Continúan enfrentamientos entre opositores y simpatizantes de la extrema derecha
Vocero episcopal refuta pedido de perdón de obispo por “pecados” de la Iglesia española
Se sacaron de contexto sus palabras, dice el ultraconservador Juan Antonio Martínez Camino
El prelado Ricardo Blázquez había rechazado errores cometidos por la curia en la guerra civil
Armando G. Tejeda (Corresponsal)
Madrid, 23 de noviembre. Después de que el pasado lunes el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el obispo de Bilbao Ricardo Blázquez, pidió “perdón” por los “pecados” cometidos por la Iglesia católica durante los años de la guerra civil, hoy el vocero de los obispos, el ultraconservador Juan Antonio Martínez Camino, señaló que esa frase “está sacada de contexto” y que en ningún caso se pidió perdón.
Paralelamente, continúan en España las tensiones entre opositores y simpatizantes de la extrema derecha, pues presuntos extremistas apuñalaron a un joven antifascista, quien sobrevivió las heridas pero se encuentra grave en un hospital.
Desde que el pasado 11 de noviembre fue asesinado en Madrid Carlos Javier Palomino, de 16 años, a manos de un soldado español con vínculos en organizaciones neonazis, miles de personas han exigido en marchas y concentraciones el fin de la impunidad con la que operan los grupos de extrema derecha, como Democracia Nacional, Alianza Nacional, Frente Nacional y España 2000.
Blázquez pertenece al sector más moderado y conciliador de la jerarquía eclesiástica española, por lo que en su último discurso como presidente de la CEE resucitó el espíritu de Vicente Enrique Tarancón –el obispo que colaboró en la transición a la democracia tras el fin de la dictadura franquista– para pedir perdón en nombre de la Iglesia católica por su apoyo incondicional al bando fascista.
Sus palabras textuales fueron: “En muchas ocasiones tendremos motivos para dar gracias a Dios por lo que se hizo y por las personas que actuaron; y probablemente en otros momentos ante actuaciones concretas, sin erigirnos orgullosamente en jueces de los demás, debemos pedir perdón y reorientarnos, ya que la purificación de la memoria, a que nos invitó Juan Pablo II, implica tanto el reconocimiento de las limitaciones y de los pecados como el cambio de actitud y el propósito de la enmienda”.
Sin embargo el vocero de la CEE, próximo al sector más intransigente de la Iglesia católica española, acusó a los medios de comunicación de “sacar de contexto” las palabras de Blázquez, al insistir en que en ningún momento se pidió perdón por nada, ni por la guerra civil ni por su colaboración con el régimen fascista de Franco.
“El discurso fue amplio, claro y matizado, y sus palabras fueron las que están en el discurso, y hay que leerlas en su contexto exacto, sin sacarlas de él. Otra cosa es que se saquen de contexto. Entonces, se puede decir cualquier cosa, diciendo lo que no se dice, como ha sucedido estos días”, afirmó.
En cuanto a la violencia entre fascistas y antifascistas además del apuñalamiento de un joven en Cáceres, a pesar de que no hubo marchas sí se registró un enfrentamiento de madrugada entre un colectivo de antifascistas y otro de la derecha neonazi.
Según testigos, el enfrentamiento se inició alrededor de las 2:30 de la madrugada y cuando llegó la policía yacía en el suelo un joven antifascista que había sido apuñalado por un militante neonazi, quien posteriormente fue detenido por la policía local.
Por su parte, la policía señaló que este enfrentamiento se remonta a otro anterior, que ocurrió el pasado 15 de noviembre, tras una manifestación de rechazo por el asesinato de Palomino.
El pasado jueves, miles de personas se concentraron en todo el país para homenajear al joven asesinado y reclamar a las autoridades públicas que actúen e ilegalicen las formaciones políticas que hacen públicamente apología de antisemitismo, racismo y xenofobia.
Mientras tanto, unos mil menores senegaleses, de edades entre 10 y 13 años, “expatriados en España en condiciones atroces”, deben ser repatriados desde la isla Tenerife (Canarias), donde se encuentran, según el ministro de Microfinanzas de Senegal, Abdurahim Agne, informó Afp.
“Cuando fui a Tenerife, en octubre, eran 700 y pasaron a ser unos mil”, dijo el funcionario en la radio pública de Senegal. “Estos niños no pueden trabajar y ellos (los españoles) no pueden dejarlos en la calle, entonces se ocupan de ellos”, añadió.
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