Gloria Muñoz Ramírez
Oak Grove (pequeño bosque de roble) es uno de los tantos lugares sagrados del pueblo indígena Ohlone, hoy ocupados por el gobierno federal y local estadunidense en el área de la bahía de San Francisco, California. Oak Grove tiene además la particularidad de que sus troncos quedaron bajo la custodia de la Universidad de Berkeley, aquel famoso campus en el que se gestaron movimientos históricos en Estados Unidos, tales como la defensa de los derechos civiles y la oposición estadunidense a la guerra de Vietnam.
Si no fuera por las resistencias que aún se gestan en su interior, podría afirmarse que del espacio contestatario de la Universidad de Berkeley queda sólo la fama. A contracorriente de la tendencia a la sumisión, un grupo de activistas asumió la defensa de esta área de robles nativos, que representa uno de los ecosistemas más complejos de California y alberga un cementerio sagrado de los Ohlone. Lejos de respetar el área bajo su custodia, las autoridades universitarias de Berkeley pretenden construir un centro de entrenamiento deportivo en este espacio, con lo que cortarían 38 grandes árboles.
La lucha se inició como defensa al medio ambiente y en febrero pasado tomó otro giro, cuando los líderes de la tribu indígena Ohlone declararon que ahí descansaban sus ancestros. La universidad negó la existencia de pruebas que avalaran que los esqueletos encontrados fueran indígenas, y señaló que, “aunque lo fueran, la legislación de California no prohíbe las construcciones sobre antiguos cementerios”.
La defensa del área indígena de los ohlones comenzó cuando un grupo de personas decidió habitar la copa de los árboles para impedir su tala y de ahí se gestó un movimiento conformado por indígenas, activistas y estudiantes dedicados a apoyar a los moradores de los robles, a quienes les llevaron agua y comida desde diciembre de 2006, fecha en que montaron la guardia. En agosto de este año la universidad construyó una cerca para impedir la solidaridad con el movimiento. Y el 10 de noviembre pasado levantaron una nueva valla, para que no les llegara alimento.
Aún así, el pasado 14 de noviembre un grupo de personas, entre ellas indígenas del área de la bahía de San Francisco y activistas solidarios, organizaron una vigilia pacífica para apoyarlos, pero la acción fue violentamente reprimida por la policía universitaria. Golpes, vejaciones y tres personas detenidas fue el saldo.
Una de las mujeres arrestadas forma parte de la otra campaña en Oakland. A ella se acusa de golpear a dos oficiales, violar una orden judicial y de resistencia al arresto. Todo es absolutamente falso, como lo demuestran los videos de la represión grabados por los activistas. Los detenidos finalmente salieron de la cárcel bajo fianza y todos enfrentan juicios.
“Denunciamos un caso más, de los cientos que se cometen en este país y a escala mundial, de abusos de autoridad y encarcelamientos injustos a hermanos y hermanas cuyo único delito es defender su tierra y su derecho a una vida digna”, señaló en un comunicado la Colectiva Zapatista Ramona.
sábado, noviembre 24, 2007
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