La IP ha llenado este vacío para influir en los planes de estudio: Teresinha Bertussi
El Estado renunció a esta responsabilidad y la ha transferido a las comunidades, señala
Karina Avilés
Cientos de escuelas carecen de servicios básicos como drenaje y todavía utilizan fosas sépticas, señala la catedrática de la UPN Foto: José Carlo González
El deterioro de la infraestructura de las escuelas públicas no se puede entender sin la política neoliberal que ha delegado la responsabilidad de dar mantenimiento a la comunidad educativa –pese a que es tarea del Estado–, al tiempo que ha promovido el ingreso de la iniciativa privada con aportaciones que “no son gratuitas”, porque su interés es incidir en los contenidos y la definición de valores de la instrucción básica, expresó la investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) Teresinha Bertussi.
La especialista manifestó que el Estado se ha retirado de su responsabilidad de manera “silenciosa” y ha estimulado a que la iniciativa privada se introduzca en la escuela pública, en un contexto que ha sido poco transparente.
En entrevista con este diario, Bertussi retomó un estudio elaborado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), en el que se reconoce que más de 100 mil escuelas no tienen servicios básicos, como el drenaje, mientras casi 5 millones de niños acuden a centros educativos con fosas sépticas.
Advirtió que los espacios escolares que no guardan una condición mínima de dignidad para sus alumnos los impacta de forma negativa e incide en un factor que ha sido poco estudiado en México: la deserción. Una infraestructura escolar con estas características no invita a los estudiantes a acudir a los planteles y resulta motivo de sufrimiento para los niños.
Además, destacó que la pésima condición de los edificios escolares es una forma de agresión y de violencia contra los alumnos, porque acogerlos en espacios que no son adecuados representa una forma de maltrato. Resaltó que el pésimo estado de muchas escuelas violenta los derechos de los escolares.
Indicó que no sólo se trata de contar con infraestructura adecuada, sino con espacios que protejan la salud de los estudiantes, quienes pasan considerable tiempo en dichas instalaciones.
La experta destacó que en el discurso, el gobierno federal aparenta tener una preocupación por la situación en la que se encuentran los planteles, pero no existen políticas públicas reales que busquen revertir tal deterioro.
Muestra de lo anterior es la rebatiña que anualmente existe en torno al presupuesto para educación. En los hechos hay un abandono del Estado hacia la escuela pública, añadió.
“Es una ventana que expone la poca importancia que tiene la educación para las autoridades. Lo que observamos son medidas muy focalizadas; no hay una política sostenida, no hay interés real; incluso, las supuestas estrategias parecen más bien responder a los informes” que el gobierno debe dar, enfatizó.
Participación de la IP
No hay que perder de vista que el abandono de la infraestructura escolar se inscribe en la orientación neoliberal de la economía, que ha adelgazado al Estado en cuanto a su responsabilidad social, pues en lugar de incrementar los apoyos a los planteles públicos los ha retirado, añadió Bertussi.
“Nos encontramos frente a ese espectáculo de las escuelas francamente en decadencia”, producto de una política que ha descargado los costos del mantenimiento en las comunidades, que, por lo general, tienen una renta familiar insuficiente, sueldos bajos y enfrentan muchas carencias.
El pago de cuotas que realizan los padres de familia es parte de ese abandono del Estado y de la transferencia de la responsabilidad educativa a dichas comunidades, sostuvo.
Precisó que no se puede olvidar que el retiro del Estado de sus obligaciones ha estimulado a la iniciativa privada a realizar “aportaciones que no son gratuitas”, porque su interés es incidir en los contenidos y en los valores de la escuela pública.
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