La CIDH recibe a mujeres tlapanecas violadas por militares
Foto: archivo proceso
México, D.F., 12 de octubre (apro-cimac).- Este día fue “crucial” para Inés “N” y Valentina “N”, indígenas tlapanecas presuntamente violadas por militares en 2002, y quienes después de cinco años de buscar la justicia en el país, sin obtener respuesta, hoy fueron escuchadas en audiencia por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), durante su 130 periodo ordinario efectuado en Washington.En entrevista telefónica, Matilde Pérez Romero, una de las abogadas del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan (CDHT), consideró que esta sesión fue una oportunidad “crucial” para que Inés y Valentina acreditaran su dicho, desoído y negado por el gobierno mexicano.Ambas expusieron la dilación de la justicia mexicana, la destrucción de pruebas y que el caso haya sido “juzgado” en el fuero militar, donde ya fue cerrado por considerar que no había sido acreditada la violación, y por lo tanto no hubo sanción a los responsables.“En los procesos que se abrieron en las averiguaciones previas del Ministerio Público, las investigaciones no fueron eficaces, prontas, porque para que éste actuara pasó mucho tiempo, y dentro de la jurisdicción de los tribunales civiles se desvanecieron datos, se perdieron pruebas”, enfatizó la defensora de derechos humanos.Y en el caso de Inés, cabe recordar que las laminillas que contenían muestras espermáticas que se le tomaron días después de la violación, “se consumieron”, lo que contribuyó a que el Ejército negara que Inés fue violada, indicó Pérez Romero. La abogada Matilde Pérez enfatizó el largo camino que han tenido que recorrer las indígenas tlapanecas en su búsqueda de justicia, enfrentándose al aparato de justicia militar, el cual “es absurdo que sea quien juzgue a sus integrantes”, sostuvo.Y agrega: la esperanza es que la CIDH emita un informe de fondo con recomendaciones al Estado mexicano para que sancione a los responsables y respete las competencias, para que estos casos sean juzgados por la vía civil y no militar, aclara la abogada del Centro.“En caso de que el Estado mexicano no aceptara las recomendaciones de la CIDH, entonces queda una última instancia: la Corte Interamericana de Derechos Humanos”.
Suma de casos
De aceptar el caso, esta sería la segunda ocasión en que la CIDH emita recomendaciones al Estado mexicano por violación a los derechos humanos, en especial por la violación sexual a mujeres cometida por militares.La primera recomendación fue hecha en 2001(53/01), por el caso de las tres hermanas tzeltales violadas por militares en 1994, el cual fue denunciado ante la CIDH en 1996.En ella, este organismo reconoció que la violación sufrida por estas mujeres constituía tortura, y por ello recomendó que las investigaciones fueran hechas por tribunales civiles y no militares, pues “éstos carecían de independencia para investigar parcialmente las presuntas violaciones a los derechos humanos cometidas por sus elementos”.
Más casos a la CIDH
Pero todo parece indicar que a los dos casos que permanecen actualmente en la CIDH, de indígenas presuntamente violadas por militares, se agregarán otros dos: el de Castaños, Coahuila, y el de la indígena nahua Ernestina Ascencio, de Zongolica, Veracruz.Pese a que en días pasados el juez de Castaños, Hiradier Huerta, sentenció a tres de los 20 soldados que el 11 de julio de 2006 violaron a 14 mujeres en esta zona de tolerancia, convirtiéndose así en la primera ocasión que militares son juzgados por la vía civil, la resolución no dejó satisfechos a muchos. Entre ellos, a la defensa de las 14 mujeres, que no descarta que en breve prepare la documentación para presentar el caso ante la CIDH.Por otro lado está el caso de Ernestina Ascencio, el que también se prevé será llevado ante la máxima instancia internacional de derechos humanos, según reportó en su oportunidad Julio Atenco Vidal, líder campesino de la sierra de Zongolica.
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