domingo, septiembre 02, 2007

Convergencia arremete contra AN, PRI y PRD

ROBERTO GARDUñO Y ENRIQUE MéNDEZ

El senador Dante Delgado en la tribuna de San Lázaro, al plantear la postura de Convergencia Foto: José Carlo González

Convergencia advirtió desde la tribuna de San Lázaro que no se sumaría al “pacto de silencio complaciente” que adoptó ayer el resto de las fuerzas políticas en el Congreso de la Unión al no fijar su postura durante la ceremonia previa a la entrega del primer Informe de Felipe Calderón.

En voz de Dante Delgado, fue el único partido que utilizó la tribuna para cuestionar, además, los acuerdos de PRI, PAN y PRD en el Senado en torno a la reforma electoral.

Cuestionó “el secuestro y manipulación de las instituciones por parte de los poderes fácticos, que actúan por encima del poder republicano comprando conciencias y vendiendo parcelas de poder, todo ello a espaldas de la sociedad”.

Con la consigna de destruir los resabios del autoritarismo, el líder de Convergencia también endureció la crítica contra PRI, PAN y PRD, porque consideró que si la reforma del Estado se limita “a un arreglo entre grupos políticos para mantener el poder por sí y para sí, no será sino una nueva edición del autoritarismo. Será otra reforma pactada de espaldas a la sociedad”.

El reclamo se circunscribió a demandar al resto de los partidos que emprendan una verdadera transición democrática que devuelva la confianza en las instituciones y en los procedimientos electorales.

“Nunca más elecciones de Estado. Nunca más árbitros parciales. Nunca más triunfos electorales basados en el poder económico y a espaldas de las mejores propuestas y los mejores ciudadanos. La reforma electoral no debe conculcar derechos políticos de la ciudadanía. Debemos romper con lastres institucionales que, por acción u omisión, son cómplices de la insoportable desigualdad y exclusión social de millones de mexicanos”, expresó.

Ante 112 senadores y 457 diputados presentes en el salón de sesiones, el senador por Convergencia se pronunció por las candidaturas ciudadanas, la reducción de los más de 70 procesos electorales que se celebran cada seis años y los altos costos que esto conlleva.

“Hoy México paga la democracia más cara del mundo. Por ello debemos eliminar el poder del dinero en las elecciones. Demos equidad a la contienda. Privilegiemos el debate de las ideas. Demos a las fuerzas políticas la verdadera representación que le dan las urnas. Mantengamos la pluralidad y seamos incluyentes. De otra manera sólo confirmaremos una contrarreforma partidocrática”, concluyó.

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