Denunció Graco Ramírez que los pasivos de la empresa no pagaron el IETU
Ciro Pérez Silva y Víctor Cardoso
La venta del consorcio Aeroméxico “estuvo arreglada” para beneficiar fiscalmente al grupo patrocinado por Banamex, al evitar que los pasivos de la empresa, que alcanzan los 400 millones de dólares, fuesen susceptibles del pago del impuesto empresarial a tasa única (IETU), denunció ayer el senador perredista Graco Ramírez.
De igual forma, dijo el legislador, en la subasta debió dejarse fuera a Banamex, ya que es un banco beneficiado con el rescate bancario y maneja recursos de sus usuarios, por lo que está impedido legalmente para realizar operaciones que pongan en riesgo dicho capital, pues “de ocurrir un quebranto, afectaría a los ahorradores”.
En tres comunicados que el perredista envió al gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz; a la secretaria ejecutiva del IPAB, María Teresa Fernández Labardini, y al titular de la Secretaría de Hacienda, Agustín Carstens, plantea una serie de interrogantes que sustentan la consideración de que la operación es ilícita y, por tanto, impugnable, acción que el senador llevará a cabo, adelantó, si las respuestas de los tres funcionarios le permiten construir el caso.
A Guillermo Ortiz lo interroga sobre el monto de reservas que se exigieron a Banamex para garantizar las posibles pérdidas en operaciones riesgosas, como la compra de Aeroméxico, y cómo se aseguran los intereses del público ahorrador ante esta operación de alto riesgo, además de pedirle que especifique qué miembros de la junta de gobierno del Banco de México han laborado o mantienen relaciones económicas o de negocios con Banamex.
A la titular del IPAB le pregunta sobre las investigaciones que debió llevar a cabo esta instancia, para verificar que las personas que conforman el grupo ganador no hayan sido las mismas que causaron un quebranto multimillonario a bancos rescatados por el Instituto, o si se investigó la posible participación en la compra de acciones, de personas que fungieron como “puente” con personas inhabilitadas para adquirirlas.
Mientras a Carstens le interroga sobre las medidas que tomó para evitar que los compradores sean prestanombres de responsables de quebrantos al sistema financiero, entre otros.
“La verdad es que Roberto Hernández es quien negoció millonarios recursos para la campaña de Felipe Calderón a cambio de ser el ganador” en la puja por la aerolínea, sostuvo Graco Ramírez.
De acuerdo con un primer análisis, todos los accionistas ganadores son beneficiarios de un subsidio federal; varios funcionarios de la junta de gobierno del Banco de México laboraron o mantuvieron negocios con Banamex; se adquirieron acciones a nombre de terceros y, nuevamente, una empresa fue adquirida sin que la cabeza visible del grupo beneficiado cuente con la solvencia técnica, financiera y moral para la adquisición.
Banamex, el principal acreedor
Además de participar con 49 por ciento del capital para la reciente compra de Aeroméxico, Banamex es el principal acreedor de la aerolínea, la cual tiene contratados con ese banco créditos por mil 156 millones de pesos, equivalentes a 58.7 por ciento del total de la deuda bancaria.
De acuerdo con documentos de la aerolínea, Banamex, junto con Deutsche Bank, son los únicos dos acreedores bancarios cuyos créditos representan más de una quinta parte del total de los pasivos de la recientemente privatizada aerolínea, mismos que superan los 8 mil 913 millones de pesos.
De acuerdo con la información de Aeroméxico, el mayor monto de créditos contratados con el único acreedor bancario de la empresa, Banamex, tiene un vencimiento superior a los cinco años y se eleva a mil 110.72 millones de pesos. Dos de los vencimientos pactados para diciembre de este año y en 2008, son por 74.55 millones de pesos cada uno, mientras los tres restantes son por 149.1 millones en cada caso y tienen vencimientos de dos, tres y cuatro años, respectivamente.
Menor peso para la aerolínea, que tiene la promesa de capitalización por 240 millones de dólares de sus nuevos accionistas, es la deuda que tiene con ocho proveedores de servicios, aparatos y refacciones aeronáuticas, por 525.9 millones de pesos, aunque estos están documentados en moneda extranjera.
Otra deuda de peso para Aeroméxico es la de los servicios aeroportuarios necesarios para su operación, integrados por combustible, servicios de aeronavegación, comisariatos, impuesto de uso de aeropuerto, comisiones a agencias, entre otros, por mil 993.62 millones de pesos con vencimiento este año, más 831.38 millones adicionales documentados en moneda extranjera, que también habrá que pagar antes del 31 de diciembre próximo.
Pero, por otro lado, para Aeroméxico se avizora al menos una buena noticia: podrá tener acceso a los mejores espacios físicos que dejará de utilizar Líneas Aéreas Azteca en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, una vez que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) inició el procedimiento para retirar la concesión a esta aerolínea.
De acuerdo con informes difundidos entre las aerolíneas por las autoridades del aeropuerto, la distribución de los espacios que deje Líneas Aéreas Azteca en esa terminal será por antigüedad del nuevo usuario y por tamaño de su flota, es decir que en este caso Mexicana de Aviación y Aeroméxico tienen prioridad para escoger los mejores sitios.
Para analistas del sector esa podría ser una noticia positiva para el arranque de operaciones de Aeroméxico bajo el nuevo plan de negocios de los flamantes propietarios dado que, adicionalmente, enfrentarán a un competidor menos.
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