Dpa, Afp y Reuters
Santafé de Bogotá, 18 de octubre. El gobierno de Colombia desautorizó este jueves a su ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, quien afirmó que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, utiliza como propaganda personal su tarea de mediador en las negociaciones para el canje de rehenes de la insurgencia y rebeldes presos.
Tanto la cancillería como el propio presidente Álvaro Uribe emitieron comunicados de rechazo a las afirmaciones de Santos en contra no sólo de Chávez, sino porque además también se refirió a la senadora colombiana Piedad Córdoba, a quien calificó como otra “beneficiaria” tras su nombramiento por el gobierno como “facilitadora” del diálogo.
El mandatario reiteró su “apoyo y confianza a la gestión humanitaria” de Chávez y Córdoba, al destacar el fortalecimiento de las relaciones entre los dos países, y pidió a los funcionarios de su gobierno que se abstengan de hacer declaraciones públicas o privadas “que afecten la dirección de las relaciones internacionales de Colombia”.
Previamente, el Ministerio de Relaciones Exteriores había señalado que el gobierno “no comparte” las declaraciones de Santos sobre el papel que cumplen Chávez y Córdoba en la búsqueda de un acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), así como tampoco su evaluación respecto de las relaciones comerciales entre Colombia y Venezuela.
En conferencia en el Diálogo Interamericano, un think tank de Washington, Santos aseguró que el Ejecutivo colombiano pidió a Chávez moderación, y que por lo visto en los últimos días el presidente venezolano parecía estar cumpliendo.
El ministro, férreo crítico de Chávez desde antes de asumir el cargo, opinó que el mandatario venezolano buscará “internacionalizar” su rol como mediador, y que llegó a sugerir que sería más fácil dejar a los tres estadunidenses en poder de la guerrilla fuera de la negociación, lo que rechazó el gobierno colombiano.
El enemigo en casa
Juan Manuel Santos, primo hermano del vicepresidente Francisco Santos, dijo que Uribe aceptó de mediadores a sus “más beligerantes opositores”, y que la participación de Córdoba le dio “tremendo escenario y ella fue a hablar de inmediato con Chávez, lo que fue una bendición de Dios porque él pudo usar eso para entrar en áreas donde normalmente no le era permitido”.
Las FARC plantean el canje de unos 45 rehenes que tienen en su poder –entre ellos la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, tres estadunidenses y varios políticos, militares y policías– por al menos 500 guerrilleros presos, incluidos dos que fueron extraditados a Estados Unidos.
Chávez se ha reunido con familiares de rehenes y guerrilleros presos y ahora busca un contacto directo con las FARC.
Córdoba se quejó ante Uribe de anteriores comentarios de Santos y del canciller Fernando Araújo, que en su opinión dificultan la tarea de mediación porque de antemano ponen en duda la voluntad de las FARC para llegar a un acuerdo.
Por último, la fuerza pública colombiana fabricó en un año 90 operaciones que dejaron 169 víctimas civiles, a quienes luego presentó como guerrilleros izquierdistas, denunció hoy una organización no gubernamental de derechos humanos vinculada con la comunidad jesuita.
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