Por Ricardo Andrade Jardí
Y mientras en nuestra convertida república bananera, donde a los curas los gobernantes les permiten, sin empacho, cerrar los monumentos históricos y los pederastas, también católicos, faltaba más, hacen de su perversión el negocio más exitoso del fecalismo, con todo y el aval corrupto de la SCJN, al Sur, muy al Sur del Continente nace una nueva esperanza económica: el Banco del Sur, en beneficio de los pueblos y no únicamente, como en nuestro agredido Norte, para beneficio de los dueños de los medios de producción.
Una alianza entre naciones hermanas que han decidido tomar el destino en sus manos y no seguir apechugando con las criminales políticas del FMI, que NINGUN beneficio han tenido para ninguna nación del mundo que las haya asumido.
Mientras en México el tripartidismo hace su agosto con los recursos públicos y la telecracia de la discapacidad avanza con su melodramático negocio.
Al Sur del Continente nacen nuevas subjetividades de resistencia colectiva frente a un poder hegemónico que todo lo amenaza. Una nueva soberanía financiera que por más que intenten tacharla de populismo, tiene cimientos en la verdad, que es otra.
Las naciones del Sur continental, tan agredidas a lo largo de su historia, han decidido darse la oportunidad de construir otro mundo posible, donde las reglas no las dicte el FMI (Estados Unidos y Europa Unida al servicio del Imperio) y donde no las imponga la OMC (Europa Unida al servicio de Estados Unidos), para transitar por las páginas de su historia construida a partir de su esperanza y no ya de los intereses aplastantes del imperialista Norte, que sólo ha querido ver en sus vecinos la mano de obra barata y la "inagotable" riqueza energética a precio de ganga y saqueo.
En México deslumbrados por los espejitos del neoliberalismo, gracias a la ignorancia de la tecnocracia usurpadora, se abren las puertas de nuestra nación, o de lo que queda de ella, a la iniciativa Mérida, Plan México, que no es otra cosa que la crónica anunciada, como afirma Montemayor, de una "guerra sucia catastrófica".
La pretendida lucha contra el terrorismo, promovida por el país que más terrorismo genera, no es más que la inclusión de México en los planes genocidas del imperialismo, es la inmediata cancelación de nuestra soberanía, la que ya desde hace rato se está jugando todo, empezando por la soberanía alimentaria condenada a ser, próximamente, tan sólo una decadencia alimentaria de chatarra transgénica con la intención de seguir generando pobreza y esclavismo, para, eso sí, asegurar la soberanía Norteamericana, gringa más bien, para ser exactos.
Así pues, mientras al Sur del continente se escriben las páginas de una nueva historia que privilegie a los pueblos latinoamericanos con la confianza de una vida de justicia y dignidad, México se debate entre la legalidad de lo ilegal y la especulación de la usura, entre políticas dictadas por ladrones banqueros y narcotraficantes políticos, al tiempo que los "prohibidos" monopolios promueven y "comunican" la bananera y amoral república, al tiempo que le ponen precio a su "su" libertad de expresión, entre curas violadores y jueces corruptos (según diversos informes de la ONU 92% de los jueces mexicanos, no sólo son corruptos, sino los más corruptos del mundo).
Tan lejos del Sur y tan cerca de Los Estados Unidos de Norteamérica...
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