Rechaza el líder opositor Raila Odinga negociar con el presidente; debe renunciar, dice
Pues claro que debe renunciar si no ganó la elección, ¿cómo que "gobierno de unidad"?
Está dispuesto el presidente Mwai Kibani a formar un gobierno de unidad en Kenia
Intensifican EU, Canadá, la Unión Africana y Naciones Unidas sus esfuerzos de mediación
Se reduce la presencia militar en calles de Nairobi; levantado el toque de queda en Kisumu
Reuters, Afp y Dpa
¿Así suponen que puede haber reconciliación?
El cuerpo de una mujer estrangulada yace en un depósito de cadáveres en Eldoret Foto: Ap
Nairobi, 5 de enero. El presidente keniano, Mwai Kibaki, dijo hoy estar dispuesto a formar “un gobierno de unidad nacional que no sólo reúna a todos los kenianos, sino que ayude al proceso de cicatrización y reconciliación”, pero de inmediato el líder opositor Raila Odinga rechazó cualquier negociación con el mandatario mientras no renuncie a su cargo, cuya legalidad cuestiona.
Los desacuerdos entre Kibaki y Odinga, dirigente del Movimiento Democrático Naranja, quedaron de nuevo en el centro de la crisis política –desatada el 30 de diciembre tras el anuncio oficial de la relección de Kibaki–, mientras Estados Unidos, Canadá, la Unión Africana (UA) y la Organización de Naciones Unidas (ONU) intensificaron sus esfuerzos de mediación, ante la posibilidad de nuevos choques interétnicos y desplazamientos masivos de la población.
La subsecretaria de Estado estadunidense para Asuntos Africanos, Jendayi Frazer, y el canciller canadiense Maxime Bernier llegaron este sábado a la capital keniana para tratar de concertar una salida pacífica. Con el mismo objetivo se comunicó telefónicamente el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y la semana entrante vendrá aquí el presidente de Ghana, John Kufuor, actualmente a la cabeza de la UA.
En los últimos seis días, los choques entre miembros de la mayoría kikuyu –a la que pertenece Kibaki– y bandas de las minorías –principalmente los kalenjines o luas– han provocado la muerte de unas 360 personas y la migración forzosa de 250 mil, según cálculos de funcionarios de la ONU en Nairobi, que además aseguraron que “entre 400 mil y 500 mil individuos se vieron afectados por este conflicto”.
Ésta no es la primera vez que Kenia se sumerge en un conflicto marcado por diferencias interétnicas en este país de 37 millones de habitantes, que en la última década quedó como una isla rodeada de guerras en Darfur, Somalia, Etiopía y Congo.
En 1992, mil 500 kikuyus fueron asesinados en el valle Rift por enardecidos luas y masais moran. En 1998 hubo otros enfrentamientos con decenas de muertos.
Kibaki propuso formar un gobierno “de unidad nacional” después de reunirse con la enviada de Estados Unidos, que considera a Kenia uno de sus principales aliados africanos en la “guerra contra el terror”. En un comunicado, el gobierno dijo que “Frazer pidió al presidente que tienda la mano a la oposición para poner fin a la violencia”.
Odinga dijo en respuesta que “nuestro punto de vista es que Kibaki está allí ilegalmente. No debería venir a la mesa de negociaciones como presidente. Queremos hablar con él sobre la base de su antiguo mandato; entonces hallaremos una solución a este problema”.
En las calles de Nairobi, la presencia policial se redujo este sábado y las actividades económicas volvieron a tomar un cauce aparentemente normal.
Al oeste, en Kisumu, la tercera ciudad del país y bastión opositor, el toque de queda impuesto el lunes fue levantado este sábado gracias a una mejora de las condiciones de seguridad, según la policía.
En Eldoret, donde el martes unos 30 kikuyus fueron quemados vivos en una iglesia, la calma retornaba paulatinamente, las tiendas reabrían sus puertas y las filas ante las gasolineras eran interminables.
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