Teodoro Rentería Arróyave
Contrario al mensaje enviado por el presidente Felipe Calderón Hinojosa a los precandidatos a la presidencia de Estados Unidos a fin de que dejen de tomar como “rehenes temáticos de sus discursos” a los mexicanos migrantes, es la aceptación de subordinación mediante la Iniciativa Mérida o Plan México, una ayuda millonaria de dólares para hacer el trabajo que indiquen las autoridades del vecino del norte contra el narcotráfico y el crimen organizado.
A tal grado es el desatino, que hasta el insulto se gana. El senador republicano Tom Tancredo, al oponerse al Plan, manifestó su desconfianza porque, dijo, la corrupción en México puede desviar la ayuda en dinero y material, majadero, agregó: "México es en sí un cártel de droga. Es difícil decir dónde termina el gobierno y donde empieza el cártel".
Se puede decir de diferentes maneras, pero después de que reconoció la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, que la iniciativa de ayuda partió del propio presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, tenemos que concluir que por andar de pedigüeños se nos insulta. Según legisladores de los partidos Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática, con el silencio de los de Acción Nacional, después de escuchar sorprendidos a la funcionaria, nuestro país tiene aseguradas las partidas para enfrentar ese flagelo y no tiene porque recurrir al extranjero.
Las consecuencias son aún más graves que el soez insulto de ese troglodita legislador gringo con nombre de caricatura y apellido de suerte taurina, perdón a Don Tancredo que la invento, lo verdaderamente peligroso para el país es que con tales ayudas y acuerdos, además de hacerle el trabajo sucio a las autoridades policíacas de la potencia mundial, se vulnera en grado sumo la soberanía de la nación.
Por eso mismo los legisladores que supieron directamente de la canciller Espinosa los rubros a los que se destinarán los millones de dólares, eso sí los aprueba el Congreso estadounidense, reprocharon que se permita la intervención de Estados Unidos en la definición de políticas de combate al narcotráfico, de control migratorio y de procuración de justicia, áreas en las que se enfocarían los recursos que propone el gobierno de George W. Bush para destinarlos a México.
Dos de los diputados: Roberto Badillo Martínez, por cierto general retirado, del PRI y José Alfonso Suárez del Real, del PRD, al conocer los montos específicos, expresaron que el gobierno de Calderón no puede comprometer soberanía “a cambio de migajas”.
Badillo, por su parte explicó que resulta "inconcebible que se acepten 500 millones de dólares, sería la primera partida para el 2008, cuando tenemos un presupuesto de 2.5 billones de pesos para ese año y reservas en dólares por 75 mil millones. Estaríamos de acuerdo en una cooperación, pero no con una intervención. Nos quieren comprar con 500 millones de dólares, que si le hacen falta a Calderón los podemos obtener boteando”.
Ustedes mismos respetados radioescuchas y lectores juzguen el tamaño de la intervención estadounidense. Espinosa, en tres cuartillas que entregó a los legisladores con los que se reunió en el edificio de la Cancillería, exacto frente al Hemiciclo a Juárez, da cuenta de la repartición de subordinación: Al grupo Antinarcóticos, contraterrorismo y seguridad fronteriza, se destinarían 306 millones 277 mil dólares, 205 millones a la Policía Federal Preventiva, al Ministerio Público federal y a la Secretaría de Marina; otros 31 millones 287 mil dólares se destinarían al Instituto Nacional de Migración, 25 millones 310 mil dólares a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes Y lo más escandaloso, ya que nunca antes se ha permitido ni la más mínima intervención en nuestras instituciones de justicia: se destinarían 31 millones 447 mil dólares para la Administración General de Aduanas; 7 millones 933 mil dólares para el Centro de Investigación y Seguridad Nacional; 56 millones 107 mil dólares para seguridad pública y procuración de justicia; 100 millones 616 mil dólares para el fortalecimiento de instituciones y procuración de justicia, y 15 millones de dólares para el rubro de anticorrupción, transparencia y derechos humanos.
El insulto al gobierno calderonista, que desgraciadamente agravia a todo México, bien ganado lo tiene por andar de pedigüeño; lo que es inadmisible es que se pretenda impunemente vulnerar soberanía, afortunadamente existen recursos legales para impedirlo, si es necesario ante la instancia misma de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Dos peticiones de Calderón: la primera, buena, en defensa de nuestros connacionales; la segunda, de un servilismo inaceptable, que por el mínimo decoro tiene la obligación de retirar de inmediato.
- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario