Denuncia la intervención ilegal de los gobernadores de Guerrero, BCS, Chiapas y Oaxaca
Adelanta que de ratificarse el resultado “no seremos una oposición dócil frente al gobierno”
Enrique Méndez y Alma Muñoz
Alejandro Encinas Rodríguez ratificó que será presidente nacional del PRD, “a pesar de las adversidades”, de las cuales señala algunas: la intervención ilegal de los gobernadores de Baja California Sur, Guerrero y Chiapas; el aparato corporativo que compró votos y repartió despensas, y la aparición de boletas en urnas que no se instalaron. Con todo, se dice dispuesto a un recuento voto por voto.
“Por supuesto aquí no hay nada que ocultar. Pese a malas prácticas, a intenciones fraudulentas, ganamos. Y seguramente que si hacemos el recuento voto por voto vamos a ampliar nuestro margen de diferencia. Independientemente de que gané, hay que limpiar la elección”, indicó.
Exhortó a Jesús Ortega, el candidato de Nueva Izquierda, a asumir y asimilar el resultado. Al preguntársele, en entrevista con este diario, qué le ofrece al dirigente de los chuchos, respondió: “a Jesús, siempre mi respeto, mi reconocimiento. Hay espacio para todos”.
Ayer por la tarde acudió a la reunión semanal del Frente Amplio Progresista, donde recibió la felicitación de Andrés Manuel López Obrador y de todo el equipo. “Hay un estado de ánimo muy favorable, estamos contentos con el resultado. Estaremos juntos este martes en el Zócalo en la convención por la defensa del petróleo. Todavía no soy presidente electo, estoy esperando el resultado, pero soy alguien que asumirá muy pronto la presidencia del partido”, resaltó.
En la conversación anunció que va por “el desmantelamiento del esquema” que ha permitido el predominio de los intereses de los dirigentes sobre los de la militancia. “Corrientes, sí; grupos de poder, no”, atajó. También argumentó que si bien solicitará la anulación del proceso en Oaxaca, por la injerencia del gobernador Ulises Ruiz Ortiz, la elección cuenta con las “bases mínimas de legalidad”
–Sin embargo, ¿de qué tamaño fue el desaseo en la elección?
–Hubo distintos tipos de irregularidades, no sólo por problemas de organización vinculados con la incipiente vida orgánica del PRD, ámbito en el que se ubica el conflicto por el padrón, y el saldo fue que por lo menos uno de cada tres militantes que acudieron a las urnas no pudo votar.
“Calculamos que 30 por ciento no pudo votar y eso me afectó, porque el militante vinculado a las estructuras corporativas, a las corrientes, tiene mecanismos para garantizar su presencia en la lista, pero el resto no.
“No se instalaron deliberadamente algunas casillas; se quiso reventar otras en municipios favorables a mi candidatura, y luego los conflictos en Oaxaca, donde nuevamente dirigentes del partido coludidos con el gobernador reventaron la elección.”
–Es decir, ¿ganó a pesar de un intento de fraude de Nueva Izquierda?
–A pesar de las adversidades. Todos estaban convencidos de que el aparato se impondría sobre la voluntad de los militantes, y que se impondría el manejo de los recursos desde los grupos parlamentarios y las direcciones municipales, así como el peso de gobernadores que indebidamente, como en el caso de Chiapas, Guerrero y Baja California Sur, obligaron a la gente a favorecer a un candidato.
Convencido, aseguró que esas conductas son ejercidas por un grupo que no sólo favoreció el esquema de tribus, sino que debilitó los órganos de dirección y conculcó los derechos de los militantes a participar en la elección de candidatos. “Esa burocracia no ha entendido que el partido es un instrumento de lucha, no un fin en sí mismo, y eso es lo que realmente fue cuestionado y que debe renovarse con este resultado”, señaló.
–¿Viene un ajuste de cuentas?
–No haré cacería de brujas absolutamente de nadie. En este partido todos cabemos, pero quien viole las reglas y actúe indebidamente será sancionado por los órganos jurisdiccionales. No voy a perder el tiempo en perseguir a nadie, sino me dedicaré a que el PRD sea una verdadera opción política.
–¿Cabe Jesús Ortega en este acuerdo con Alfonso Ramírez Cuéllar, en el sentido de refundar al partido?
–Todos quienes sumen.
–¿Qué tipo de negociación puede lograrse con Ortega, cuando la descripción que hace usted de su corriente es de aquella que negocia posiciones y ejerce el control del PRD?
–No es un asunto entre buenos y malos, no es personal. En Nueva Izquierda hay gente que aprecio y es de gran valor. Hay otros que no, también lo digo. Existen, por supuesto, muchos temas en los que tenemos coincidencias con esta corriente, y uno que es fundamental: construir nuestro partido político y que éste sea el más importante que la izquierda haya construido en su historia.
–Sin embargo, los chuchos no están muy convencidos de los resultados…
–Las impugnaciones con fundamento deben proceder. Yo también voy a hacerlas; por ejemplo, creo que debe anularse la elección en Oaxaca, porque no podemos solapar, encubrir o ser cómplices de quienes cometieron irregularidades o arbitrariedades.
“Sí, hubo problemas, pero también hay bases mínimas de legalidad. Jesús Ortega, a través del senador Graco Ramírez, reconoció la tarde del domingo que la elección fue limpia, democrática y legal. Ellos mismos lo declararon, no pueden decir que lo afirmé yo.”
–No pueden retractarse.
–No lo creo. Jesús ha dicho que es un demócrata, lo he escuchado, me lo dijo en varios debates y espero que sea congruente con ese planteamiento.
–¿Qué tipo de acuerdos pueden lograrse con corrientes acostumbradas a medrar con el PRD?
–Muy fácil: que los candidatos y dirigentes sean resultados de procesos de elección democráticos; que no sólo se rindan cuentas de los recursos del partido, sino que se orienten al fortalecimiento orgánico, político y electoral, y no al de las corrientes, y desmantelar todos los esquemas que han fortalecido a los grupos de poder, que tienen que ver con los estímulos, premios y castigos, que van con candidaturas, puestos de poder y hasta empleos en el partido para favorecer a una corriente.
–En esta nueva línea política, ¿cuál será la posición ante el gobierno de Felipe Calderón?
–El décimo congreso nacional, por unanimidad de todas las corrientes y los dirigentes, incluidos Jesús Ortega, Camilo Valenzuela y Alfonso Ramírez Cuéllar, acordó que por ningún motivo y circunstancia reconoceríamos ni tendríamos diálogo o negociación alguna con alguien que no tenía la legitimidad que sólo dan las urnas. Debemos acatarla todos. La posición es clara: no seremos una oposición dócil.
–¿Y con Andrés Manuel López Obrador?
–Con él mantendré una relación política y personal de respeto. No sólo tengo una relación de amistad con él, sino una coincidencia en las ideas y en el proyecto.
“Andrés apoyó, lo aprecio, pero quien ganó y quien hizo valer nuestra victoria fue la base militante”, concluyó.
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