Señalan que el pasado paro cívico “cumplió ampliamente con su objetivo”
Prevén agravamiento del entorno político si permanecen en el poder Gordillo y Yunes
LAURA POY SOLANO
Maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) aseguraron que con la movilización de miles de maestros que participaron en el cuarto paro cívico nacional, convocado este 31 de agosto, es evidente que existe un “repudio generalizado” contra las llamadas reformas estructurales en materia fiscal, laboral y energética, pero también subsiste, insistieron, un “rechazo total contra la política económica y social de Felipe Calderón”.
Las acciones de protesta emprendidas por maestros disidentes, organizaciones sociales, campesinas y obreras –como el cierre de garitas y puentes fronterizos, marchas y mítines en las principales ciudades del país–, “cumplió ampliamente con su objetivo, pues no sólo salieron a las calles profesores, campesinos y obreros, también se movilizaron trabajadores al servicio del Estado para repudiar la aplicación de la nueva ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y denunciar que la educación no puede seguir en manos de un personaje tan siniestro como Elba Esther Gordillo Morales”.
Los docentes aseguraron que ante el creciente malestar social que prevalece entre la mayoría de la población, “es evidente que si Calderón no se deshace de personas como Gordillo y Miguel Ángel Yunes, director general del ISSSTE, enfrentaremos una situación cada vez más difícil, porque la gente está cada vez más consciente de que se acabó el tiempo de los discursos para pasar a la unidad en la acción y evitar que se apliquen reformas estructurales que ya están ahí, listas para seguir ahondando el despojo de todos los mexicanos”.
Artemio Ortiz Hurtado, secretario general de la sección 18 de Michoacán, aseguró que cerca de 50 mil maestros participaron en las acciones de protesta convocadas por el cuarto paro cívico como muestra de “inconformidad con las acciones del gobierno calderonista y sus políticas privatizadores y neoliberales”.
Por ello destacó que, tan sólo en el sector educativo, el Ejecutivo federal “ratificó con la entrega del sistema educativo a la pandilla que encabeza Gordillo Morales el enorme desinterés por la formación de millones de mexicanos, y así como lo hizo en educación, permite que continúe el saqueo de la riqueza nacional en beneficio de los señores del dinero”.
En el país, afirmó, pese a las promesas de campaña de Calderón, prevalece un “creciente abandono de las escuelas públicas, no sólo en infraestructura, mantenimiento y equipo, también en la aplicación de una política centralista que sin consensuar ninguna medida, modifica y acota contenidos de la currícula escolar, mientras que a los maestros los mantiene con bajos salarios y nula capacitación”.
Al respecto, José González Figueroa, líder histórico de la CNTE, aseguró que sin la salida de Gordillo del SNTE “no habrá reforma educativa que prospere ni tampoco si el gobierno federal insiste en ignorar al maestro de base y pretender imponer contenidos curriculares que no han sido discutidos y consensuados con todos los actores educativos”, y advirtió que si la administración federal no asume una “defensa decidida de la educación pública el costo para el futuro de México será enorme”.
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