Como “el gobierno no puede matar al sector público, lo deja morir”, advierte el OMAL
En el sexenio pasado aumentó mil 600 por ciento en tanto que la pública sólo repuntó 7%
Las anteriores dos administraciones beneficiaron a firmas españolas como Unión Fenosa e Iberdrola
Susana González G.
Sin ningún cambio aparente en la ley o en la política energética, resulta “asombroso” el crecimiento de la propiedad privada en el sector eléctrico de México, al grado de que durante el sexenio pasado la generación privada se incrementó mil 600 por ciento mientras la pública sólo creció 7 por ciento, advirtió el Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL).
El organismo calificó de “ejemplo paradigmático” la política sobre la generación eléctrica adoptada por los últimos gobiernos mexicanos para beneficio de las multinacionales españolas Unión Fenosa e Iberdrola, al explicar que frente a la oposición que se generó en todo el mundo por las privatizaciones frontales e impunes, se optó por seguir “una muy hábil táctica del sigilo, seguida por gobiernos que abren la puerta de atrás a las grandes corporaciones”.
Hasta principios de 2007, en México operaban siete grandes productoras independientes de energía en 21 proyectos distintos, distribuidos en todo el país. Iberdrola se ubicaba en el primer lugar de producción con 4.29 mil megavatios (MW) en cuatro plantas distintas, además de que estaba incluida en la construcción de otra más. Electricidad de Francia ocupaba el segundo lugar con 2.23 MW, seguida de Unión Fenosa con 1.55 MW y Mitsubishi con 1.51, según la organización, mientras que Intergen y Transalta, compañías de Estados Unidos y Canadá, respectivamente, generaban 1.05 y 511 MW.
Por ello, según el OMAL, se explica porqué una empresa multinacional tan grande como la española Fenosa “está tan orgullosa de un sistema estatal de gestión” del sector eléctrico como el de México, toda vez que aunque la Constitución todavía otorga a la nación mexicana la exclusividad en la prestación de la electricidad, su generación “ha sido convertida en un negocio muy lucrativo para las compañías privadas desde las políticas neoliberales”.
OMAL es una organización creada en 2003 en España por la asociación Paz con Dignidad destinada a investigar, intercambiar información y denunciar las consecuencias económicas, políticas y sociales que acarrea consigo el desarrollo de las empresas trasnacionales españolas en América Latina, mismas que surgieron con la privatización de compañías públicas realizado en la nación ibérica, pero cuyo crecimiento y consolidación se ha dado gracias a su penetración en las naciones latinoamericanas, como México.
Explicó que con la creación de las nuevas figuras de producción de energía autorizadas desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, como la cogeneración, pequeña producción, producción independiente, exportación e importación de electricidad, “no es de extrañar que la privatización se esté realizando de la manera más silenciosamente posible”.
“Sin ningún cambio legislativo, en los cinco años que van de 2000 a 2005, la generación privada de electricidad se ha incrementado un mil 600 por ciento, mientras que la pública lo ha hecho en 7 por ciento”, de acuerdo con un análisis realizado por Erika González, representante de OMAL.
A partir de información del Sindicato Mexicano de Electricistas, el observatorio refirió que de 14 proyectos de crecimiento que presentó la empresa estatal Luz y Fuerza del Centro desde 1993, ninguno le fue autorizado, por lo que la creciente demanda del fluido eléctrico “es abastecida por las productoras privadas copadas por las multinacionales”.
“El asombroso crecimiento de la propiedad privada –sin aparentemente ningún cambio en la ley o en la política– se consigue de manera muy sencilla: si el gobierno no puede matar abiertamente al sector público de la electricidad, simplemente lo deja morir. El método es paralizar toda inversión pública, aunque sea necesaria, tal y como está haciendo con Luz y Fuerza del Centro”, aseveró el OMAL.
Refirió que la participación de los proyectos privados en el sistema eléctrico nacional público ascendió el año pasado al 21.3 por ciento según datos de la Coordinadora Nacional de Electricistas, pero acotó que si se contabilizan las diversas modalidades del proceso de generación eléctrica, como producción independiente, cogeneración y autoabastecimiento, la participación del capital privado puede ascender hasta el 46.5 por ciento del total, según un estudio de Edupaz.
De cualquier manera, OMAL advirtió que en dicho “sistema público” operan las principales compañías del mundo y además se observa un fenómeno de sinergia entre los productores independientes de electricidad con las trasnacionales responsables de llevar gas natural a México.
Y a todo lo anterior, concluyó el organismo, se agregan las consecuencias negativas que la expansión de las trasnacionales acarrea para los trabajadores, pero también para los pobladores de los lugares donde se asientan al afirmar que realizan contratos abusivos y han cometido despojos a los pobladores de tierras comunales.
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