El diplomático estadunidense ironizó al criticar el discurso del presidente en la ONU
Rosa Rojas (Corresponsal)
La Paz, 12 de octubre. El presidente boliviano, Evo Morales, exigió hoy al embajador estadunidense, Philip Goldberg, que pida “perdón” al pueblo boliviano tras recientes declaraciones en que ironizó en torno a una propuesta presidencial de traslado de la sede de Naciones Unidas ante el constante maltrato que sufren dignatarios que no comparten las políticas de Washington.
“La lucha con el gobierno de Estados Unidos sigue”, aseveró el mandatario ante más de 10 mil indígenas en Chimoré, corazón del trópico de Cochabamba, y afirmó que si el diplomático no lo hace, “mientras (yo) sea presidente no tiene pisada en palacio y no es interlocutor válido”.
Es decir, a ver si los representantes de Estados Unidos van dejando el racismo y se enseñan a respetar.
En días pasados, Goldberg acudió a la cancillería a “aclarar” comentarios que fueron “una broma mal entendida”, cuando dijo que “no le extrañaría que (Morales) también pida el traslado de Disney”.
O sea, que el propio embajador está homologando a la ONU con Disney, en eso no le falta razón.
Morales añadió que la lucha antimperialista, antineoliberal, va a continuar y “con sus amenazas no nos van a asustar; si antes como dirigentes hemos soportado, ahora como gobierno qué mejor todavía”.
En las conclusiones del Encuentro Mundial de los Pueblos Indígenas para celebrar la Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de las etnias, los 138 participantes de diferentes países manifestaron su apoyo al gobierno de Morales “ante cualquier amenaza interna o externa”.
Asimismo, apoyaron su propuesta de “descolonizar Naciones Unidas” y trasladarla fuera de Estados Unidos. Demandaron no criminalizar las luchas indígenas ni acusarlos de “terroristas”, y la inmediata liberación de líderes detenidos, principalmente el estadunidense Leonard Peltier.
Mientras la ONU siga siendo un testaferro de Estados Unidos no habrá quien la tome en serio, como dijo el embajador gringo es como si se tratara de Disney.
Los indígenas repudiaron planes y proyectos para generar biocombustibles, y la utilización de semillas transgénicas, porque eso acaba con sus semillas milenarias y los obliga a depender de la agroindustria.
Llamaron a respetar la autodeterminación y a construir un mundo basado en la cultura de la vida, en la identidad, filosofía, cosmovisión y espiritualidad milenaria de los pueblos indígenas.
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