Los operativos patito del ejército mexicano están dirigidos contra los enemigos del presidente Guzmán. Acá se decomisa droga del cártel del golfo, allá se capturan unos Zetas, más allá se extraditan enemigos del “chapo”, perdón, del presidente Guzmán, acullá un enfrentamiento con el cártel de Cd. Juárez. Pero los intereses del Comandante Supremo no se tocan; es más, se protejen, y por tanto se expanden a grados nunca vistos.
Enumeremos algunas señales del matrimonio de intereses entre el cártel de los Pinos y el cártel de Sinaloa:
- La liberación de Joaquín Guzmán Loera, apenas iniciado el sexenio estéril de Vicente Fox.
- La entrevista fotografiada entre el secretario particular de Vicente Fox, y actual embajador de Calderón en Canadá, Emilio Goicoechea con Genaro Caro Quintero.
- La asistencia de narcodiputados panistas a los funerales del Ceja Güera.
- La asistencia de narcofuncionarios panistas a la boda del presidente Guzmán Loera.
- La evidente parcialidad de los operativos “antinarco”, enfocados en limpiarle el terreno al presidente Guzmán.
Los panistas, ante la nulidad de resultados del “gobierno” de Calderón, tratan de vender la idea de que ahora sí se está luchando contra el narco. Nada más falso. Los mexicanos no queremos grandes matanzas de narcos, ni grandes decomisos de drogas. Queremos simplemente que quiten las tienditas de droga de nuestros barrios. ¿Pueden?. Si no pueden, entonces legalícenlas. Dejen de simular. Quítenle al presidente Guzmán la banda presidencial, las bandas presidenciales: la de tela y la que encabeza Mouriño.
Martín Vélez.
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