Carlos Fernández-Vega
Los barones de los medios electrónicos y sus sonrosados jilgueros no lograron mayor cosa al enseñar el músculo en su reciente encuentro con los senadores, salvo exhibirse como lo que son, un ambicioso grupúsculo golpeador y chantajista. Por ello, se vieron en la penosa necesidad de ampliar públicamente el grupo. Ya en sus instalaciones, las de la CIRT, ayer insistieron en el tema, pero ahora con el decidido apoyo de otros organismos privados como los consejos Mexicano de Hombres de Negocios y Coordinador Empresarial (que en 2006 descaradamente violó la ley electoral, encabezó y financió la campaña negra del año pasado y recibió la bendición del IFE y Luis Carlos Ugalde, hoy con el aviso de ocasión bajo el hombro).
La CIRT no forma parte del CCE; mucho menos del selecto CMHN, pero ambos públicamente se sumaron a la “lucha por la libertad de expresión”, medida ésta en presupuesto para campañas electorales. Tal vez lo hicieron porque algunos de sus integrantes forman parte de los consejos de administración del duopolio y el oligopolio (por ejemplo, el inefable Claudio X. González Laporte, presidente en turno de esos “hombres de negocios”, quien aparece en Televisa). A la vez, los grandes medios electrónicos de la CIRT son parte activa del Consejo de la Comunicación (Televisa, Tv Azteca, Grupo Radio Fórmula, Grupo Radio Centro, Grupo Acir y, desde luego, Televisa Radio), también en “lucha”, una de las entidades de los barones creada para practicar lo que muy bien saben hacer: golpear, presionar y chantajear (recuérdese el proceso electoral de 2006).
Por lo expuesto ayer en dicha reunión, los barones de los medios electrónicos no quitarán el dedo del renglón, porque si bien el Senado aprobó la parte que les duele de la reforma electoral (los dineros públicos que no ingresarán a sus alforjas), el proceso es largo e incluye el tour por los Congresos estatales y un eventual veto de Los Pinos, en plena temporada de maíz. En resumidas cuentas, siguen utilizando las concesiones públicas otorgadas para defender sus intereses privados.
En vía de mientras, algunos comentarios de la siempre generosa lectoría sobre el mismo tema: “la cúpula de la CIRT lanzó varios desplegados para oponerse a las propuestas de reforma electoral, alegando que vulneran las libertades más elementales de todos los ciudadanos, y defendió, inusitadamente, a los pequeños radiodifusores que reciben, es cierto, importantes beneficios de las batallas electorales. Aunque, no hay que olvidarlo, esas mismas radios minoritarias hoy alabadas como ejemplo de laboriosidad y sacrificio, fueron dejadas de lado al aprobarse lo que bien se llamó ley Televisa (...) Para que no hubiera duda de sus intenciones, los conductores de los informativos nocturnos del duopolio televisivo, López Doriga y Alatorre, al unísono, leyeron sendos comunicados donde los dueños de sus empresas señalaban las malévolas intenciones de los legisladores acerca de las libertades mexicanas. Claro, todo ello sin el menor derecho de réplica, algo que se establece en las leyes mexicanas, cuando menos desde hace seis años (...) Casi todos en bola, para reclamar cuestiones realmente inconcebibles. Una muestra: Patricia Chapoy inquirió que si por no estar afiliada a un partido político ella no podría ser candidata a la Presidencia de la República, lo cual no sólo fue de mal gusto, sino parte de la desmesura, ya que antes había preguntado si por decir que un político como Enrique Peña Nieto (de los gobernadores el que más gasta en televisión: 740 millones este año únicamente en Televisa) era guapo sería censurada. Lo que manifestó su inconsciente y preferencia (...) El que no se midió fue Pedro Ferriz de Con: contra todos y sin medida, tal vez sintiéndose cancionero (...) Sirva para darnos cuenta hasta dónde los ahora cruzados por la democracia son más engañabobos que Madame Zazú y Walter Mercado juntos. (Jorge Meléndez Preciado, jamelendez@prodigy.net.mx).
Cada quien tuvo su papel, Patricia Chapoy pudo exhibir en cadena nacional a qué grado llega la estupidez y la frivolidad con la que atentan a la inteligencia de sus auditorios; a Pedro Ferriz de Con le tocó encarnar la vulgaridad, la ignorancia y la mala leche representativa de los medios electrónicos.
“La simulación no debe existir. Ayer los medios electrónicos se mostraron como son. Mostraron sus garras, y mostraron la mentira, que les fue descubierta en pantalla, a nivel nacional. También sería bueno comentar la gran labor que ha hecho el Canal del Congreso en estos meses, yo nunca lo veo porque sí es aburrido, pero en los momentos de coyuntura se han mostrado sin censura, plurales. Ahí he podido seguir todo lo ocurrido en situaciones como el desafuero, de las entregas de los informes (sin censura) y otros momentos más”. (Víctor Ibarra, Guadalajara, merlinvic @hotmail. com).
“Ayer en el Senado, el pueblo dijo dejad que los dueños de la democracia (según ellos creen) se exhiban. Y hombre, que se han exhibido, tal cual son” (Alexandro Yánez, sagitoro @ yahoo. com).
“Los indebidamente llamados ‘líderes de opinión’ mostraron su rostro real: cual jauría se han lanzado contra diputados y senadores (...). La triple P (pedantes, prepotentes y pelados); fuera de sí, Ferriz de Con vociferó con voz chillona (...); la Chapoy se lamentó porque podrían llamarla delincuente; Rogerio Azcárraga decretó la expropiación; la triple H (histéricos, hipocondriacos e hipócritas); en varios programas se escucharon las expresiones más descabelladas, el ignorante de David Páramo dijo que es el inicio de una dictadura, la histérica Ana María Lomelí lloró –“trabajaremos amparados”– y todos contra la partidocracia, pero ahora resulta que a ella sólo pertenecen senadores y diputados. ¿Qué hay del presidente, gobernadores y presidentes municipales, que gastan millonadas del erario en espots de radio y televisión para promocionar su imagen? ¿Acaso no los postuló algún partido? (...) ¿Libertad de expresión? (...) Hipócritas mil veces” (angel_rn@ yahoo.com).
Las rebanadas del pastel
¿Hasta dónde enseñarán músculo? Quién sabe, pero probablemente analicen la posibilidad de un remake de shows del pasado, organizados por los barones en su conjunto y en los que el tema central fue “ya viene el comunismo”: Chipinque 1976; Atalaya 1979 y/o México en Libertad 1982.
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