue calificado de clave por analistas y observadores políticos.
Fue el ministro de Hidrocarburos boliviano, Carlos Villegas quien reveló que los acuerdos energéticos que suscribieron los tres mandatarios suman en inversiones más de mil cien millones de dólares para obras de vital importancia en la producción de gas natural y la creación de empresas conjuntas de explotación de hidrocarburos y generación de energía eléctrica.
Cinco días duró esta nueva gira latinoamericana del presidente Hugo Chávez durante los cuales puso a disposición de los países visitados el crudo venezolano como garantía para la consolidación de la soberanía energética.
La Revolución Bolivariana en un gesto de desprendimiento, sigue poniendo a disposición de sus hermanos latinoamericanos, sin condicionamientos y mucho menos afán de lucro, su más preciado recurso natural, el petróleo, devenido manzana de la discordia en el Norte industrializado pero que aquí en Latinoamérica, cinco siglos después la conquista y la colonización, se convierte en la principal arma para la segunda y definitiva independencia.
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