Llaman a combatir el modelo económico que propicia ecocidio, etnocidio y genocidio
Hermann Bellinghausen (Enviado)
Vícam, Son., 11 de octubre. “La realización de este encuentro, en estas tierras, es en sí mismo un mensaje de rebeldía de nuestros pueblos en defensa de la madre tierra y contra el capitalismo ecocida, etnocida y genocida, que en estos tiempos pretende despojarnos de nuestros territorios, habitados por los primeros pobladores de las naciones, pueblos y tribus de América y el mundo”.
Con estas palabras, en voz del representante purépecha, Juan Chávez, el Congreso Nacional Indígena (CNI) signó el inició del Encuentro de Pueblos Indígenas de América esta mañana en Vícam Estación.
Poco antes, el subcomandante Marcos había leído un mensaje de sus “jefes indígenas”, comandantes del EZLN: “Una delegación nombrada por nuestros pueblos venía con todo entusiasmo para participar en este encuentro que, por primera vez en la historia de nuestro continente, estamos celebrando en el pueblo de Vícam”. Esto a pesar de que “el supuesto gobierno se está mostrando dispuesto a impedir a toda costa la organización y el ejercicio de los derechos de los pueblos indios”.
La presencia de comandantes y comandantas fue obstruida por “la prepotencia y el autoritarismo del señor neoliberal en decadencia”, que usa “todas sus fuerzas políticas, económicas, ideológicas y militares para golpearnos”. Pero, advierten los zapatistas en su saludo, “no van a impedir que se difundan nuestras palabras en todo el mundo”.
Enseguida, Marcos manifestó: “A este encuentro se llega con todo en contra. Las distancias, las lenguas, las fronteras, los gobiernos, las mentiras, las persecuciones, las muertes y las falsas divisiones que de arriba nos imponen”. La reunión “parecía imposible la víspera, hace unas horas” todavía.
Cada luna nueva, recordó, hay una pregunta antigua: “¿Habrá vida para la tierra?” La respuesta está rota, expresó. La sangre de los pueblos también. “El de arriba, el dinero, tiene una sola respuesta, sólida como su cuenta bancaria, abundante como su codicia, creciente como su ambición: ‘no’”. Contra ello, en “la voz nuestra empezará a dibujarse, en nuestras niñas y niños, la respuesta, que será vida en su camino”, desde Canadá hasta Chile.
Como dice el mensaje del CNI, “el capitalismo agonizante ha puesto los ojos en nuestras selvas, desiertos, bosques, montañas, ríos, aguas, vientos, mares, playas, maíces, saberes que durante miles de años hemos aprendido, defendido, alimentado, cuidado”, luego de reconocer que “para los pueblos indígenas de América es un alto honor encontrarnos en territorio de la tribu yaqui, que durante siglos ha sido defendido con la sangre y vida de los yoreme”.
Con sobriedad notable, decenas de representantes llenan el estrado y centenares más están bajo la exigua sombra de lonas verdes en el foro al aire libre del semidesierto sonorense. Sin el “folclor” que podría caracterizar un acto de esta naturaleza, todos se ven como lo que son: campesinos. Con o sin indumentarias tradicionales no es difícil entender que entre sí todos se llamen “hermanos”. Lo son y lo parecen.
Y qué creen: además de huaraches y sandalias de cuero crudo también calzan botas, tenis, mocasines. Y hasta el celular conocen. Quién los viera. Contra lo que piensan los yoris (mestizos) sonorenses y nacionales, los pueblos indios son modernos y tal vez tienen más claro que nadie lo que se puede esperar del siglo XXI.
A eso se refiere el CNI en su mensaje: “Estamos vivos después de 515 años de invasiones y aquí estamos juntos para unir nuestras fuerzas en un solo corazón para construir un nuevo proyecto de vida para la humanidad, contra los proyectos de muerte y destrucción de los programas neoliberales capitalistas”.
Esta mañana, luego de que los asistentes entonaran el Himno Nacional, Mario Luna, secretario de las autoridades tradicionales yaqui de Vícam, había inaugurado el Encuentro de Pueblos Indígenas de América, del cual son anfitriones los yoreme.
Asisten al encuentro 537 delegados indígenas (y siguen llegando) procedentes de 12 países americanos, pertenecientes a 54 pueblos. De México están presentes 25 pueblos de 21 entidades; de Estados Unidos son 14, de Canadá ocho, y siete de Centro y Sudamérica.
Los pueblos de América del Norte presentes hasta hoy son hopi, lakota y lakota-omaha, pitriver, gitxaan redwire, mohawk, anishabe, dene, apache, cherokee, navajo, chiricahua, samaritan y aqwesasne (Estados Unidos); ojibwa, salish, secwepme, ktnuxa, mohawk, dine y anishawebkwes (Canadá). Además, de Latinoamérica, el pueblo wayuu (Venezuela), kekchí y mam (Guatemala), lenca (Honduras), kichwa-sarguro (Ecuador), miskito (Nicaragua) y guaraní (Paraguay).
Nos gustaría escuchar la voz de los pueblos indígenas a través de sus propios indígenas. ¿Por qué en este artículo sólo se le concede un pequeño párrafo al representante purépecha y todo el resto del discurso tiene que ser expresado por Marcos y no por los otros representantes? Si ya habían llegado 537 delegados indígenas ¿por qué no se menciona algo de lo que ellos manifestaron? ¿Seguimos con la idea de que se necesita un "traductor" mestizo? Eso no es congruente. Nos gustaría mucho que sean ellos los que difundan su palabra, queremos oír su voz literalmente.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario