viernes, octubre 12, 2007

Retos

Julio Hernández López

Nadie ha retado tanto y tan insistentemente a Felipe Calderón como Manuel Espino y Vicente Fox. Juntos, han puesto en predicamento al ocupante formal de Los Pinos como no lo han hecho todos sus demás opositores. Tan grande es la sombra del guanajuatense y su esposa que Felipe hace diariamente todo cuanto le es posible en busca de desmarcarse, por contraste, de su antecesor atrabancado, y Margarita, la otra parte de la actual pareja presidencial, ha debido guardar sus cartas políticas personales y desvanecerse cuando menos en términos de imagen pública dominante para no dar pie a que se le empareje con la ambición desbordada de la señora Marta.

Tan difícil, o costoso, resulta para Calderón someter a quien nunca lo quiso de candidato ni de presidente, que a casi un año de haber tomado el poder, el equipo central de Los Pinos apenas ha comenzado a saborear una presunta venganza al realizar una forzada maniobra de cargada oficial en favor de Germán Martínez para que éste desplace al villano Espino (maniobra hoy oscurecida, e incluso puesta en riesgo por la virtual sublevación de la chachalaca guanajuatense que demuestra en foros nacionales e internacionales que su lengua desatada está más que lista para hablar de temas electorales de 2006 si acaso sus intereses son tocados por el heredero rehén: negocias o suelto la sopa, sería la frase del Chente Ye Gon).

El lento proceso de mínimo asentamiento de la maquinaria calderonista se ve ahora amenazado por el factor Fox. Fatigosamente, el felipismo ha cubierto etapas envenenadas: la visita a San Lázaro para entrar sin problemas a entregar su informe y pronunciar un mensaje breve y sin protocolo, el cumplimiento de la ceremonia del Grito sin incidentes mayores y el jaloneo con empresarios a causa de la reforma fiscal, y con el duopolio a causa de lastimaduras a las cajas registradoras de las televisoras a partir de sentencias judiciales contra la ley Televisa y de la reforma electoral finalmente apoyada también por Los Pinos. En términos generales, el calderonismo ha podido avanzar en un proyecto de estabilización política fundada en la negociación con sectores del PRD dispuestos a distanciarse de las posiciones del lopezobradorismo y con un PRI cuya vertiente beltronista sueña con implantar un sistema semiparlamentario. El diseño felipista de estabilidad básica se completaría con la adquisición del control del partido blanquiazul (para lo cual se formó una trinidad intencionalmente demostrativa de que el dedo de Los Pinos estaba tomando la decisión sucesoria en el PAN: Germán Martínez, Juan Camilo Mouriño y César Nava aparecieron juntos por doquier, para enfatizar el apoyo del jefe Felipe al candidato oficial) y llegaría a su momento crucial en 2009, cuando se haría todo cuanto fuera necesario para que el panismo ganara la mayoría en la Cámara de Diputados e hiciera transitable el último tramo de la historia felipista.

Los sueños de recomposición se enfrentan ahora a un ex presidente que se hace llamar presidente, que anda de gira internacional declarativa y que acusa al secretario panista del gobierno federal de comportarse como priísta por quererlo callar. Cual pleito de infantes, el ex gobernador de Jalisco se atraviesa en el camino del Grandote de San Cristóbal Ranch para evitar que la confrontación se dé directamente con el actual ocupante de la casa presidencial, que no es de la talla adecuada. Y el peleonero de las botas insiste en retar a quien se le ponga enfrente: no me callo, le manda decir al vocero bucarelino de Los Pinos.

El problema para Calderón es que Fox lo está exhibiendo como un político sin voluntad propia, atado a compromisos oscuros, obligado a hacerse el desentendido cuando le regatean personalidad y fuerza. Ya Felipe ha enviado por delante a su fiel escudero Ramírez Acuña (el que desafió a Fox apoyando y destapando a Calderón en Jalisco, lo que llevó al michoacano a darse por renunciado de la Secretaría de Energía y al tapatío a un congelamiento político y presupuestal), que no sólo ha invitado al ex presidente a guardar silencio, sino que ayer, muy cooperativo para dar cuello, visitó San Lázaro para subrayar el presunto tamaño de la amenaza felipista de entrar en acción, al coincidir con el momento constitutivo de la comisión legislativa que investigará las andanzas patrimoniales del ranchero que llama “tonterías” a esos esfuerzos indagatorios de diputados. A estas alturas del pleito, Calderón no puede regalarse una marcha atrás o una indefinición: Fox debe callarse, pero no sólo eso, debe ser procesado por las pillerías que cometieron él y su esposa durante un sexenio. De la manera como sea resuelto este episodio habrá de definirse el futuro del de por sí accidentado e impugnado sexenio calderonista.

Astillas

Con las explosiones de ayer en tierras michoacanas pareciera que ciertos estallidos, la obligada militarización, y el miedo social así provocado, corren a la par de calendarios electorales… Gastón Azcárraga hizo una finta absolutamente previsible para encarecer Aeroméxico y entorpecer el proceso de venta de esa línea… Deborah Guzmán ha corrido varios maratones (entre ellos, en 2004, el de Berlín), por lo cual, perteneciendo a la “comunidad deportiva mexicana” a la que Roberto Madrazo se ha dirigido en busca de comprensión, asegura que no es “práctica común” el comportamiento del ex priísta en la línea de meta de la competencia alemana: “si él tenía planeado no terminar la carrera no tenía más que detenerse en el kilómetro que fuera, pues los organizadores proveen de transporte para quienes no terminan el recorrido, y tienen previsto lo del regreso del chip y de las pertenencias”… Un lector envía a este pizarrón colectivo la siguiente propuesta de cartel para que en Los Pinos se atrevan a escribirlo y portarlo: “Yo meto los her-manos al fuego… y su mamá también”… Y, mientras el empanizado presidente del IFAI sigue prestando buenos servicios al partido y los políticos que lo han impulsado, ¡feliz fin de semana, ¿con calles libres de ambulantes?!

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