Es probable que toda la información que está saliendo sobre la chachalaca ladrona sea una estrategia para mantenernos entretenidos, no cabe duda que es un buen circo para distraer: su lujoso rancho, sus mentiras en los medios extranjeros y la estatua representan un buen objetivo contra el cual canalizar nuestra inconformidad, mientras el pelele sigue haciendo de las suyas avanzando en la venta del patrimonio nacional, robándose lo suyo y permitiendo que su familia y sus secuaces se lleven una buena parte del botín que para ellos constituye el erario nacional. Y decimos que es un buen circo la supuesta investigación de la chachalaca ladrona porque la comisión que va a encargarse de de ésta, no lo hará, ocultará sus corruptelas y las de su señora, interpondrá argumentos legaloides y finalmente ese proceso terminará por exonerarlo.
Me recuerda una anécdota de cuando tenía tres o cuatro años en que mi padre me hacía exactamente lo mismo para jugar conmigo. Cuando nos sentábamos a cenar yo tomaba inmediatamente una concha que era el pan dulce que más me gustaba, entonces mi padre me llamaba la atención sobre otra cosa y me hacía voltear para aprovechar ese tiempo y esconderme mi concha, cuando volvía la vista, mi concha había desaparecido; cuando estaba a punto de ponerme a llorar, mi padre me regresaba la concha y me hacía comprender que todo había sido una broma. Desgraciadamente, en el caso del juego que el gobierno espurio y sus secuaces se traen con nosotros, no tendrá el mismo final, cuando volvamos la vista Pemex estará en manos extranjeras, el pueblo estará todavía más pobre y nuestro llanto no se detendrá porque nada de eso es una broma, la cosa va en serio.
Nos tratan como a niños y niñas de tres o cuatro años, esperamos que nuestra respuesta sea de adultos y no nos dejemos engañar. Tenemos que ser conscientes de las trampas que nos ponen, algunos podrán dedicarse a ver si acaso puede hacerse algo respecto al enriquecimiento ilícito de ese traidor a la democracia, pero ahora lo que urge es defender la soberanía alimentaria y lo que nos queda del patrimonio nacional.
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